Alemania: de motor de Europa a amenaza para Europa
Quiero compartir mi asco e indignación con mi compañera la periodista de Israel Silvia Schnessel, pedir la dimisión de Angela Merkel y asegurar que, en España, no hubieran ganado “los malos” ni se hubieran tratado de ocultar los cientos de violaciones. En España tenemos a los GEOS, a la Guardia Civil, a la Policía Local, los guías caninos, los cojones de los españoles y además libertad de prensa.
Quiero compartir mi asco e indignación con mi compañera la periodista de Israel Silvia Schnessel, pedir la dimisión de Angela Merkel y asegurar que, en España, no hubieran ganado “los malos” ni se hubieran tratado de ocultar los cientos de violaciones. En España tenemos a los GEOS, a la Guardia Civil, a la Policía Local, los guías caninos, los cojones de los españoles y además libertad de prensa.
Un ejército organizado de mil ¿Como los llamo? ¿Arabes? Por llamarlos de alguna manera, nunca, jamás, podría haberse reunido y empezado a armar jaleo en ninguna ciudad de España sin que se diera aviso inmediato a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado “para que vengan a ver que pasa”. Porque mil tíos son muchos tíos y hacen mucho bulto. Ni en España, ni en Francia, ni en ningún país de la valiente Europa del Este, dejamos a un lado en este caso a los desdichados países nórdicos porque en Finlandia los ciudadanos han tenido que organizarse para patrullar ante el vandalismo reinante. En los Estados Unidos es impensable, en el continente australiano sería tema de ciencia ficción, en la Rusia de nuestro admirado Putin más que ciencia ficción sería poltergeist y en Israel…
¿En qué país del mundo la policía permite que, inmigrantes cuyos antecedentes se ignoran más un plus de supuestos “refugiados” de origen aún más incierto conformen una especie de batallón y ataquen coordinadamente a las mujeres? Por favor no voy a admitir que me vengan con la pamplina de “la cultura del árabe y los derechos de la mujer” Eso son estupideces. Y jamás se hubieran llevado a cabo ataques y agresiones colectivas pongo en dos países: Marruecos y Túnez. Jamás las calles se dejarían en manos de criminales que atacan, roban y violan. Y no porque sean islámicos que eso no tiene nada que ver, sino porque son criminales y delincuentes extranjeros que acuden a Europa y cuyos antecedentes ignoramos y no sabemos si vienen huyendo de la policía de sus países o de las cárceles, o son desertores de los ejércitos o sencillamente maleantes. Esos son los “invitados” de la canciller Merkel que, por decencia y por coherencia debería dimitir y retirarse de la política. Ella y todos los responsables policiales alemanes.
Porque en la “Noche trágica de Colonia” llegó la policía pero “no podían con ellos”. Los tipos atacaron también a los policías. Y de mil detuvieron a treinta. Y no hicieron uso de las armas para defender a las mujeres golpeadas y violadas. ¿Será que cuando la policía alemana presencia un delito grave perpetrado por inmigrantes o refugiados en lugar de disparar tiene que avisar a un psicólogo, un asistente social y un mediador intercultural? Vergüenza para todos ellos. No, no para los pobres policías alemanes maniatados por la torpeza y la ignorancia de los políticos, por instinto un profesional de la seguridad defiende a las víctimas y hace uso de las armas. Vergüenza para los políticos alemanes que están demostrando ser lo peor y que nos están trayendo la ruina, el caos, la violencia y el miedo a Europa. En Francia se tira a abatir al igual que en Inglaterra. En los países del Este y en Rusia ni tan siquiera hay que disparar porque esos disturbios con tintes de guerrilla urbana son imposibles. En Israel es también imposible.
Detuvieron a treinta fieras. Y nos enteramos días después porque, entre las muchas libertades de Alemania no existe la libertad de expresión y los medios de comunicación están sometidos a una férrea censura. De mil criminales lograron detener a treinta. ¿Es que los policías alemanes tienen miedo de los extranjeros? Sin problema, estamos en la UE (por el momento) y pueden pedir ayuda a Fuerzas de Seguridad más capaces y mejor preparadas como son las españolas. Pongan a mil cafres y a cien GEOS y verán adonde van a parar los cafres porque allí, antes de que toquen a una mujer cobran palos hasta hartarse. Y no solo de la policía sino de los mismos ciudadanos españoles ¿Es que un español o una española no vamos a abalanzarnos si vemos que grupos de delincuentes atacan a mujeres? ¿O es que no hay hombres en Alemania y los que están tienen sangre de horchata?. O se encuentran atemorizados porque saben que los inmigrantes y los refugiados son “intocables” y en cualquier conflicto con ellos el que resulta perjudicado es siempre el europeo, perjudicado y castigado y encima nadie se atreve a publicar la noticia por temor a represalias. Hoy por hoy Alemania es un problema para Europa. Un grave problema del que hay que salir de alguna manera con el mínimo daño posible.
Porque fueron muchas las ciudades alemanas golpeadas en la última noche del año por el horror y la violencia. De manos de tipos que proceden de lugares violentos y que se ríen de nuestras leyes, porque las consideran estúpidas en comparación con las de sus países, no mejores ni más humanas, sencillamente estúpidas e ineficaces y por lo tanto incapaces de impedir que traigan su terror y su horror a nuestras ciudades. Con la ventaja de que se reacciona de manera tibia ante los ataques y que encima se prohíbe contarlos “vaya a ser que provoquen islamofobia”. Por esa misma regla de tres debería estar prohibido difundir noticias sobre la violencia de género y las pobres mujeres maltratadas porque la gente puede reaccionar “contra los hombres”. Ineptos asquerosos. Hipócritas repugnantes. Peores los políticos que los “hombres de rasgos árabes y norteafricanos” que atacaron a las chicas, porque ellos nos traen su guerra y no lo esconden, malditos sean aquellos que se lo permiten.
Alemania está de rodillas ante los atacantes de Nochevieja. De nada sirve el anuncio de “medidas” y de “endurecimiento de las leyes” con diez días de retraso y como respuesta a lo que el Gobierno Alemán no esperaba: que la noticia de las agresiones abrieran los informativos de todas las televisiones de Occidente. Está de rodillas porque han detenido a treinta y el resto se ríe de todos nosotros, no tan solo porque hayan ganado y hayan quedado impunes, sino porque se van jactando de ello y de ese efecto “llamada” y lo volverán a hacer. Esperen y verán.
¿Respuesta creíble? Publicitar las deportaciones y repatriaciones y las devoluciones a Turquía que es de donde proceden para saltar a Europa y donde no vulneran las leyes ni atacan a nadie porque la policía tuca y sus cárceles no son para reírse. Las madres con hijos, los ancianos y los minusválidos se pueden refugiar, el resto a sus países a luchar por sus libertades y a reconstruirlos. Merkel nos ha traído el problema y si tiene una mínima decencia lo tiene que solucionar. Y si no sabe hacerlo que le pregunte a Putin que ese sí sabe.