MyTO

China gana, Occidente pierde, Ucrania desaparece

«La segunda derivada cierta de esta guerra pasará por el definitivo alineamiento económico, político y militar de la Federación Rusa con los intereses estratégicos de China»

Opinión

Vladimir Putin y Xi Jinping, en una imagen de archivo. | Reuters

  • Gallego practicante pese a residir desde la tierna edad de 5 años en Barcelona, ciudad donde se licenció en Económicas. Ha sido editor de El Correo Financiero además de colaborar en distintas etapas, entre otros medios de comunicación, en COPE, ABC, Es Radio, El Mundo y Libertad Digital.

Paranoica o no, la obsesión de la élite dirigente rusa con la posibilidad de que la OTAN pudiera anunciar el asentimiento oficial a la incorporación de Ucrania a su estructura militar en la muy inminente cumbre del organismo que se celebrará en Madrid el próximo 29 de junio, la conjetura que ha impulsado al Kremlin a lanzarse de modo apresurado a un ahora o nunca de consecuencias incalculables, va a conllevar dos derivadas ya seguras tanto en las afinidades eslavas como en el gran tablero de las alianzas geoestratégicas. La primera y más evidente supondrá un abandono histórico, definitivo, de la tradicional rusofilia de la parte de la población ucraniana de lengua y cultura rusa que en el futuro vaya a continuar residiendo en lo que quede en pie de actual Estado de Ucrania, un territorio que es de temer reste desposeído de la totalidad de su franja costera, que se anexionaría Rusia, convirtiéndose así en un país sin acceso directo al mar, con las consecuencias devastadoras que ello comportaría para sus exportaciones de todo tipo, fundamentalmente las agrícolas. 

A cambio de poder reconstruir en gran medida la frontera europea de la antigua Unión Soviética, lo que además implicaría incorporar también a Bielorrusia a través de algún tratado permanente de aire confederal -estatus que igualmente compartiría Kazajistán-, Moscú debería renunciar a la quinta columna sociológica que hasta ahora le ha permitido influir de modo constante en los erráticos equilibrios de la política interna de Ucrania, todo ello sin necesidad de incurrir en los altísimos costes asociados a una intervención militar directa. Tal vez mucho más crítica a medio y largo plazo para los objetivos de Occidente, la segunda derivada cierta de esta guerra pasará por el definitivo alineamiento económico, político y militar de la Federación Rusa con los intereses estratégicos de China. A fin de cuentas, Putin no deja de suponer un actor relativamente secundario en la confrontación principal, esa que contrapone a China y Estados Unidos en la competición por la hegemonía global. Si aún cabía alguna posibilidad de que Rusia, al cabo un país europeo, se posicionara junto al resto de Occidente en un escenario de conflicto, el que más pronto o más tarde va a llegar entre Pekín y Washington, esa hipótesis de trabajo acaba de ser descartada de modo radical. 

La audacia militar del movimiento que acaba de emprender Putin no puede resultar ajena a la nueva autonomía financiera que le ofrecerá esa asociación comercial asiática

En cualquier caso, el giro asiático de la economía de la Federación Rusa, que lleva en marcha desde hace un par de décadas, a partir de ahora verá muchísimo más acentuada esa tendencia. Así, igual que la Unión Europea sueña con reducir al máximo su dependencia de los combustibles fósiles rusos, el gas en primerísimo lugar, los rusos tratan igualmente de acabar con el casi monopolio de la demanda (los economistas llaman a eso monopsonio) de la producción de sus yacimientos que detenta Europa Occidental. Y ya han hecho algo más que fantasear a ese respecto. Mucho menos conocidos por la opinión pública que sus dos grandes gasoductos con destino final en Alemania, Gazprom concluyó en 2019 la construcción de otro gigantesco gasoducto que atraviesa 2.200 kilómetros hasta adentrarse más allá de la frontera china. Y en este preciso instante trabaja a toda prisa en la construcción de un segundo, trazado en  paralelo al anterior, del que llevan ensamblados 800 kilómetros de tubo. Por su parte, China les garantizará a los rusos una demanda gasista a escala del país, o sea, infinita. La audacia militar del movimiento que acaba de emprender Putin no puede resultar ajena a la nueva autonomía financiera que le ofrecerá esa asociación comercial asiática. 

Una asociación, por lo demás, en extremo asimétrica. Repárese en que Rusia únicamente representa el 2% del comercio exterior chino, mientras que la República Popular supone, en cambio, una quinta parte de los intercambios de Rusia con el resto del mundo. Y creciendo. Aunque lo fundamental para China reside en la posición geográfica de Rusia en tanto que canal logístico prioritario para canalizar sus exportaciones hacia los mercados europeos. Todas las rutas ferroviarias imprescindibles para colocar en Europa los excedentes industriales chinos necesitan de modo imperativo atravesar el inmenso territorio ruso. En ese aspecto, el logístico, el valor de mantener a Rusia a su lado resulta crítico para los chinos. Absolutamente crítico. Y se lo acaban de garantizar. El siglo XX empezó el 28 de junio de 1914, cuando Gavrilo Príncip, un nacionalista bosnio, apuntó su revólver contra el archiduque Francisco Fernado de Auntria. Y terminó el 9 de noviembre de 1989, día en que los soldados fronterizos de la RDA recibieron la orden de dejar de proteger el Muro. Aunque los contemporáneos todavía no tengamos noticia cierta de ello, es bien probable que el XXI empezara hace algo menos de un par de semanas.

