Las tres brechas que mejor explican el 28A
«Nos encontramos en un momento electoral cristalográfico, de reconfiguración y reequilibrio de fuerzas»
“Cristalografía:
descripción de las formas
que toman los cuerpos al cristalizar”
Nos encontramos en un momento electoral cristalográfico, de reconfiguración y reequilibrio de fuerzas. Son cambios telúricos en el electorado, que asimilamos a la misma velocidad a la que se producen gracias a nuestra vigoréxica capacidad de adaptación a los mismos.
Pero será en apenas tres semanas, cuando concluya el pentatlón electoral que renovará prácticamente todas nuestras instituciones, cuando podremos contemplar en toda su amplitud los resultados de las elecciones legislativas que acabamos de celebrar.
El cuerpo electoral está transformándose. Son muchos los factores que justifican estos cambios, pero unos lo hacen mejor que otros. Hace unos años, cuando comenzó a llegar el multipartidismo, la edad fue el factor que mejor discriminaba los resultados.
Los tres vectores de transformación que mejor explican esta nueva distribución de fuerzas son: la brecha vernácula, la España monolingüe castellana frente a la cooficial, la brecha ocupacional, las clases dinámicas frente a las clases pasivas, y, por último, la brecha de género, voto masculino frente al femenino.
Brecha vernácula
El bloque de la izquierda, conformado por PSOE y Unidas Podemos, se está reconfigurando en torno a la brecha vernácula. Si analizamos el resultado sobre censo, para evitar la distorsión que provoca la abstención, se produce un vuelco entre PSOE y Unidas Podemos.
El PSOE ha desaguado toda amenaza de sorpasso, pero la ventaja que tienen los socialistas sobre Podemos en la España castellana, se reduce a la mitad en la España cooficial, donde vota el 41% de los españoles.
Esto explicaría el sentido de las primeras declaraciones de Pablo Iglesias al conocer el escrutinio: “La clave es que España es plurinacional, basta ver el resultado de las elecciones en Euskadi y en Cataluña”.
Este será uno de los vectores que expliquen los movimientos que se produzcan dentro del bloque de la izquierda en los próximos años. Más aún si tenemos en cuenta que la nueva disposición del Congreso tendrá 32 diputados favorables a las tesis separatistas. Desde el regreso a la democracia no tenían tanto peso específico en la Carrera de San Jerónimo.
Brecha ocupacional
La brecha ocupacional es el vector de transformación que más afecta al bloque de la derecha. Este vector es el que ha permitido que el Partido Popular mantenga la primera posición en el bloque. Los cimientos de su apoyo electoral siguen estando en las clases pasivas, especialmente en jubilados, pensionistas y amas de casa. Ciudadanos y VOX todavía no consiguen horadar esta aldea gala bipartidista.
Entre las clases dinámicas de la economía, es decir, los que trabajan o están en disposición de hacerlo, la disputa dentro del bloque de la derecha se produce entre Ciudadanos y VOX. Los resultados del domingo indican que finalmente Ciudadanos salió vencedor en este primer asalto. Es destacable la batalla encarnizada por el voto de los autónomos.
Brecha de género
La brecha de género es el último vector de transformación en este ciclo electoral y afecta a los dos bloques.
Atañe especialmente a VOX, cuyo votante es eminentemente masculino. Por cada mujer que vota a VOX hay dos hombres. En menor proporción también le sucede a Unidas Podemos a pesar de haber rebautizado la marca. Se demuestra que ellas habitan en la moderación.
El PP y el PSOE, en menor medida, están más feminizados por contar con un electorado más envejecido.
A Ciudadanos esta brecha le afecta de una forma intermitente. Su electorado potencial femenino es más sensible y tornadizo que los demás, quizá se pueda decir, más exigente.
Una de las grandes dudas pendientes de resolver en el próximo asalto es qué harán los hombres nacidos entre 1965 y 1985 y cómo les sentará esta tripotera electoral. Ahí es donde VOX ha tenido sus mejores rendimientos.
Estos tres vectores de transformación seguirán ejerciendo su influencia en las próximas semanas y condicionarán el resultado de las próximas elecciones.
Antes del verano sabremos cómo se resuelve este momento cristalográfico. A unos les irá mejor que a otros, pero ya lo decía el poema del senador Campoamor:
«Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira».
Veremos.