Las opciones de Venezuela
Ayer el pueblo venezolano se echó de nuevo a la calle, valiente como siempre, para evidenciar por enésima vez el rechazo social al régimen de Nicolás Maduro, sucesor del narcoestado instaurado bajo la dirección del régimen castrista de La Habana, en esa “invasión consentida” que ha sumido a Venezuela en la miseria con un Gobierno ilegítimo que se mantiene imponiendo el terror.
Ayer el pueblo venezolano se echó de nuevo a la calle, valiente como siempre, para evidenciar por enésima vez el rechazo social al régimen de Nicolás Maduro, sucesor del narcoestado instaurado bajo la dirección del régimen castrista de La Habana, en esa “invasión consentida” que ha sumido a Venezuela en la miseria con un Gobierno ilegítimo que se mantiene imponiendo el terror. Una nueva exhibición de fuerza en la que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se presentó como autoproclamado jefe del Estado, dando así respuesta al clamor popular por el cambio y la democratización del país. Donald Trump reconoció a Guaidó en el acto, lo mismo que la Organización de Estados Americanos y otros países como Canadá, pero la Unión Europea pidió elecciones libres y una salida dialogada.
Trump dijo que “no estamos considerando nada, pero todas las opciones están sobre la mesa”. Esas opciones a las que se refiere Trump son en realidad una, iniciar una operación militar y enviar soldados americanos a Venezuela.
Cualquier opción de salida a la crisis venezolana pasa por que Maduro y sus compinches den un paso atrás. Y está por ver si el presidente ilegítimo elige una transición pacífica a la democracia. Trump dijo ayer que “si elige la violencia todas las opciones están sobre la mesa”. El diálogo con un sátrapa como Maduro es muy difícil. Está por ver también la posibilidad de un movimiento militar contra el propio Maduro, que ayer no se descartaba en las cancillerías occidentales. En cualquier caso, las opciones de Venezuela son pocas. España reclama “cautela y consenso entre los socios europeos”, pero los venezolanos esperan de nuestro país más compromiso en la defensa de la democracia y los derechos humanos, y menos contemporización con la dictadura. Las marchas masivas de ayer, la capacidad de convocatoria de la oposición, ponen a Maduro de nuevo en el límite, pero el dictador no parece inmutarse. Hay pocas opciones, y ninguna realista y sensata es que Maduro permanezca en el poder. Lo deseable sería una transición pacífica, pero no hay un solo botón de muestra de que el dictador esté por la labor, lo cual complica el escenario y acerca a los venezolanos a un conflicto violento con intervención militar norteamericana que nadie desea, pero en el que algunos encuentran una solución.