Algo tendrá que decir Casado
Ni en la peor de sus pesadillas pudo pensar Casado que iba a tener un resultado tan desastroso
Ni en la peor de sus pesadillas pudo pensar Casado que iba a tener un resultado tan desastroso. No ha salvado ni los muebles, ni siquiera podrá encontrar argumentos con los que justificar el mal que ha hecho.
Que no cometa la bajeza de decir que recogió un PP que Rajoy había dejado en las raspas, que heredó un partido deshecho e invadido por la corrupción. Había corrupción, no se puede negar y están los jueces tomando decisiones en ese sentido, pero si la corrupción desalojó a Rajoy del gobierno a través de la moción de censura, no hay un solo analista que recoja que los votantes abandonaban al PP por la corrupción. Así que solo Casado es responsable del desastre.
Cuando ganó Soraya la primera parte de las primarias, hizo un pacto entre perdedores que iba contra las esencias del partido y aceptó la propuesta que le hizo una Cospedal que preparaba su venganza contra la vicepresidenta, con la que llevaba años enfrentada. Encima impuso unos nombramientos a Casado que abundaron en la desazón interna, porque no eran ni de lejos los más queridos en el PP. Casado rechazó el pacto que le proponía Soraya, un pacto en el que ella sería presidenta del partido puesto que era la que había ganado la primera contienda, con él de secretario general. Si hubiera aceptado, es probable que el PP de hoy habría alcanzado la mayoría absoluta tras el desastre de gobierno de Pedro Sánchez, que sin embargo se mantendrá en La Moncloa a pesar de su mal gobierno, su pésimo gobierno.
Es Casado el que se empeñó en unas listas que no había por dónde cogerlas, con inclusión de personas que provocaban auténtico asombro –para mal- porque se sabía de antemano que no eran ni de lejos las apropiadas para ganar unas elecciones, y no hace falta dar nombres porque están en boca de todos. Y el remate llegó el último día de campaña cuando Casado anunció su disposición a gobernar con Vox.
Que no le echen la culpa a Vox. Existía hace años, pero Rajoy, del que despotrican en privado muchos de los que rodean a Casado, supo mantenerlos a raya. Ni un diputado tuvo Vox cuando Rajoy presidía el PP, ni uno. Pero Abascal supo encontrar las vueltas a Pablo Casado. Vox se colocó bien en Andalucía porque el nuevo presidente del PP le dejó campo libre y, de Andalucía, se ha colado, con fuerza, en el Congreso.
A ver qué explicaciones creíbles da Casado ante tal desaguisado.