Que viene Donald Trump

Estamos asistiendo atónitos los españoles a un juego de tronos, que hace que no sepamos aún qué va a pasar en nuestra querida España.

Pedro Sanchez es como cualquier entrenador del Madrid, donde le hacen las alineaciones, y tiene que poner lo que le digan y no los que mejor están. Cobra a final de mes, pero no manda nada. No manda en su partido, y no mandará nada en “su gobierno”, pero se puede quedar sin liga, sin Champions, y la copa de Rey…..para vestir santos. No depende de su voluntad. Ahora quiere acercarse a Alberto Rivera, ¿pero no era la derecha?

Tenemos a los intelectuales del momento, que asesoran a gobiernos en la mejor manera de empobrecerse y ellos salir forrados. Tienen como mejor cliente la República Bolivariana de Venezuela. Son como jugadores de parchís, que se comen una y cuentan veinte. Me gustaría saber a quién le tiene reservada Pablo Iglesias, la Embajada del Vaticano, porque por pedir que no quede. Seguramente será para Maestre.

Mariano, como le llaman sus allegados, jugando al póker con los demás. Defenestrado, quemado, inútil, no sabe, no responde, etc. Él juega su partida, pero los tiempos le acompañan. Su partido es también un gallinero futbolístico, porque tiene a sus dos chicas que chocan permanentemente. Soraya y la Dolores. Pero de momento, es el que más experiencia, temple y frialdad tiene. Tiene en contra a todos los medios de comunicación que su contra gracias a la labor de su mano derecha en estos asuntos.

No entro a valorar a los llamados nacionalistas, porque eso es otra tribu, todavía más rara que los demás, que están en su propia guerra civil.

Con este panorama desolador, creo que lo mejor que le podía pasar a España es que llegue un Donald Trump, no un pato Donald, y que agite todos los cimientos de esta democracia Española que es un champú de intereses varios y ponga en solfa a todo el mundo. Lo que está consiguiendo esta clase política que nos ha tocado padecer es que algún rico de la casta se harte y se meta en política a cantarle las tres verdades al barquero.