Feijóo

Que no se equivoque nadie, y sobre todo que no se equivoquen los inquilinos de Génova: las elecciones del día 12 en Galicia no las ha ganado de forma apoteósica el PP, las ha ganado Alberto Núñez Feijóo. Le han votado incluso votantes habituales del BNG, que están de enhorabuena porque con Ana Pontón se han situado como segunda fuerza, por encima de los socialistas. La prueba de que el voto era para Feijóo es que no quiso que se produjera el desembarco de miembros de la ejecutiva nacional, con excepción de Casado, y que en la cartelería desapareció el logo del PP, o apareció de forma tan mínima que ni se veía. Los gallegos –soy gallega y lo sé- han votado a quien su era presidente desde hacía doce años y ha defendido Galicia con uñas y dientes.

Hay líderes regionales y locales a los que propios y extraños, con un porcentaje alto de apoyos que, en las generales, apoyan a otros partidos. Ocurría con Paco Vázquez y con Rita Barberá, ocurre con Abel Caballero y ocurre con Núñez Feijóo, ahora más que nunca porque son tiempos convulsos y la gente sensata quiere dirigentes sensatos. Y además porque Feijóo mantiene las señas de identidad que siempre han sido del PP y que están desapareciendo con el nuevo equipo. La moderación por ejemplo, aunque en la ejecutiva del pasado miércoles Casado dijo que Feijóo no tiene que pedir moderación porque el PP no la ha perdido. Vaya si la ha perdido. Desgraciadamente para los que siempre han sido leales al PP, en el nuevo equipo hay hombres y mujeres a los que no se puede sacar de casa porque en cuanto pisan la acera lanzan diatribas propias de los que se alinean con Vox.

Al finalizar la reunión de la ejecutiva y el almuerzo de los presidentes regionales con Casado, desde el partido transmitieron por tierra mar y aire, con gran satisfacción, que Feijóo había dicho que no tenía la menor intención de dar el salto a la política nacional. Lógico, habría sido un disparate que anunciara que quería dar ese salto. Que lo vaya a dar es una incógnita, probablemente ni él mismo sabe qué va a hacer. Pero de la misma manera que hoy dice que Galicia es su único destino, dentro de dos años puede pensar que el PP necesita un cambio en profundidad para volver a ser partido de gobierno, y solo él puede protagonizarlo. Porque de momento, si se celebran elecciones dentro de un mes, el único candidato que puede presentar el PP con opciones de ganar es Alberto Núñez Feijóo. Y la gente con despacho en Génova lo sabe aunque intenta disimularlo.