Todos necesitan a Vox
Su política de comunicación consiste en “picar” a la izquierda y a los medios con provocaciones
La política de comunicación de Vox consiste en “picar” a la izquierda y a los medios con provocaciones. Es barata y efectiva. A menudo el trabajo realmente lo hace la prensa que recoge sus barbaridades. Ha ocurrido con el tema de las armas. No existe debate alguno, ni debería existirlo. Pero de pronto nos encontramos haciéndole fact checking a algo inexistente: no hay ningún consenso ni demanda para la tenencia de armas en España. Algo tan marginal acaba en el mainstream gracias al deseo de una prensa por cubrir un partido novedoso y sus ocurrencias. Como dice el periodista Eduardo Suárez, “A menudo hablamos de los grupos y los mensajes de WhatsApp como aceleradores de los discursos la derecha populista. Pero los periódicos y las televisiones tienen todavía un poder enorme para definir la conversación: sobre qué asuntos hablamos y cómo hablamos de ellos.”
Vox toma la iniciativa. Coloca sus ocurrencias en la agenda y obliga a los demás a debatir sobre ellas. Los demás partidos se rebajan a su nivel para contrarrestar. Una de sus estrategias es pescar en el descontento y perplejidad que provoca en los demás. En el caso de las armas, la intención de Abascal, que ha hablado en la web Armas.es, no era crear solo un debate sobre la tenencia de armas, sino defender la caza y criticar la brecha que existe entre las ciudades y el mundo rural: reivindica el “respeto a las formas de vida rurales, amenazadas por urbanitas ideologizados que pretenden decir a la gente del campo como tienen que vivir”. Lo hace en un medio muy afín a sus ideas, y por lo tanto se ahorra la crítica del entrevistador. Los medios, al reproducir su mensaje, lo hacen en los términos que Vox ha elegido de antemano.
No hay solución fácil a esto. La cobertura excesiva sirve de promoción al partido; aunque sea generalmente negativa, activa a sus votantes potenciales: si La Sexta les critica tanto, diría un votante potencial suyo, algo de razón llevarán. Por otra parte, el silencio mediático les permite hacer de mártires: los medios del establishment nos ningunean (algo que, de todas formas, dicen incluso cuando reciben cobertura). Vox es un partido de excepción: tiene que dibujar un panorama catastrófico para prometer una redención. En la polarización actual, los medios no pueden ningunearlo porque trae tráfico y es atractivo mediáticamente; los demás partidos políticos tampoco pueden ignorarlo, y de hecho están construyendo su identidad política en oposición al partido. Todos necesitan a Vox.