Sin complejos
«Digo yo que tipos que necesitan exhibirse con el puro en plan Terminator o improvisan una secuencia de Rambo/Torrente en un campo de tiro algunas carencias de autoestima arrastrarán»
Leo que Ignacio Garriga de Vox llama acomplejados a Ciudadanos y el PP. Es norma en la formación de extrema derecha presentarse sin complejos y a pecho descubierto. Aunque digo yo que tipos que necesitan exhibirse con el puro en plan Terminator o improvisan una secuencia de Rambo/Torrente en un campo de tiro algunas carencias de autoestima arrastrarán. Puede que tal vez incluso desde el patio del colegio. Pero estábamos con el señor Garriga y su falta de complejos, que básicamente se reduce a soltar los vocablos y sintagmas de una tanqueta de ideas delirantes: Venezuela, golpe de Estado, comunismo (siempre he pensado que si Trotsky levantara la cabeza y viera a los de Podemos se daría él mismo con el piolet), inmigración ilegal y mucho ardor patriotero. Vamos, el libro rojo de Trump pero sin muro que endosarle al vecino de abajo.
Entiendo que los de Vox quieran capitalizar el voto de la derecha cabreada y de paso hacerse con los favores de muchos votantes desesperados de izquierdas que no tienen quien les escuche. Por ahí van bien con el discurso del odio -una reacción propia del miedo-, aunque no sé si les funcionará la carraca cansina de la unidad sacrosanta de la nación. ¡Ubérrima!
Para el señor Garriga corre suelto un “feminismo enloquecido”, el ecologismo está “desbocado” y campa por sus anchas la “tiranía de la ideología de género”. La sal gorda es propia de estas recetas fast food del populismo rampante, que proclama un par de obviedades palmarias añadiéndole mentiras torticeras y un arsenal de soluciones tremebundas. Para muestra, la recuperación del relato mendaz del franquismo sobre el golpe militar contra el gobierno legítimo de la II República. Por lo pronto ya se ha cobrado dos calles con el beneplácito vergonzoso de los vergonzantes acomplejados, y con un primer aviso de matonismo digital.
Seguiremos la evolución de los hechos. O su inevitable degeneración. De momento, mañana el señor Garriga presenta y defiende moción de censura contra Pedro Sánchez. Me temo que tendremos Venezuela, comunismo (Trotsky aporreándose sin parar el cráneo con el piolet), golpes de Estado y resquebrajamientos patrios hasta en la sopa. Y a ver qué dicen entonces los acomplejados.