8 de agosto: clave para Puigdemont

Fue hace un mes cuando un ministro dio el toque de alerta: “Atenta al 8 de agosto, es la fecha que más nos preocupa, aparte del 1 de octubre. Tememos que Puigdemont quiera hacer coincidir la consulta con unas elecciones autonómicas para tener así urnas, censo y colegios electorales abiertos. Si fuera así, el 8 de agosto es el día que tendría que hacerlo para cumplir los plazos que marca la ley. Apunta. 8 de agosto”.

La confidencia indica que Rajoy and Co., con Soraya como principal elemento de la Co., tienen desplegados sobre la mesa los planos de la estrategia independentista con sus distintos escenarios de batalla. Todos. Incluidas las elecciones autonómicas el 1 de octubre. Con la respuesta que se debe dar al adversario ante cada movimiento que realice: el Tribunal Constitucional, cómo respirarían los miembros del Tribunal Constitucional, qué argumentos legales se pueden presentar ante las iniciativas de los independentistas, y que la Abogacía General del Estado ha preparado ya para el equipo de la vicepresidenta; qué fiestas se celebran en Cataluña en agosto y septiembre y qué tipo de situaciones pro independentistas pueden darse en esas fiestas populares que hoy tienen una indudable connotación política, cuál es el calendario de las causas judiciales abiertas que afectan a serios asuntos de corrupción, cuál es el respaldo legal que permite que la guardia civil registre determinados despachos, en qué situaciones el TC puede decidir inhabilitaciones y en cuáles penas de prisión por desacato… Lo han analizado todo, previsto todo, se han puesto en el lugar del enemigo para prever qué decisiones podrían tomar, y qué tecla tocarían para mantener el objetivo del llamado Procés. Sabe incluso el equipo de Rajoy y Soraya con qué gente pueden contar los independentistas de forma incuestionable y quiénes empiezan a sentirse incómodos y podrían desengancharse de la aventura.

8 de agosto. Ya mismo sabremos si Puigdemont pasa al siguiente e importante capítulo.