Defender la guerra, el triunfo de la ignorancia
Que las acciones del ISIS o DAESH son aberrantes, o lo siguiente, no cabe ninguna duda. Que a esos seres humanos, capaces de las barbaridades que venimos viviendo, incluidos los últimos atentados en París, hay que frenarlos, no hay ninguna duda.
Que las acciones del ISIS o DAESH son aberrantes, o lo siguiente, no cabe ninguna duda. Que a esos seres humanos, capaces de las barbaridades que venimos viviendo, incluidos los últimos atentados en París, hay que frenarlos, no hay ninguna duda.
¿Pero es la violencia la respuesta?
Se están repitiendo ideas como que «la venganza es inevitable», o que no queda más remedio que «ensuciarse las manos». Sin entrar en un análisis político sobre la parte de responsabilidad de Occidente (Europa y Estados Unidos, también Rusia e Israel). El colmo de la ignorancia es justificar la guerra, como ha hecho Jonh Carlin en El País, diciendo que la diferencia entre ISIS y Obama, es que éste último lamenta la muerte de civiles inocentes, y no como aquellos.
Con la guerra se puede ganar la guerra, pero no se puede ganar la paz. No es una cuestión de tener razón, si no de inteligencia. Ya lo demostró Gandhi en su lucha no violenta.
Aparte de intereses económicos en la zona, bombardear ciudades, matar gente, no solo terroristas, matar niños, destrozar casas, hospitales, familias…, nunca va a producir un buen resultado. ¿Cuánta gente inocente más morirá?
Hemos convivido con ex-combatientes y ex-guerrilleros, también con refugiados, en Centroamérica. Hemos tratado psicológicamente a soldados españoles que participaron en la guerra de Bosnia, y recientemente a una emigrante siria. Ninguno se salva de las secuelas de la guerra, secuelas psicológicas severas. Todos son supervivientes de la experiencia.
Así sólo nos queda pensar que los líderes mundiales actuales son poco inteligentes. Que no se les ocurre otra estrategia que la guerra, bombardear, combatir la violencia con más violencia. Más muertes, más sufrimiento.
Evidentemente, no se expone al común de los ciudadanos todo el entramado de intereses y guerra sucia de las luchas de poder político y económico implicadas en todo esto. Pero es que esa misma lucha denota falta de inteligencia. Es la ley del más fuerte, a pesar de que eso produce perjuicios a medio y largo plazo al que ejerce dicha ley.
Al ser humano le queda mucho por aprender. Pero en estos asuntos, cuanto antes mejor. No se dejen convencer. La guerra no es la mejor alternativa, la guerra no es la única alternativa. La guerra es la peor alternativa.