Reglas para la conversación civil dichas por personas que no tenían twitter
«Se va poniendo difícil, en estos tiempos aspérrimos de polarización política, mantener debates en Twitter, que es un invento que a ninguno nos hace más listos»»»
Se va poniendo difícil, en estos tiempos aspérrimos de polarización política, mantener debates en Twitter, que es un invento que a ninguno nos hace más listos, y en el primer descuido nos hace peores de cómo éramos. Siguen algunas recomendaciones, consejos y fragmentos de sabiduría que he recogido aquí y allá y que cabe tener presente en los intercambios digitales. Su (deseable, imposible) cumplimiento conduce al ideal regulativo de tertuliano expuesto por Catón el Viejo: vir bonus dicendi peritus (un hombre honrado que sabe discutir).
San Ignacio de Loyola, Ejercicios espirituales (Cfr. Principio de Caridad).
Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla; y si no la puede salvar, inquiera cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor, y si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve.
Platón (o Aristóteles: seguramente ambos y, en todo caso, con frecuencia rebatidos en España)
No se debe discutir sobre lo que se puede pesar, contar o medir.
Stendhal
¡Muestre, no declare!
Joubert, Pensamientos (trad. Carlos Pujol)
A los sabios hay que decirles la verdad, a los necios hay que seguirles la corriente;
Unos se complacen en decir lo que saben; otros, lo que piensan;
Esos rasgos de ingenio que nos conducen a espantosas oscuridades;
La desdichada necesidad de gustarse a uno mismo;
Todo exceso es defecto.
Sófocles, Electra
Hablar bien y estar equivocado es trágico.
Talleyrand
Todo lo que es exagerado es irrelevante.
Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor (trad. Carlos Manzano).
Una idea fuerte comunica parte de su fuerza al contradictor. Como partícipe que es en el valor universal de las inteligencias, se inserta, se injerta, en la mente de aquel a quien refuta, en medio de ideas adyacentes, con cuya ayuda –al recuperar cierta ventaja– la completa, la rectifica, de modo que la sentencia final es en cierto modo obra de dos personas que debatían. A las ideas que no son, hablando con propiedad, tales, a las ideas que, por carecer de fundamento, no encuentran punto de apoyo alguno, ramal fraterno alguno, en la mente del adversario, es a las que éste, enfrentado al puro vacío, nada puede decir. Los argumentos del Sr. Norpois carecían de réplica por carecer de realidad.
Antonio Machado, Juan de Mairena.
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Winston Churchill (atribuido)
Un fanático es alguien que no sabe cambiar de opinión y tampoco de conversación.
Oscar Wilde
¡Oh, no uses palabras grandes! Significan muy poco (Un marido ideal)
Estoy harto de los listos. Todo el mundo es listo hoy en día. No se puede ir a ningún sitio sin encontrarte con gente lista. Se ha convertido en una auténtica molestia pública. Ojalá nos quedaran algunos tontos. (La importancia de llamarse Ernesto)
Judith Shklar (consejo para intelectuales, paráfrasis)
Huid del glamour de las buenas causas.
Josep Pla
Es más difícil describir que opinar, infinitamente más; en vista de lo cual, todo el mundo opina;
Es más fácil creer que saber
Montaigne, Ensayos
Cuando obtenéis la victoria por méritos de vuestro argumento, es la verdad la que vence; cuando obtenéis la victoria por mérito del orden y de la exposición, sois vosotros quienes vencéis.
Eclesiastés, 1-14
Miré cuanto se hace bajo el sol: todo es vanidad y apacentarse de viento.
Francis Scott Fitzgerald, El gran Gatsby
Cada vez que creas que tienes que criticar a alguien solo recuerda que no toda la gente de este mundo ha contado con las ventajas de que tú has gozado.
Rafael Sánchez Ferlosio
Nunca se convence a nadie de nada.
Sócrates, dejando plantado a un sofista (apócrifo verosímil)
¡Por Zeus, que tarde es! Me van a cerrar el mercado. Disculpa, Gorgias, ya seguimos otro día. Vámonos a casa.