5 comentarios
  1. Incandescente1

    «La primera y más evidente supondrá un abandono histórico, definitivo, de la tradicional rusofilia de la parte de la población ucraniana de lengua y cultura rusa»
    De dónde sacas esta afirmación tan categórica? No lo creo en absoluto, de hecho estarán siendo ésta minoría, cargada de resentimiento, la más satisfecha de la intervención rusa.

    Me da la impresión que Estados Unidos y el mundo occidental se están metiendo un gol en su propia meta, nada más ver la bolsa estos días. Si tu colocas a Rusia fuera del mundo occidental, dejas al mundo occidental fuera de Rusia, obvio, pero es que Rusia tiene donde ir, China e India, país este último olvidado, pese a su inmensa importancia y que se abstuvo. Rusia tiene donde ir, de hecho el camino que tomará será el de la zona de más crecimiento, Asia, allí donde don menos «tiquismiquis» pero más prácticos. Tendrán una nueva moneda de intercambio que sustituirá al dólar y tendrán un sistema de información bancaria distinto. No somos tan imprescindibles.

    Al principio les dolerá, pero probablemente más a nosotros, a los europeos,. Aquí, como casi siempre no hay inocentes, lo que hay es manipulación y propaganda. Pero víctimas… a millones. Por supuesto que los primeros los ucranianos, los cuales por su comportamiento con la minoría rusofila y después por dejarse manipular por Usa han colocado a Rusia en una situación endiablada.

    De momento a Zara, que ha cerrado 500 tiendas, le ha ido mal, pero el dinero que no tiene sentimientos, hará que esos huecos se rellenen, si no somos nosotros, serán otros… Tampoco es descartable que cuando pase el ruido vuelvan sin hacer ruido.

  2. Hamburg

    Sr. Garcia Dominguez, como siempre, mojandose en conclusiones un paso mas allá de las que sacan otros analistas. Pero permitame ir un poco mas lejos. Estando de acuerdo en las conclusiones que saca, no ha tenido en cuenta en el analisis cuales son las vías de acción lógicas que se nos presentan, tanto a los países occidentales como al resto. Se lo ofrezco como tema para su próximo artículo.
    En esta partida de ajedrez es complicado prever los movimientos de los jugadores pero no creo que sea verosímil pensar que los países occidentales no nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras esto ocurre. Me gustaría traer de vuelta la olvidada (o ignorada) doctrina Busch (GW) a raíz de los atentados de las torres gemelas: EEUU no podrá estar tranquila mientras haya regímenes no democráticos que amparen ataques contra occidente. De la irreflexiva, unilateral y poco planificada aplicación de esta doctrina vinieron las guerras de Irak y Afganistán, y de alguna forma EEUU volvió a intentar aislarse del mundo.
    Ahora, después de la invasion de ucrania por Putin, las dudas que surgen son similares: podemos estar tranquilos con un pais básicamente subdesarrollado (PIB per capita de Argentina) con un regimen autoritario y el segundo ejército mas poderoso del mundo y con miles de cabezas nucleares? Y con china, una potencia igualmente autoritaria, con una economía muy potente y con una gran y creciente capacidad militar y en todos los frentes? Que pensarán al ver lo de Ucrania países vecinos de China, con minorías chinas y con posibles conflictos territoriales con la gran potencia asiática? Buscaran la inclusion en la OTAN, no solo antiguas repúblicas soviéticas, sino países del area del Pacífico (Filipinas, Tailandia, Malasia, Indonesia…)? Se organizará en occidente un rearme militar, de inteligencia y diplomatico para influir en los gobiernos de terceros países al estilo de la CIA en sudamerica durante la guerra fría? Se buscará activamente el cambio de regimen en Rusia y en China a largo plazo, como en otros países (Iran, Venezuela, Cuba) mas a corto?

  3. Pasmao

    Pues si Don José

    La pregunta es si realmente Putin ansiaba esa dependencia de China, o si no le ha quedado mas remedio.

    Ya en 1998 Kagan, el autor intelectual de la doctrina de contencióna a la URSS, expuso en un artículo en el NY Times el inmenso error que era arrinconar a Rusia con todas esas incorporaciones a la NATO de los antiguos paises del Este, cuando se le había prometido a Gorbachov y Yeltsin que no se haría.

    Y lo hacía precisamente por que abocaría a eso que usted nos comenta.

    Añada además que en el futuro todas las transacciones derivadas de ese comercio no se harán en dólares, y que además se irán incorporando mas y mas paises.. para que veamos hasta que punto nos va salir «cara» (y a los primeros a los europeos, sólo hay que ver la cotizacion del €) esa ampliación.

    Por cierto, el artículo de Kagan está poco mas o menos que desaparecido.

    Y no creo que sea por culpa de la censura de Putin.

    Un saludo

Inicia sesión para comentar