Santa acaba de dimitir
Esta foto es un trazo certero de un país que se llena de armas como de setas el monte lluvioso. La he elegido sobre las demás porque me repugna tanto como para obligarte a verla.
Esta foto es un trazo certero de un país que se llena de armas como de setas el monte lluvioso. La he elegido sobre las demás porque me repugna tanto como para obligarte a verla.
El contrasentido entre la bondad encarnada por Santa Claus y el rifle sostenido entre sus manos tendría muchas papeletas para convertirse en el peor chiste de colmos del año, sin embargo no hay ironía en la obviedad del letrero: “Santa sabe qué es lo que realmente quieres”. Es decir, vivir el placer orgásmico de poseer en tus manos la llave de la vida o la muerte.
Os aclararé algo. En alguna ocasión he practicado el tiro al blanco sobre una diana; lo considero un deporte interesante y de no ser porque mis cervicales se resienten lo haría con mayor frecuencia, pero jamás podría disparar sobre el dibujo de un cuerpo humano. Entiendo a un policía o un militar obligado a acertar su tiro, aunque condeno a los otros. A quienes disfrutan jugando a ser dioses no saliendo de pobres diablos.