Criminales de Instagram
Dicen que el control de las fuerzas policiales de Irán para impedir la expansión de la cultura occidental se les está yendo de las manos. Lo último ha sido arrestar a seis jóvenes modelos iraníes por mostrarse sin su hiyab en Instagram y, con ello, atentar contra la estricta moral conservadora que impera en el país. Y resulta que ésta es la red social más popular allí y que, curiosamente, es totalmente legal y libre de censuras.
Dicen que el control de las fuerzas policiales de Irán para impedir la expansión de la cultura occidental se les está yendo de las manos. Lo último ha sido arrestar a seis jóvenes modelos iraníes por mostrarse sin su hiyab en Instagram y, con ello, atentar contra la estricta moral conservadora que impera en el país. Y resulta que ésta es la red social más popular allí y que, curiosamente, es totalmente legal y libre de censuras.
Pero ya lo sabemos: lo islámico debe huir de lo occidental, no vaya a ser que se contagien y esto sea Sodoma y Gomorra.
Pelo, hombros y cuello son las partes del cuerpo que estas seis jóvenes han enseñado en sus cuentas de Instagram. ¿Serán las redes sociales una amenaza real contra la estabilidad del régimen islamista? ¿Habrá futuras generaciones de jóvenes hiperconectados que logren marcar un hito en la lucha contra el régimen conservador islamista? ¿Podría el mundo digital acabar con un mundo terrenal donde la represión legislativa lleva reinando desde hace casi cuatro décadas?
No hace mucho, algunos jóvenes iraníes quisieron reafirmar su verdadera identidad, ellas sin yihab y ellos sin … sin cara de presunto terrorista por lo menos. Publicaron en redes sociales una foto de su documento nacional de identidad en contraste con otras elegidas por ellos, donde simplemente, eran ellos. Una muestra más de que el poder de las redes sociales puede hacer temblar las normas establecidas, gracias básicamente a la inmediatez; éste es su gran poder. Un poder que puede que escape a los de arriba.
Aquí nos quitan un pezón, un trasero hermoso (en dimensiones, digo), mujeres en ropa interior dejando ver sus pelillos a la mar, cuerpos post parto o manchas de menstruación bien caladitas. Todo eso hasta me parece lógico, basándome en la simple premisa de “y a mí, qué me importan tus intimidades más íntimas y fluidas?”. Son las normas de Instagram, ente privado, punto. Lo de las modelos arrestadas en Irán, eso es otra cosa: censura, imposición, ansias de dominar el mundo, el terrenal y el digital.