Desconcierto
Los desfavorecidos, los que lo pasan mal y tienen hambre y viven en un tugurio como el que aparece en la foto, utilizan el móvil como nosotros. Quizá no tanto, pero mucho. Y utilizan servicios financieros digitales. Y les va bien y la noticia dice que les ayuda a estabilizar su economía.
Los desfavorecidos, los que lo pasan mal y tienen hambre y viven en un tugurio como el que aparece en la foto, utilizan el móvil como nosotros. Quizá no tanto, pero mucho. Y utilizan servicios financieros digitales. Y les va bien y la noticia dice que les ayuda a estabilizar su economía.
Saltamos a España. Los bancos hablan de la revolución digital.
Ayer fue el Santander. Cierran 450 oficinas, pequeñas, con una plantilla reducida, de una a tres personas. La revolución digital, que a los de Pakistán, Kenia o Nigeria les hace felices, a los 450-1350 empleados del Santander que sobran les hace bastante menos felices.
Hoy es el BBVA. Su consejero delegado se ha ido a Dinamarca para decir que de las 3.800 oficinas que tienen en España, les sobran 2.800. Siempre por la revolución digital. Si el número de empleados por oficina está entre uno y tres, como en el Santander, en el BBVA hay entre 2.800 y 8.400 personas que hoy dormirán un poco peor, aunque les hayan dicho que este es un plan a largo plazo.
En Kenia, Pakistán y Nigeria, todos felices. A unas horas de vuelo, en el Santander y en el BBVA, muchos infelices.
Nunca llueve a gusto de todos.