MyTO

Cuatro años de Sánchez y de pesadilla

«En Moncloa están obsesionados con que se concrete una reunión con Joe Biden»

Opinión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Europa Press

  • Periodista, vivió la Transición desde el ruedo, no la barrera, y su escepticismo respecto a la clase política actual –con excepciones- es inconmensurable. Y se le nota.

A muchos españoles que nos consideramos «del plan antiguo», la generación que conoció los coletazos del franquismo y vivió con la máxima esperanza e ilusión el inicio de la Transición, la llegada de la gente del exilio, las primeras elecciones plenamente democráticas, el papel asombroso del rey Juan Carlos y de los dirigentes de partidos que se encontraban en la antípodas ideológicas, los cuatro años del Gobierno de Pedro Sánchez, que se cumplen precisamente ahora, los vivimos como una pesadilla.

Una pesadilla porque se han perdido los valores de aquella época irrepetible, de patriotismo de verdad, no patrioterismo; con figuras que demostraron una generosidad inconmensurable para remar todos en el mismo sentido en los asuntos de Estado aunque en el Parlamento se pusieran a caldo. Años de apertura, de descubrimiento de libertades, de incorporación de la mujer a la sociedad con todos los respaldos legales y sociales. Sí, ministra Montero, lo de usted es nada comparado con aquellos hombres y mujeres que cambiaron la historia de la mujer; porque hubo participación importante de hombres, no se les veía como enemigos, que es lo que usted hace, sino como compañeros de una aventura apasionante.

Pero dejemos a Montero atrás, aunque su actitud tiene mucho que ver con lo que nos ocurre a una parte de los españoles del plan antiguo, que estos cuatro años de sanchismo nos parecen preocupantes, dolorosos, tristes, humillantes en algunos aspectos… los cuatro peores años de la democracia, y eso que ha habido malos momentos desde la muerte de Franco. Pero había gente con cabeza de Estado al frente del timón, políticos de la derecha y de la izquierda que renunciaron a muchas cosas para trabajar por un país que necesitaba personas capaces que se responsabilizaran del futuro de su país y de sus ciudadanos.

Los cuatro años de sanchismo han sido tan penosos que fue expulsado del PSOE por dirigentes de su propio partido, un episodio negro en el que se llegó a montar una urna clandestina para intentar salvarle. Volvió, y volvió limpiamente ganando unas primarias y, después, una moción de censura. A la que siguió su triunfo electoral en las urnas.

Algunos que no le conocían bien pensaron no solo que cumpliría sus promesas, la principal que jamás se aliaría con Podemos, sino que además formaría un equipo de gobierno capaz, sólido, creíble. Nada de eso ocurrió, y si hoy miramos con dolor, pesar y preocupación el futuro, es porque estos cuatro años de Sánchez nos han abierto los ojos y es difícil esperar nada bueno del actual presidente de gobierno.

El balance no puede ser más inquietante: dentro del gobierno hay ministros que no respetan la Constitución, dentro del gobierno hay un sector enfrentado con el otro, y dentro del gobierno algunas de las pocas biografías interesantes que Sánchez incorporó a su equipo se han convertido en el ejemplo vivo de la decepción. Sánchez se ha convertido en una máquina de triturar trayectorias dignas de admiración.

Sus socios no serían admisibles en ningún gobierno europeo, algunos de ellos incluso los llevarían a los tribunales por situarse al margen de la ley. Las medidas sociales que promueven tienen poco que ver con lo que la sociedad necesita, aunque algunas se presentan como si sus promotoras -porque son féminas- hubiera inventado la pólvora.

Nunca España ha tenido las peores cifras de Europa en inflación o deuda, ni los impuestos más altos. Nunca hemos tenido menos proyección internacional, nunca hemos tenido un papel más irrelevante en la UE y menos activo en la OTAN; solo Luxemburgo nos gana en presupuesto de Defensa más bajo y estamos entre los últimos países en contribución a la Alianza.

La cumbre de Madrid -señor Sánchez, no es la primera cumbre de la OTAN que se celebra en España, los del plan antiguo hemos conocido otra, tampoco usted ha inventado la pólvora- quiere el presidente que se convierta en el lanzamiento a las alturas de su hoy pobre imagen exterior. En Moncloa están obsesionados con que se concrete una reunión a dos con Joe Biden, después del papelón de los famosos cincuenta y tantos pasos en un pasillo de Bruselas sin que el presidente le dirigiera la mirada. Más tarde hubo un encuentro del G-20 en el que Sánchez se acercó a saludar a Biden y estuvieron juntos menos de un minuto, pero al menos Biden le sonrió y estrechó la mano.

