De sueldos y directivos

El título, como es bueno, llama la atención: “Los altos directivos del IBEX-35 cobran de media 207 veces el sueldo mínimo de sus empleados”. Toca la fibra. Inicialmente alarma porque parece excesivo, incluso a mí, que no soy de esos a los que les parece mal que el personal gane dinero o sea rico, mientras sea honrado y decente. Siempre he pensado que a la hora de valorar el salario de cualquiera, directivo o empleado raso, hay que colocar sobre el fiel de la balanza para ver el grado de justicia de un sueldo el valor que genera para la empresas que le paga. El problema con los salarios y las jubilaciones de algunos saltos directivos del Ibex no es la diferencia respecto a lo que cobran sus empleados, sino que para nada han justificado ni generado para las empresas valor suficiente para cobrar esas cifras, y algunos incluso han abandonado sus puestos con el valor de la acción muy por debajo de lo que estaba el día que llegaron, y eso es grave, porque afecta a los accionistas, que son los propietarios de las empresas. Y las empresas se crean y están para ganar dinero.

Que un ejecutivo tenga un salario millonario muchas veces está justificadísimo, si su gestión genera valor para la compañía. Que la diferencia entre el salario de un alto ejecutivo y los sueldos más bajos sea “abismal” o presente “desigualdad” no es malo en sí mismo, si está justificado por lo que aporta el ejecutivo en cuestión y por el valor de la compañía que gestiona. Otra cosa es que hay casos de desigualdades injustas intolerables, y me ahorro dar nombres no por miedo a nada ni a nadie, sino por elemental prudencia, aunque alguno nos venga a todos a la memoria. También conozco casos de empleados que cobran salarios excesivos pare al valor que aportan a sus empresas, por la aplicación de baremos o convenios que igualan no por cualificación o por generación de valor, sino por mera colocación o escalafón, lo cual es injusto. Esto sucede a menudo en empresas públicas, y genera daños inmensos e irreparables que padecen injustamente sus compañeros o todos los ciudadanos que con nuestros impuestos sufragamos esos salarios como los de los ejecutivos de las mismas.

Es un asunto de fuste, importante, sin duda, pero que se presta mucho a la demagogia, que no es buena compañera de viaje si se pretende ser justo. Se pone el ejemplo de Inditex. Sus más altos ejecutivos algo deben estar haciendo bien dado el valor de la compañía y el prestigio mundial bien ganado que tiene. Otra cosa es el banco Popular, donde quienes cobraban esos sueldos millonarios han actuado de modo poco brillante e incluso algunos poco decente. Aunque hubieran cobrado la mitad no se justificarían algunos casos conocidos en esa entidad bancaria.

Respecto a la precarización deel empleo, esto sí que me parece preocupante, como el salario mínimo interprofesional. Y ahí hay responsabilidades en las empresas del Ibex-35, pero también en otras grandes compañías y en la Administración. No me gusta centrar solo la diana en los más ricos, me parece, insisto, fácil y un punto demagógico, con todos los riesgos que ello conlleva. Claro que estoy en contra de las excesivas desigualdades sociales, pero estoy a favor de que quién más vale gane dinero y se haga rico si actúa decente y honradamente y genera valor a su empresa. Claro que sí. No tengo nada a priori contra los ricos, ni siquiera envidia. Sí que tengo contra los golfos. Que haya habido muchos no justifica que pensemos que todos los ricos se lo llevan por la cara. No es así. Es injusto. Y también tengo, mucho, contra todas las injusticias.