¡A negociar!

¡Dios mío, la que han armado los del Brexit! Unos, porque eran partidarios de irse e hicieron campaña dando datos falsos, pero no pasa nada. Otros, porque no eran partidarios pero por qué molestarse si vamos a ganar. Otros, porque los británicos siempre hemos sido muy nuestros y hacemos lo que nos da la gana, ¿pasa algo?

Total, que entre unos y otros, la casa sin barrer. Mejor dicho, la casa hecha un lío para este año y los próximos y los menos próximos.

No sé quién se hará cargo de empezar a poner orden, porque, por ahora, ya van tres los que han dicho que se largan: Cameron, Johnson, Farage. Habrá más.

Una ventaja es que se van a crear muchos puestos de trabajo. A los abogados se les presenta un futuro esplendoroso.

Hay que renegociar TODOS los acuerdos comerciales. TODOS quiere decir TODOS. Los firmados con los antiguos socios de la UE. Los firmados en calidad de socio de la UE con los que no eran socios. Y así, ad infinitum. Y cuando digo infinitum quiero decir eso, precisamente.

Hay trabajo para mucha gente durante muchos años, para rehacer lo deshecho.

Solo me pregunto una cosa: ¿sabía alguien del Reino Unido en qué lío se metía? Luego me pregunto más cosas: ¿lo sabían los de la UE? ¿Habrá alguien que pida responsabilidades a estos extraños políticos que, poniendo cara de que son muy listos son unos ceporretes a los que no se les puede encargar ni que lleven una mercería?

Porque parece que ser político en el mundo occidental es muy cómodo. Puedes meter a tu país -y a muchos otros- en un lío tremendo, después dimites y te vas a pasar las vacaciones con tu familia en un lugar tranquilo.

Allan Cameron, abogado, es hermano de David. No sabía lo que tenía en casa. Gracias al lío que ha organizado su hermano pequeño, tiene la vida garantizada. Será negociador hasta el fin de sus días.