De qué va lo del Planeta

Mientras todos estábamos distraídos discutiendo sobre qué significaba que detrás de Carmen Mola, superventas de Alfaguara con una trilogía con una detective como protagonista, estuvieran tres escritores, hemos pasado por alto lo que realmente ha sucedido. Entre los más despistados, la escritora Nuria Labari, que afeaba que el Planeta se lo hubieran llevado «tres publicistas». No es solo que cualquiera pueda presentarse a un premio –en el caso del Planeta habría que decir: no es solo que Planeta pueda ofrecer su premio gordo a quién quiera–, sino que además Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero son escritores de novela y guionistas de solvente trayectoria. Me he acordado del escritor polaco Stanisław Lem, cuyo centenario se celebra este año, que para ser escritor tenía que ser parte de la Asociación de Escritores y para eso tenía que tener dos libros publicados.

Pero todo eso son distracciones para no decir lo que todos sabemos: que lo de menos en esto es la literatura, y no porque los libros premiados sean mejores o peores. De lo que va el Planeta es de enseñar músculo: de demostrar al mundo lo fuertes que son y el dinero que tienen, tanto como para subir la dotación hasta un millón de euros. Se dice, por cierto, que el premio ya era de un millón, aunque no se dijera: se cuenta que ya se redondeaba para llegar hasta el millón. Con la operación Carmen Mola, Grupo Planeta se ha llevado a una superventas de la competencia, un poco como ya hizo para la edición de 2019, cuando usó el premio para fichar a Javier Cercas y a Manuel Vilas, buscando en ese caso además devolverle un cierto prestigio literario al premio. Seguramente una de las motivaciones para la operación es que podía hacerlo, pero hay otra. La productora Atresmedia, de la que es accionista Grupo Planeta, está rodando ya la versión cinematográfica de las novelas policiacas de Carmen Mola en Alfaguara. ¿Para qué comprarle a tu competidor las novelas si puedes comprar a quienes las escriben?

Otra cosa es que de rebote, y seguramente sin querer, descubra la mirada zoológica, como cuenta Leila Guerriero, hacia la literatura.