Los buitres de Macri

“Si se puede” fue la consigna de Macri para su exitosa campaña, y hoy sigue siendo su slogan para la luna de miel llena de acciones temerarias, que han puesto en vilo al más débil en Argentina, así como en Brasil o Venezuela: el que vive de su trabajo, sobre el que se soporta pagar la deudas mal habidas como la de los llamados “Fondos Buitre”.

No tengo dudas que los Kirchner cometieron profundos errores en el desarrollo de un modelo ambiguo, poco asertivo, pero con base humanista, en el contexto de un boom de la izquierda Latinoamérica que encontró a un pueblo indignado de tantos abusos del neoliberalismo experimental en una tierra bravía.

En el discurso de instalación de la Asamblea Legislativa del 1 de marzo de 2015, Macri habló de cifras sobre cosas encontradas en los periodos Kirchner, para después decir que su gobierno es incluyente y sin rencores, pero es de sorprender observar como a un periodo que le correspondió sacar a la Argentina del peor desastre económico de la historia de ese país, producto de las políticas económicas más draconianas, sólo se le haga mención de lo malo, y no se tenga ninguna referencia del antes de los Kirchner que sin duda fue mucho peor.

El discurso de cambio de la derecha en América Latina postChávez, en el marco de una profunda fase de decadencia de los liderazgos sobre los que se soportó el resurgir de la izquierda latinoamericana, es tentador, pero está soportado sobre la misma exclusión que pregona superar y sobre una vuelta al pasado que niega ubicar históricamente, y mientras tanto, los que viven de su trabajo siguen esperando un Mesías, hasta que reaccione y comprenda que ni derecha, ni de izquierda y tampoco de centro, los Mesías políticos no existen, y que sólo el pueblo salva al pueblo, con organización, lucha, esperanza, y claridad.