Réquiem por el socialismo español
Las memorias de Pedro Sánchez contarán la historia del héroe derrocado por los poderosos, que resurgió surfeando una gran ola de entusiasmo popular. Cierto, no podemos asegurar que Sánchez vaya a ganar la apuesta por convertirse en el secretario general del PSOE. Pero en realidad el resultado no es ya tan relevante. Lo importante es la fractura que hay en el socialismo español; una herida incompatible con la supervivencia.
Las memorias de Pedro Sánchez contarán la historia del héroe derrocado por los poderosos, que resurgió surfeando una gran ola de entusiasmo popular. Cierto, no podemos asegurar que Sánchez vaya a ganar la apuesta por convertirse en el secretario general del PSOE. Pero en realidad el resultado no es ya tan relevante. Lo importante es la fractura que hay en el socialismo español; una herida incompatible con la supervivencia.
Nunca nadie ha acusado a Pedro Sánchez de albergar una sola idea sobre absolutamente nada. Liberado de los grilletes de las convicciones propias, Sánchez puede moverse con libertad de una posición a otra; de retratarse con una enorme bandera de España a tropezarse con la conveniencia de decir que Cataluña es una nación. Si vencemos el tedio y seguimos las palabras de Sánchez en sus mítines, encontraremos poco más que el lema tautológico, vacío, de que la izquierda no es la derecha. Todo lo que tiene que hacer el PSOE es separarse por completo de lo que haga y represente “la derecha”. Así: “pareciéndonos a la derecha nunca seremos un PSOE ganador; tenemos que reivindicar la izquierda”, entre otras perlas.
Es una estrategia adoptada con la inteligencia de un molusco: la pura reacción refleja ante las circunstancias. La estrategia del molusco de que cualquier cosa es preferible a transigir con “la derecha” le lleva a defender, en pura lógica, cualquier cosa. El reflejo le lleva a despreciar la misma existencia de España como nación, como sujeto político, por el simple hecho de que el PP parece ver así las cosas. Sánchez parte de que no hay, ni puede haber, un terreno común con quien piense de modo diferente, lo cual desmiente la misma base de la convivencia en política, y en consecuencia es abiertamente antidemocrática.
Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura y exponente del socialismo absorto ante la fuerza del sanchismo ha dicho con claridad: “Ese modelo de país, de sociedad y de partido no es el del PSOE”. Si gana Sánchez, por descontado que aceptaría un gobierno con Podemos y los nacionalistas, en el cómodo terreno de la “no derecha”. Esa coalición lleva al referéndum, cuando no a la declaración de secesión de Cataluña sin ningún paso previo. Y una parte importante del PSOE no va a transigir con ello. Si quien gana es Susana (otra ideóloga), lo previsible es también la ruptura del partido. El PSOE se ha vaciado de contenido ideológico, y de proyecto político para España. Ya no es la referencia mayoritaria de la izquierda española. Puede ser el final del PSOE.