En fin, ojalá salga bien lo de la OTAN, hay que tomar decisiones importantes sobre Rusia y Ucrania. Y que Sánchez aproveche la oportunidad de presentar a España como un gran país anfitrión.

Lo que esta periodista no puede hacer en este cuatro aniversario del gobierno Sánchez es desearle que siga mucho tiempo en Moncloa. Sería una hipócrita.

7 comentarios
  1. jedoju

    Da dinero público que roba con descaro en impuestos a los contribuyentes a la empresa de sus padres, con dinero de los contribuyentes patrocina un concierto a su hermano. Se gasta dinero de los contribuyentes en crear puestos de trabajo a su Begoña. SE gasta y despilfarra lo que quiere y más, en vacaciones con amigos. De esta corrupción se niega a dar explicaciones de estos delitos. Lo más lamentable es que se irá sin ser investigado por sus muchos delitos y con una paga ¡vitalicia con cargo al robo al que tienen sometido al pueblo. Esta es la democracia que se han creado para beneficiarse, enriquecerse y pisotear a los ciudadanos, que estos muy generosos aceptan sin saber defenderse y hacer frente a tanto abuso.. Como van a tratar de cambiar, si les va en todo muy bien. Tienen endeudada a España y robando en impuestos al ciudadano. No quieren hacer ninguna reforma que pueda regenerar la vida política. Tienen un numero innecesarios de políticos, que, como no tienen nada a que dedicarse, tienen que echar mano a asesores. Instituciones duplicadas, parlamentos y gobiernos fuera de lugar y no necesarios. Espero por el bien de España y de los españoles, que se empiece a exigir a toda esta casta, que, tengan un comportamiento decente y que el dinero público es de los contribuyentes. Que se regule y se exija el comportamiento del gobernante que, si demuestra unos hechos de culpa, por estar perjudicando se le sustituya de inmediato, no hay porque aguantarle una legislatura. Un gobernante tiene que ser elegido por el pueblo y no por el Congreso. Hay que cambiar la Ley Electoral, para que sean responsables directos de sus electores los electos y no el cuento del partido. Aquél ciudadano que este recibiendo una ayuda social, no puede tener el mismo derecho de voto que el que paga impuestos, de esta forma se evita la compra del voto. Hay que juzgar al gobierno en pleno que mienta intencionadamente al pueblo. No es de recibo que se pague pagas vitalicias a los expresidentes de comunidades, eso es un robo que se hace a los contribuyentes. Nadie les ha obligado a que asuman ese puesto. Ya está bien de estar arruinando y robando a los ciudadanos,

  2. malusa

    Elecciones ya ¡¡¡¡¡¡

  3. Athini_Glaucopis

    Yo también soy «del plan antiguo», y por ello recuerdo perfectamente que aquella época estuvo llena de trampas y mentiras, y que lo que se hizo bien se realizó exclusivamente por miedo y presiones (el famoso «ruido de sables», las presiones de Estados Unidos, la «financiación» alemana) y jamás por sentido de la responsabilidad.

    La financiación ilegal masiva (y además con descaro y recochineo) fue iniciada desde el primer minuto en que el PSOE tuvo mayoría absoluta: «Ni de Flick ni de Flock», dijo Felipe González.

    El que hoy tengamos unos políticos nefastos no es más que la consecuencia natural del sistema de selección interna establecido dentro de la oligarquía de partidos: «El que se mueve no sale en la foto», como dijo Alfonso Guerra. Y dado que el único modo de ascender en política es ser un lacayo lameculos de quien mande, y cada generación de políticos se rodea de los más brutos de la generación siguiente (para que no le hagan sombra), es lógico que puedan llegar a ser ministros o presidentes del gobierno personas sin ningún bagaje intelectual ni ninguna experiencia laboral (ni la más mínima vergüenza)

    Y ese mismo Alfonso Guerra también nos anunció que Montesquieu había muerto, y por ello acabó sin pudor con la independencia de la judicatura.

    ¿Y cuánto empezaron los apaños en el Tribunal Constitucional? ¿No recuerda usted la sentencia del Caso Rumasa?

    La conversión masiva de militantes de partido en profesores universitarios también viene de entonces: ¿Cómo cree que un personaje como Carmen Calvo pudo convertirse en profesora de Derecho Constitucional?

    En fin, que aquellos tiempos de la transición fueron tiempos de trampas y traiciones y lo que hoy tenemos no es más que lo que cualquiera podía entonces prever que íbamos a tener, pero (igual que se hace hoy) se prefirió «vivir a crédito», se sacrificó el futuro a cambio de no hacer nunca los deberes.

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