Duele Europa
«Fallan las autoridades europeas que hacen la lectura más simple y facilona del problema independentista catalán… como fallan las autoridades españolas que no dedicado tiempo, dinero y esfuerzo personal a explicarlo»
No se están portando bien con nosotros las instituciones europeas, y duele.
Somos un país profundamente europeísta, aunque empieza a aparecer el euroescepticismo de manos de Vox[contexto id=»381728″], partido que no desaprovecha la oportunidad de crecer aprovechando los errores de otros. Y respecto a Europa los ha habido por parte del PP y del Psoe, sobre todo de este último, que no advirtió que el relevo de Tajani y Juncker en el Parlamento Europeo y la Comisión suponía que se eliminaban dos voces que se han batido el cobre por nosotros.
El socialista Sassoli, nuevo presidente del Parlamento Europeo, ha sido el primero en darnos en toda la frente al entregar a Puigdemont la acreditación provisional como eurodiputado, sin esperar los recursos correspondientes. Aunque también habría que decir que la Justicia española ha debido de hacer mal algunos deberes, porque la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE ha sido demoledora; pero es la enésima resolución de tribunales europeos que nos son adversas, así que alguna responsabilidad tienen las autoridades judiciales, fiscales y políticas españolas ente tantas noticias pésimas. Sí, también las políticas, a pesar de la separación de poderes, porque seguramente un telefonazo a Sassoli habría impedido que una autoridad política como él fuera tan diligente a la hora de tomar una decisión.
Desde hace un tiempo parece que en España ganan siempre los malos, y si todo lo que depende de Sánchez provoca una desazón ilimitada, angustiosa, porque nos aboca al desastre con su entreguismo a los que quieren destrozar España, que también nuestros socios europeos sean tan fríos respecto a España ante el problema más grave que sufrimos desde la muerte de Franco, da qué pensar.
La UE es la mejor apuesta que puede hacer un país europeo que quiere estabilidad interna, una economía rigurosa, leyes proteccionistas, solidaridad y libre circulación de trabajadores. Sin duda, tanto en nuestro país como en Bruselas no se han hecho bien todos los deberes. Hay que insistir sin embargo en dentro de la UE a pesar de que son muchos los campos minados y se necesitan dirigentes sólidos para llevar la empresa a buen puerto. Pero España está recibiendo un exceso de castigos, y muy seguidos. Fallan las autoridades europeas que hacen la lectura más simple y facilona del problema independentista catalán… como fallan las autoridades españolas que no dedicado tiempo, dinero y esfuerzo personal a explicarlo. Al menos no tanto como han dedicado los independentistas, que se están llevando el gato al agua. Y algo hay que hacer … aunque a lo mejor es el propio Sánchez el que prefiere no hacerlo para facilitar así el acuerdo de gobierno con ERC.
Con tanto disparate como vivimos, no es descartable que también la larga mano del sanchismo se esté moviendo en Bruselas al margen de Iratxe García, su portavoz parlamentaria allí y que, cuentan, no oculta su desesperación por la “generosidad” de Sassoli con Puigdemont.