La verbena política

Igual que a un niño con el cajón de las galletas, los partidos hacen lo posible por embaucar a los periodistas en agosto con ruedas de prensa o actos propagandísticos que en otro momento del año no saldrían ni en un breve. Si Casado se deja barba, en los programas radiofónicos de la tarde ya tienen la broma tonta que necesitan para resolver el tramo de cinco a seis. Si Sánchez, moreno como Rajoy recuperando su «¡viva el vino!», aprovecha para jugar a presidente en sus reuniones de postín con los colectivos sociales afines, en los diarios hay tema para abrir las secciones de política.

En agosto, cuando aún los líderes políticos siguen tomando el sol, hasta una rueda de prensa de la portavoz de Podemos entra en la agenda mediática del día. Da igual que sus dos líderes estén más pendientes de cambiar pañales que de la formación de Gobierno. Podemos vuelve a acusar al líder del PSOE de bloquear la investidura del Ejecutivo y los digitales lo destacan como una de las noticias más importantes. Podemos insiste, Podemos reitera, Podemos repite… Los sinónimos se agotan.

Un mes después de que fracasara el primer intento de Sánchez de ser investido, con la posibilidad de que se repitan las elecciones si durante las próximas cuatro semanas nadie consigue los apoyos necesarios, todo sigue igual. Y en el horizonte, otra recesión. Alemania camina directa hacia su segundo trimestre negativo. Nos lo recuerdan los economistas, que no estaban muertos, estaban esperando a volver a ocupar el espacio de las tertulias que les robaron los politólogos: cuando Alemania estornuda, se constipa Europa.

Cómo será el estornudo de los rubios que Merkel quiere tirar de deuda pública para frenar la caída. Lo del equilibrio presupuestario ya lo impondrán ellos cuando les interese. En Estados Unidos, Trump se prepara ante la recesión que se espera dentro de dos años con una gran bajada de impuestos y en China, con el crecimiento más bajo desde 1992, se aferran a varios proyectos de infraestructuras y a las rebajas de impuestos.

El Gobierno en funciones de Sánchez por un lado apela a la urgencia económica para que voten su investidura y por el otro mantiene que el crecimiento de la economía española es superior a la media europea. «No hay atisbo de recesión económica. «La economía española tiene muy buenos fundamentos», decía Zapatero antes del gran apagón. «Como todo, es opinable y depende de lo que entendamos por crisis». Y el último que apague la luz.

Los nacionalistas vascos, viejos zorros, lo saben mejor que nadie. «Ahora me dedico a las fiestas y a estar con la gente», dice Ortuzar, presidente del PNV, cuando le preguntan sobre la investidura de Sánchez. Luego tira una caña y se toma otra, que es la Semana Grande de Bilbao: «Ya habrá tiempo. Además, tiene que llamar él. ¡Qué vamos a hacer nosotros! Esperar es lo que toca». España es una verbena.