Postureo y regeneración
En París han proseguido los intentos de ocupar la Plaza de la República, como en Madrid el movimiento del 15-M ocupó la Puerta del Sol. Los participantes tienen reivindicaciones muy concretas, como la retirada de la reforma laboral prevista por el gobierno socialista: demasiado liberal, por lo visto. Ocurre, sin embargo, que ese tipo de propuestas se pueden plantear por otros cauces. El movimiento de La Nuit Debout (“La noche en pie”, tal vez “Sonámbulos”) parece tener otras aspiraciones, que sí se han materializado en España o en Estados Unidos.
En París han proseguido los intentos de ocupar la Plaza de la República, como en Madrid el movimiento del 15-M ocupó la Puerta del Sol. Los participantes tienen reivindicaciones muy concretas, como la retirada de la reforma laboral prevista por el gobierno socialista: demasiado liberal, por lo visto. Ocurre, sin embargo, que ese tipo de propuestas se pueden plantear por otros cauces. El movimiento de La Nuit Debout (“La noche en pie”, tal vez “Sonámbulos”) parece tener otras aspiraciones, que sí se han materializado en España o en Estados Unidos.
Se trata de generar un impulso cuya sola llegada a la escena política signifique un cambio. Más que de contenidos o de propuestas, se trata de caras, actitudes, signos, formas de actuar o incluso de vestirse y de hablar (muchas veces gritar y gesticular, como era de esperar). Es una forma mágica de pensamiento, con mucho de mesianismo. Supone que al mudar la apariencia, lo que en nuestro país se llama regeneración, todo cambiará y, con un poco de suerte, entrará en vías de solución.
Algunos franceses se hacen ilusiones al respecto, como muestra el empeño en seguir pasando la noche en République. Después de los meses transcurridos desde el 20-D, los españoles empiezan a estar un poco de vuelta. No basta con proclamar que se encarna lo nuevo para que las cosas cambien. A lo mejor cambian, es verdad, pero a peor. Los jóvenes regeneradores que iban a cambiar la faz de España no han conseguido grandes cosas. Ahora piden más tiempo, lo que no deja de ser contradictorio.
En Estados Unidos, después de ocho años de “Yes, we can” en el poder, la situación política es cada vez más tensa y está más polarizada. Las reformas consiguen menos respaldo y el papel de la superpotencia en el mundo está en crisis. No basta con llegar al poder, por muy joven o políticamente correcto que se sea, para que la realidad cambie.
Quizás a eso es a lo que apunta el éxito de la palabra “postureo”, que es algo así como la denominación frívola y exacta de la “regeneración”. La política tiene poco que ver con la regeneración, los cambios de apariencia… el “postureo”. Y la vida no es divertida, como el trabajo no es creativo y la política no es magia potagia. Resulta que el mundo no es una guardería.