THE OBJECTIVE
Laura Calonge

El pipi-kim

Aún afectada, como gran parte de los europeos, por la ola de violencia terrorista que amenaza establecerse en la vieja Europa, he decidido no poner más palabras al horror acaecido en París. Buscando noticias más amables, vuelvo a encontrarme con él: este señor sonriente y bien alimentado que se hace fotos en tecnicolor, que no es ni más ni menos que Kim Jong-un.

Opinión
Comentarios
El pipi-kim

Aún afectada, como gran parte de los europeos, por la ola de violencia terrorista que amenaza establecerse en la vieja Europa, he decidido no poner más palabras al horror acaecido en París. Buscando noticias más amables, vuelvo a encontrarme con él: este señor sonriente y bien alimentado que se hace fotos en tecnicolor, que no es ni más ni menos que Kim Jong-un.

Viéndolo así, rodeado de bolsas de ¿patatas? ¿pan de gambas? ¿cucarachas sabor barbacoa?, con tanto color, que es un clásico en sus fotos promocionales, uno casi olvida que el retratado es un dictador. Si Andy Warhol levantara la cabeza, qué digo, si Andy Warhol aún viviera, escogería a Kim Jon-un para inmortalizarlo rodeado de bolsas de aperitivos coreanos, una obra que estaría a medio camino entre las Latas de Sopa Campbell y las coloristas serigrafías del líder comunista Mao Tse Tung. No cuesta pensar que Kim Jong sería para el genio del pop-art una gran fuente de inspiración.

De repente, entre las amenazas que nos acechan en Occidente, las tristezas que están sucediendo en países árabes, en África, en Indonesia, las historias que nos llegan de Corea del Norte, un país que va “a su rollo”, blindados en una dictadura comunista que los aísla del mundo, vienen envueltas en un surrealismo extraño, casi pueril. Este hombre sonriente a quien no le ha temblado el pulso para mandar ejecutar a su tío, a su ex novia y al Ministro de Defensa norcoreano que se durmió en un acto oficial, tiene iniciativas tan extravagantes como las estrellas del mundo del espectáculo. Nos cuentan que siempre se desplaza con un baño móvil, un invento que, de comercializarse para uso y disfrute del resto de la humanidad, debería llamarse “Pipi-kim”. Ya tiene su propio canal de televisión, su biografía convertida en asignatura obligatoria en la escuela de secundaria, y no podía faltar su propio WC, faltaría más. Es muy desagradable compartir taza donde antes han aterrizado otras posaderas, un ejercicio de comunismo escatológico que desagrada a cualquiera. Para qué nos vamos a engañar. No es lo mismo compartir el asiento de una limusina, que la plaza del excusado.

Y vuelvo a pensar en qué sabemos realmente sobre lo que pasa en Corea del Norte. Nada se sabe, poco se trasciende sobre su programa nuclear, mientras la comunidad internacional alberga dudas que puedan estar construyendo una bomba nuclear “más potente que la de Hiroshima”, como ellos mismos advirtieron. Sólo nos llegan las excentricidades de su líder; su sonrisa en tecnicolor, una estudiada cortina de humo.

 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D