Rajoy y Moix, superados por la corrupción
Una vez más a Rajoy le ha superado la corrupción, y Moix ha tenido que dimitir.
El preso Ignacio González celebró el nombramiento de Manuel Moix como fiscal anticorrupción. Moix trató de entorpecer algunas diligencias de caso Lezo, intentó cargarse a los fiscales del 3% catalán y la mayoría de sus subordinados iban a por él. Y la guinda, Infolibre desveló Moix que había heredado una sociedad radicada en Panamá, cuya existencia declaró al fisco al morir su padre y acceder a la cuarta parte de la titularidad de la misma. Pero se olvidó de contárselo al fiscal general antes de ser nombrado para liderar la lucha contra la corrupción. Y claro, hoy ha dimitido, porque no es de recibo ocupar ese cargo y compartir testaferros en Panamá con Oleguer Pujol y compañía.
Mariano Rajoy, que se lleva mal con la división de podres, defendió el nombramiento de Moix, y defendió inicialmente su actuación al publicarse el dato panameño. Pero una vez más a Rajoy le ha superado la corrupción, y Moix ha tenido que dimitir. No es delito heredar, pero si se hereda una propiedad que ha sido ocultada a la Hacienda Pública, y aunque se declare entonces y no se tenga pasta para liquidarla, no se debe ser fiscal anticorrupción, y no es aceptable ocultar el dato al jefe antes de que te nombre. A Moix le ha superado también la corrupción.
La corrupción ha hecho mucho daño, y las responsabilidades están en los corruptos y los corruptores, de los que se habla poco y siempre se van de rositas. Pero, sobre todo, lo que está liquidando la confianza de los ciudadanos en las instituciones son las reacciones de los políticos y de los cargos públicos que dependen de ellos cuando aflora la mierda. Y mucho cuidado, porque queda mucho por salir y hay acojo generalizado en el mundo de la empresa y la política por las investigaciones en marcha. Hay muchos superados. Desde hace tiempo.