THE OBJECTIVE
Cristina Martin Jimenez

¿Dónde estás, mujer?

¿Dónde está la mujer del siglo XXI? No la veo. ¿Cuándo se durmió? ¿Qué la despertará del hipnótico letargo?

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¿Dónde estás, mujer?

¿Dónde está la mujer del siglo XXI? No la veo. ¿Cuándo se durmió? ¿Qué la despertará del hipnótico letargo?

En el siglo XIX la mujer luchó para conseguir el voto. En el XX se independizó del hombre y pudo conducir, abrir una cuenta en un banco, llevar pantalones, ir a la Universidad, a las urnas y hasta el fin del mundo. La batalla le costó la vida, pero lo consiguió. ¿Por qué está luchando la mujer del siglo XXI?

Alemania. Enero de 2016. Mujeres denuncian 379 agresiones sexuales, que aumentan cada día, cometidas “supuestamente por norteafricanos y árabes”. Tuiteo lo ocurrido y se genera esta conversación con una joven a la que llamaré P.

  • P: El caso es que la violencia a las mujeres no tiene nacionalidad, a eso me refería, el patriarcado.
  • Yo: La cuestión es no mezclar las cosas porque al final no se comprende nada, que es lo que se pretende.
  • P: Ninguna diferencia entre violador nativo o desplazado.
  • Yo: Debe haber alguna diferencia ya que los berlineses no han atacado a las mujeres.
  • P: Blancos de varias nacionalidades acosan a las mujeres en las fiestas multitudinarias. ¿Titulares así?
  • Yo: Las autoridades han aconsejado a las berlinesas que no vistan provocativas. Esta Europa está perdida.

Alguien más se une a la conversación.

  • L: ¿Pero en dónde estamos?? Esto es increíble…
  • Yo: La Alianza de Civilizaciones, la Europa del «buenismo» era esto.
  • P: … si ellos se organizaron a través de rrss, nosotras deberíamos dotarnos de redes.
  • Yo: ¿Para qué queremos redes si no llamamos a las cosas por su nombre?
  • P: Yo no voy a entrar en la mierda de ponerle nacionalidad al ataque a las mujeres.
  • L: No, si eso no tiene nada que ver con nacionalidades.
  • P: Lo único que los une es el #machismo
  • Yo: Se llama cultura, civilización. Pero puedes seguir con los ojos tapados.

Llega alguien más y asegura que lo ocurrido se debe al machismo de las mujeres y otra afirma que las mujeres machistas son sobre todo beatas y de derechas. Por último, un joven manifiesta que todo se debe a que no estamos luchando por la igualdad de género. En conclusión: la culpa la tenemos las mujeres, sobre todo las beatas cristianas –porque esta es la religión de España–, el machismo es una cuestión universal y violadores hay en todas partes.

Sin embargo, para la policía alemana el fenómeno ya es la ‘Yihad sexual’, algo que en Occidente no hemos comprendido donde se comete el error de creer que la civilización musulmana tiene los mismos códigos que la nuestra, que su esquema mental es semejante y que creen que hay que respetar los derechos humanos. Pero, ¿cómo van a honrar una justicia que para ellos no existe? “Ellos tienen permitido pegarle a sus esposas e hijos. Incluso se les permite matar. Y esto está pasando aquí en los Estados Unidos”, ha contado una norteamericana que logró escapar de un matrimonio “de pesadilla” con un musulmán. Ellos no consideran la violación a una mujer europea como un delito porque en su cultura no es así. No reparan en que estén haciendo algo mal, lo normal para ellos es maltratar a la mujer porque la palabra maltrato no tiene la misma connotación en su cultura que en la nuestra.

