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Reventar la Transición

«El pacto entre el PSOE y Bildu da alas a los nacionalismos útiles y a los fanáticos para reescribir la historia»

Opinión

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua. | Europa Press

La portavoz de Bildu en el Congreso dice que se ha abierto «un camino para poner en jaque el relato de la Transición» y construir una «memoria inclusiva» para la Izquierda abertzale. Todo esto con el beneplácito del PSOE. Menudo contubernio. Nuestra Santa Transición no fue Santa ni ejemplar, ciertamente, por culpa del terrorismo de ETA. Esto es, hubo en aquel periodo más muertos a manos de ETA que muertes por el proceso de transición.

Y ya saben quien correrá con los gastos de esta nueva ley de desmemoria, el Estado, o sea nosotros con nuestros impuestos. Ahora quieren involucrarnos a todos en estas batallas de Lepanto, abriendo una disposición adicional que propone crear una comisión para estudiar «la vulneración de derechos humanos» hasta el 83. Aquí la cretinez va tan imbricada de intereses y aferramiento a los privilegios que el diagnóstico se vuelve complicado, pero me aventuro a creer que quienes conceden a Bildu esta prerrogativa ficcional no pueden creer en su propio montaje.

Así es como damos alas a los nacionalismos útiles y a los fanáticos para reescribir la historia. Si no estuvieran algo tocados de la azotea histórica, los del PSOE dirían que ETA fue el mayor desafío para la joven democracia española sobre todo en el periodo 1976/83; que ETA desencadenó desde 1978 una violentísima campaña contra todo el nuevo orden político español, incluido el PSOE mismo. Todo esto está en la historia, naturalmente, y lo cuenta Juan Pablo Fusi en su libro Pensar España, donde identifica a la banda criminal como el mayor desafío de la Transición.

«Toda la lucha contra ETA ha sido también contra los términos con los que se autodefinía la banda, el lenguaje siempre fue importante»

Además, supone una difamación política abrir la puerta a investigar las actuaciones de los gobiernos de Suárez, Calvo Sotelo y el primer año de socialfelipismo (año en el que comienza la operación de los GAL). Los defensores de terroristas no pueden ser sus víctimas, como es lógico, y hubo cacería contra socialistas y miembros de UCD, con lo que el asunto se complica.

En realidad todo este tema es más de psiquiatrías y muy poco de articulistas, aunque ya sabemos que la maldad y la estupidez van con frecuencia unidas. Sabemos que ETA no fue más que la fuerza bruta, la viñeta española del terrorismo que no quería ser interpretado sino temido, que no quería acabar con ningún franquismo, sino atemorizar a la sociedad bajo la «dictadura del terror». ETA no fue en la práctica más que un arsenal de bombas que en sus lacónicos comunicados reivindicaba su autoría, como si alguien dudara de su estupidez. 

Lo importante de los comunicados era el lenguaje. Independencia, lucha armada… son los eufemismos que podrían volver a imponernos en una nueva «memoria inclusiva». Toda la lucha contra ETA ha sido también contra los términos con los que se autodefinía la banda, el lenguaje siempre fue importante. Pero es que en nombre de estos eufemismos e imágenes poéticas se asesinaron 859 personas. Por desgracia, todavía en este país la historia la escriben los estúpidos y los nostálgicos. Y los españoles, que no tienen ganas de molestarse, se levantan un día y aceptan las nuevas consignas de su memoria democrática. 

Concederle a Bildu la prerrogativa ficcional de extender el franquismo hasta 1983 legitimará toda su campaña contra el orden político de nuestra joven democracia. Los socialistas, que son los reyes del oscurantismo, de los pactos a puerta cerrada y de las negociaciones de la memoria revanchista, deberían tener más cuidado con su mala memoria, ya que donde termina el racionalismo de los hechos comienza el irracionalismo de que salpica a los «hunos» y a los «hotros».

13 comentarios
  1. Techlogic

    Y sin apartarnos de lo básico. Para qué necesitamos una memoria histórica o democrática, si la historia ya está escrita y es de «anteayer» pues no estamos hablando de los reinos de taifas que estamos hablando de asuntos con personas que aún estan vivas.
    Total un revisionismo de libro. Una bajada de pantalones del «gobierno» y más aún del PSOE. Y un cariz de traición que apesta.
    Y todo por seguir en Moncloa unos meses más.
    Efectivamente teníamos razón cuando decíamos que este PSOE, que este «gobierno» venderían a su padre y a su madre si hiciera falta.
    Dicho y hecho.
    .

