Contraterrorismo 2.0

A nadie escapa que Europol necesita gestionar eficazmente y con urgencia la enorme cantidad de información que recibe: a raíz de los ataques de noviembre en París la agencia llegó a recibir 2,7 terabytes con más 800 cables de inteligencia y más de 1.600 transacciones financieras sospechosas.

Para tratar de atajar el complejo escenario actual, Europol acaba de crear el Centro Europeo de Contraterrorismo, dirigido por Manuel Navarrete, Coronel de la Guardia Civil. El Centro, con sede en La Haya, coordinará el intercambio de inteligencia entre los Estados miembros y, además, supervisará el seguimiento de las finanzas de los grupos terroristas. Antes de anunciar la creación del Centro, Europol organizó una conferencia del Foro Mundial de Contraterrorismo a principios de este mes en el que cerca de 45 delegaciones estuvieron de acuerdo en colaborar con el intercambio de información sobre extremistas y potenciales combatientes.

Navarrete es uno de los grandes expertos en terrorismo de nuestro país. Comenzó su trayectoria en la Guardia Civil, destinado en San Sebastián en 1985. De combatir a ETA a trabajar en la embajada de España en EE.UU.; de colaborar con Europol a encargarse del área de Contraterrorismo e Inteligencia financiera de la institución. Desde una perspectiva diplomática y administrativa, el nombramiento de Manuel Navarrete tan solo es comparable con la entrada en el Consejo de Seguridad de la ONU y ambos logros resultan de gran prestigio para España.

La creación del Centro se antoja presta ya que lo que presenciamos en París el 13N nos lleva a una nueva etapa en el terrorismo al igual que sucedió en su momento tras los acontecimientos del 11S. La realidad es singular: el Estado Islámico ha conseguido articular una estructura más compleja de terrorismo, una maquinaria de propaganda y captación, una jerarquización rizomática, una estructura de mando, un ciclo de inteligencia, una sofisticada red de financiación y una logística internacional. Todo esto los hace terriblemente peligrosos y es muy difícil prever cómo, cuándo y dónde van a actuar.

A nadie escapa que la coyuntura es compleja. Falta saber si para cercar a un grupo como Daesh y la sinergia que provoca una plantilla de 39 empleados y 5 expertos resulte suficiente. Esto es terrorismo 2.0 para bien y para mal.