El año de los activistas

Si es usted animalista, feminista de FEMEN, político de Podemos, homosexual de Radical Faeries, ultraderechista de Le Pen, ecoterrorista, vegano o niño pequeño con rabietas (o todo a la vez) está de suerte: no solo se lo vamos a permitir, sino que, además, puede presentarse como víctima de una sociedad burguesa y asquerosa porque los Medios de Comunicación le van a brindar grandes tardes.

Pero no hablo solo de muchas fotos, entrevistas y protagonismo, no: ¡hablo de pasta¡

Dado que el padre de la niña Nadia se rió de toda la gente, le sacó más de un millón de euros a la estupidez de los periodistas, a la ambición usurera de las televisiones y a la negligencia de la Policía, usted le puede ganar mucho más.

Porque es usted un activista, ¡qué narices!

Usted sabe gritar como las de FEMEN y como los animalistas y como los de Podemos. ¡Anímese!

Sí: hemos decidido quitar las azafatas de los premios de ciclismo porque la profesión de azafata es sexista; y no vamos a soportar que los niños vayan de caza porque son asesinos; los toreros no tienen España para correr, y a las monjas les quedan tres minutos de vida porque para eso tenemos jueces que dicen que si las metemos una paliza la culpa es de las monjas por rezar.

¡El activismo por bandera!

Sí: España nos gusta así. Nos gusta que un activista que grite tenga el aplauso de todos los políticamente correctos.

¡Somos progres!

Como ya no se puede fumar, vendemos el papel de fumar para que se la cojan delante de los activistas y no se les ocurra una mínima crítica.

Si alguien piensa que como activista es usted soez, sectario o violento ¡denúnciele!: ¡se va a cagar!

Estamos en el año del activismo: ¡que se jodan esos gilipollas!