  2. Pasmao

    El problema es otro Doña Cristina y es:

    – No querer reconocer que la transición y la democracia sólo fueron posibles porque desde el franquismo, con Franco en vida, se posibilitó que ello ocurriera. Bien porque ya había arreglos con los USA (o de donde se cree que viene Felipe Glez.) o porque las condiciones socioeconómicas lo posibilitaban.

    La reconciliación entre los españoles se había hecho mucho antes, durante los 40 y los 50.

    El no querer aceptar lo que comento es lo que dio pie a la Ley de Memoria Histérica de Zapatero (percedente de la actual). No seamos adanistas.

    – La aceptación de ETA durante el franquismo por muchos cobardes que así jugaban a que luchaban contra el franquismo fue un hecho. Y luego, cuando se vió lo que era ETA en realidad (ya muerto Franco) y aceptarlo se hizo mucho mas difícil. Y ahí los curas tuvieron mucho que ver.

    Sin ese apoyo entre el mundo izquierdoso, el caso Sastre es arquetípico, ETA habría tenido mucho menos oxigeno para existir.

    Lo peor del franquismo fue que nos inculcó ese sentimiento de obediencia a «los que mandan» porque ellos saben porque hacen lo que hacen y lo mejor es no meterse en política, que tan bien vino en la Santa Transición para que nos colaran, no solo esa Constitución con el título VIII, si no para que también permaneciera ese sentimeinto ovejuno que tan bien ha venido a «los que mandan» desde entonces.

    Eso, que es la auténtica rémora del franqusimo, y quizá incluso de antes, es lo que hace que haya muchos que acepten y traguen con lo que diga Sánchez, de la misma manera que se tragó con el Don Tancredismo Mariano.

    Pero eso, como dijo Mariano, «eso no se toca» y como dijo el otro gallego, «usted haga como yo no se meta en política» .

    Pues eso.

    No querer reconocer que durante el franquismo había mucha mas libertad individual que ahora, por paradójico que sea. Y que ahora tenemos mucha menor soberanía a costa de un despotismo supranacionacional nada democrático supongo que debe doler. Pero así son las cosas.

    Solo aceptando y debatiendo de verdad lo que nos trajo el franquismo y reconociendo el error que fue apoyar a ETA, ya entonces se podrá de verdad combatir lo que ahora hay. Y para que ello no sea posible es para lo que han sacado las Leyes de Memoria.

    Un saludo

  3. ToniPino

    El PSOE de la Segunda República y la guerra y el PSOE de la democracia, que fue un nuevo partido que tomó las siglas del anterior, tienen un lado peligroso. Durante la República, adoptó medidas para la mejoras laborales y se preocupó por la educación. Por otra parte, aunque todas las formaciones tuvieron responsabilidad en el fracaso del sistema, el PSOE fue de los más culpables del deterioro de la convivencia política y social y de la radicalización del régimen, lo que desembocó en la guerra civil, que se inició con el fracaso de un golpe de estado militar y la entrega de armas del Gobierno a los milicianos del Frente Popular.

    Durante la transición y la democracia el PSOE hizo aportaciones importantes en la modernización del país, las infraestructuras, el estado del bienestar y el mayor peso internacional, aunque no brilló en su gestión económica y cayó en el abuso de poder y la corrupción.

    Con Zapatero, precedente de Sánchez, empezó todo: la memoria histórica sectaria para criminalizar al PP, la nación discutible y discutida, el apoyo a un estatuto catalán con artículos inconstitucionales y el intento de aislar al PP con el Pacto del Tinell con los separatistas.

    Llegó el nefasto Sánchez. A pesar de que el aparato del partido intentó defenestrarle por su disposición a pactar con podemitas y separatistas, las bases lo auparon y Sánchez se hizo con todo el poder interno. Como su antepasado lejano Largo Caballero, es un hombre peligroso capaz de cualquier cosa para mantener y fortalecer su alianza política con los herederos de ETA y los sediciosos catalanes, que es lo único que le permite gobernar. Lo dicho: el PSOE es un gran partido que ha hecho importantes aportaciones a nuestro país, pero es complicado y puede ser muy peligroso. La solución no es el extremo opuesto.

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