“Estamos sufriendo una nueva dimensión de odio”, clama por su parte el presidente del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania, Aiman Mazyek, afirmando que el Islam es “una religión de paz que condena todas las agresiones sexuales a mujeres». Sin embargo, esto se contradice con las historias que narran miles de mujeres estadounidenses, españolas y europeas que se casan con musulmanes desconociendo las enseñanzas del islam sobre la mujer o los derechos que otorga a sus maridos. Pueden leer algunas de estas historias en el blog alianzadecivilizaciones. Algunas me las han contado amigas que han vivido este infierno en aquí, en Málaga, donde hay una extensa población islámica.

Mazyek defiende que el islam condena las agresiones a mujeres, sin embargo, lo que ocurrió en Alemania era algo normal en la primavera árabe. Hasta una periodista estadounidense fue violada por una banda de salvajes. Son los hombres musulmanes –no los occidentales– quienes violan a las mujeres en los países musulmanes y ahora actúan en bandas en países occidentales.

El Estado Islámico convierte a las cristianas y yazidíes de menos de diez años en esclavas sexuales para violarlas varias veces al día o las vende al mejor postor. ¿Dónde están las feministas? ¿Por qué no vuelan los tuits? ¿Quiénes son más bárbaros, ellos o nosotras que permanecemos calladas sin hacer nada, sin exigirle a nuestros gobernantes y líderes que lleven estos temas a su orden del día, que se manifiesten en la televisión, que lo hagan visible?

Suecia. 2004 y 2015. Varias bandas de jóvenes acosaron a adolescentes en sendas ediciones del festival ‘We are Sthlm’. 12 agredidas lo denuncian pero la policía lo oculta hasta ahora porque la mayoría de los agresores eran de origen inmigrante, «en especial de Afganistán».

Las autoridades no quieren hablar de lo que ocurre y ahora piden que se frene la islamofobia pero no se puede ocultar la verdad por más tiempo con circunloquios políticamente correctos porque la verdad está estallando en nuestras narices. Una niña de 18 años ha sido violada en EEUU mientras paseaba por el parque con su padre, al que le obligaron a marcharse a punta de pistola. Y así una tras otra. ¡Ay, mujeres de Europa y de EEUU! ¿Dónde estáis, que no os oigo gritar contra la injusticia y la infamia?

Aquí aún no lo hemos comprendido pero los musulmanes sí son conscientes de que nuestra civilización es muy distinta. En el Congo es una rutina violar a la mujer en grupo, con bayonetas, o introduciéndoles un arma en la vagina para luego dispararla. En Afganistán el 80% de las mujeres es obligada a casarse con quien elija la familia. Mil mujeres son asesinadas al año por “crímenes de honor” en Pakistán donde persiste la lapidación y el castigo con ácido. En India debería haber 50 millones de niñas más porque el infanticidio al nacer hembra es lo habitual.

Son datos de la ONU a quien, como un invitado de piedra a esta barbarie femenina contemporánea, la única solución que se le ocurre es luchar por la igualdad de género, su objetivo del milenio. Dígale usted eso de la igualdad a un musulmán, a ver qué responde. Con la política de género mantienen distraídas a las mujeres occidentales de su verdadera lucha hoy día: pelear con uñas y dientes por la justicia que se comete a diario contra sus hermanas musulmanas, indias, judías, tunecinas, congoleñas…

La igualdad de género ni existe ni existirá porque jamás será igual lo que la biología ha creado diferente. La verdadera lucha es la de reclamar justicia para estas mujeres. Peleemos por esas madres, adolescentes y niñas. Y llamemos a las cosas por su nombre. Hoy día solo existe una gran civilización en cuyo contexto cultural se aniquila y se ataca a la mujer de una manera radicalmente distinta a la que conocemos en occidente y esa es la islámica. No somos conscientes, pero las occidentales ya lo tenemos todo y solo podremos ser felices luchando por las demás. Hagámoslo para no seguir escuchando las voces del viento clamar:

¿Dónde estás mujer, que no te veo? El siglo XXI te está esperando. ¿Qué lecciones vas a transmitir a tu descendencia? ¿Cómo piensas inspirar a las jóvenes?

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