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El 54% de los españoles no quiere entrar en Guerra

En el 2004 José María Aznar metió a España en una guerra que los ciudadanos no habían buscado.

Opinión
  • Lucía Etxebarria Asteinza (Valencia, 7 de diciembre de 1966) es filóloga, periodista y escritora. Estudió en la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus distinciones se encuentran un Premio Nadal (1998), un Premio Primavera (2001) y un Premio Planeta (2004). El mundo perdió una gran ‘pole dancer’. Ganó a una chica que escribe, pincha, dirige teatro y cocina.

En el 2004 José María Aznar metió a España en una guerra que los ciudadanos no habían buscado.

Y la respuesta fue la que se podía esperar: El atentado de Atocha.

Ya dijo Jenofonte hace muchos siglos que las guerras terminan siempre con la destrucción e infelicidad de ambas partes. Nosotros declaramos una Guerra y tuvimos una Guerra.

El premier británico, David Cameron, ha confirmado que el pasado 21 de agosto autorizó el primer bombardeo con un dron de la RAF sobre las bases del Estado Islámico en Siria.

Es decir, el Reino Unido entró en guerra con el EI.

En Septiembre, Francia se implicó en el conflicto sirio y siete aviones, cinco de ellos cazabombarderos Rafael, destruyeron un campo de entrenamiento del EI en su primer ataque sobre suelo sirio.

La respuesta la conocemos: Los atentados de París.

Si nosotros entramos en guerra, ya sabemos lo que podemos esperar.

Y ¿qué se nos ofrece a cambio? No lo sabemos.

La agresión mediática y militar contra Siria está directamente relacionada con la competencia mundial por los recursos energéticos. Ya que este siglo es el Siglo del Gas. Y el Gas está en Medio Oriente. Quien tenga el control de Siria podrá controlar el Medio Oriente. Y a partir de Siria, puerta de Asia, tendrá en sus manos «la llave la Casa Rusia», como decía la emperatriz rusa Catalina la Grande, y también la de China, a través de la Ruta de la Seda, lo que le permitirá dominar el mundo.

Y yo ¿tengo alguna idea de lo que le ha prometido Hollando a Rajoy si entramos en guerra? Repartirnos el pastel, seguro. Pero no yo. Yo no entro en el reparto Yo no tengo acciones en Gas Fenosa ni en Endesa. Y yo he comprobado con estupor como este gobierno y anteriores le metían un impuesto al sol y obstaculizaban cualquier plan de renovables. Precisamente porque existen en España unas puertas giratorias a través de las cuales los políticos que ayudan a las compañías energéticas acaban recibiendo unos sueldos estratosféricos como asesores de dichas compañías, cuando dejan de ser políticos.

Pero yo no me llevo nada.

Mi factura de la luz es la más cara de Europa en el país con los sueldos más bajos.

Así que, como yo veo esto tan oscuro como cualquier trama de corrupción, como a mí nadie me deja claro qué tipo de acuerdo nos propone Hollande, como no veo transparencia de ningún tipo, como no creo en los recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, ni en la xenofobia institucional ni en los bombardeos indiscriminados, como no quiero renunciar a mi libertad a cambio de una falsa seguridad, como no me creo el discurso de quienes trafican con influencias, armas e intereses geoestratégicos, y como creo que bombardear por la paz es tan absurdo como follar por la virginidad, de momento nadie me ha convencido de entrar en una guerra que no defiende mis intereses ni los de mi hija.

Así que yo, de momento, me uno al 54%.

2 comentarios
  1. proteo

    (Continúa del anterior)
    No tengo la menor duda de que a la Guerra le va a importar un pito el porcentaje de contrarios a ella. Sé (y tú) que la guerra no la deciden los contrarios a ella. Ni tampoco la guerra guarda luego el más mínimo respeto a esos sus contrarios.
    También veo cada vez más claro que esos «contrarios» («No a la guerra») sólo gritan en una dirección, pero no en la otra (me quedé de piedra –más dura y fría que la efigie de un Goya– cuando me percaté, pero es que en estos últimos años hemos visto de todo)

    Así que apuntarnos al 45% igual no nos va a salvar de nada cuando toque.
    Y lo mismo resulta que sólo va a ser que nos estamos apuntando al «otro lado».

    Lo siento por los intereses de tu hija (y por los de la mía ❤️)

  2. proteo

    ✅ leído en abril de 2024 (juego con ventaja: estoy en el futuro e incluso algunas de estas cosas que pongo se las he oído o leído a tu yo del futuro).

    Que el año 2015 siguieras pensando que los atentados de Atocha (lo pones en singular, no sé por qué) tuvieran algo que ver con Aznar no me extraña porque a mí también me pasaba eso.
    Y pongo «me pasaba» en vez de creía intencionadamente.

    En 2024 estamos en la Guerra de Rusia contra «occidente» en Ucrania (por ahora) y de Irán (Gaza) contra todos los infieles en Israel (por ahora).
    Y el gas, el petróleo y eso está también en el juego (en invierno –claro– estuvo su precio por las nubes porque como se habían ido quitando Nucleares dependíamos del gas ruso y del de Argelia y nos apretaron las clavijas, los muy insolidarios, que no entienden nuestras aspiraciones verdes y manía a las depredadoras empresas energéticas multinacionales).

    (Continúa en el siguiente porque con 200 no me da…)

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