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La madre patria del populismo

«Italia, su arquitectura política, una bomba de fragmentación que se va desintegrando en mil pedazos antes de estallar»

Opinión

EP

  • Gallego practicante pese a residir desde la tierna edad de 5 años en Barcelona, ciudad donde se licenció en Económicas. Ha sido editor de El Correo Financiero además de colaborar en distintas etapas, entre otros medios de comunicación, en COPE, ABC, Es Radio, El Mundo y Libertad Digital.

Fratelli d’Italia es un sintagma que forma parte de la primera estrofa del himno del país que todavía representa la tercera economía de la Unión Europea. Pero Fratelli d’Italia es más cosas. Es, por ejemplo, la formación política que ahora mismo encabeza todas las encuestas y que, por tanto, ganaría con alta probabilidad las elecciones en el caso de que, finalmente, el presidente de la República, Mattarella, disolviera el Parlamento. Y Fratelli d’Italia también encarna, por cierto, la última refundación de una añeja cofradía paramilitar disuelta de modo oficial en 1945, la que respondió en su momento por Partido Nacional Fascista, nombre que le asignó su primer jefe histórico, cierto Benito Mussolini. Porque eso puede pasar en Italia, el gran ejemplo no hace tanto tiempo todavía del éxito del europeísmo de la posguerra. 

Una economía brillante, creativa, en la vanguardia del diseño, exportadora, siempre en constante crecimiento. Y un modelo político bipartidista en extremo asentado, amén de articulado en torno a la premisa tácita de que solo uno de los dos partidos podría gobernar. Todo un mundo feliz que desapareció al súbito modo de la faz de la Península Itálica el mismo día que el euro pasó a sustituir a la lira. Cuatro lustros después de aquello, Italia presenta un PIB per cápita por debajo del que el país poseía en el cambio de siglo. Por si eso solo fuera poco, Italia acumula a estas horas la tercera mayor deuda pública del mundo, ¡la tercera del mundo! Cada habitante de la nación debe una parte alícuota del nominal de los bonos del Estado en circulación equivalente a 45.207 euros. Nadie se extrañe de que el euroescepticismo, en fin, ya compita de igual a igual con el calcio en ajustada disputa para determinar cuál de ellos se alza con el preciado puesto de primer deporte nacional. 

«Italia, su arquitectura política, una bomba de fragmentación que se va desintegrando en mil pedazos antes de estallar»


José García Domínguez

Italia, su arquitectura política, una bomba de fragmentación que se va desintegrando en mil pedazos antes de estallar. La Liga de Salvini, demagogia primaria y populismo xenófobo de barra de bar tras el segundo cubalibre; Forza Italia de Berlusconi, populismo ramplón y chabacano de plató de Telecinco y coreografía de las Mama Chico; Movimiento 5 Estrellas de Conte, canónico populismo antipolítico, ese ortodoxo que contrapone por norma casta elitista y corrupta frente a un pueblo ideal e idealizado; Fratelli d’Italia de Meloni, hiperpopulismo reaccionario con devoción atlantista militante y cierto aroma inconfundible de confesionario. Mucho más que los Estados Unidos desquiciados de Trump o que el Reino Unido de la convulsa digestión del Brexit, Italia, acaso junto a la Hungría de Orbán, constituye hoy el principal ariete de la ofensiva iliberal contra el statu quo socioeconómico que se implantó en Occidente tras la Segunda Guerra Mundial. 

La Toscana, Emilia-Romagna, Umbría, grandes regiones de la Italia antes próspera que habían sido gobernadas desde siempre por el Partido Comunista, primero, y luego por su sucesor socialdemócrata, el Partido Democrático, constituyen hoy feudos ya inexpugnables de la extrema derecha. La izquierda, lo que aún queda de ella, está desaparecida en combate ahí. Como los viejos empleos industriales, aquellos estables y bien pagados de antes, que también han desaparecido. No se entiende sin eso el espectáculo permanente en que se ha convertido Italia y su gran circo populista con actuaciones en varias pistas simultáneas. Los hijos de los antiguos obreros industriales, aquellos cuyos empleadores no pudieron soportar la competencia que venía de algún remoto suburbio insalubre de la China profunda, conllevan ahora la incertidumbre permanente y la inestabilidad crónica como germinal forma rutinaria de vida. El tránsito generacional y colectivo del proletariado al precariado, he ahí la clave última de la manifiesta incapacidad del errático orden político italiano para lograr una mínima, elemental estabilidad. Hoy, Draghi está de salida. Y el futuro recuerda inquietantemente al pasado.

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11 comentarios
  1. kj26_

    Sobre la deuda italiana hay algo particular que no se nombra: la deuda italiana es en su mayor parte deuda debida a instituciones italianas, no asi nuestra deuda. Podriamos decir que los 42000 eur/italiano se deben a italianos, no asi la nuestra.

    El articulo nos dice aue el populismo en Italia viene en forma de varios partidos con gran aceptacion. Convendria definir populismo y fascismo para saber de que estamos hablando.

    No obstante el problema lo veo como un rechazo a las politicas sobre clima y energia, feminismo o inmigracion de la UE.

    En realidad en Italia el rechazo a las politicas de la UE se materializan en esos partidos que se citan en el articulo. Y resulta sorprendendente que ese rechazo, por una parte perfectamente democratico, sea tildado de populista con toda la carg negativa que la palabra arrastra, sin necesidad de entrar en detalles.

    El primer rechazo sonoro a las politicas de la UE es el Brexit. Gano por los pelos, unas pocas decimas. Los politicos pro-Brexit vendian que querian recuperar soberania, es decir ‘el derecho a decidir’, pero los votantes entendian que se frenaria en seco la inmigracion (tanto legal como ilegal). Ya ven, toda una UK rechazando a la UE con el argumento de que su politica sobre inmigracion no les convenia.

    Aqui hablar de politica sobre inmigracion es anatema, no sea que los ciudadanos se den cuenta del toco-mocho montado entre UE y el gobierno de Madrid. Que alguien explique eso de que se puede poner una valla, pero si la salta con violencia no se le puede devolver.

    Pero las politicas UE tienen otras aristas cortantes. Una es el clima y la politica energetica. Cuando los ciudadanos se enteren que la inflacion empieza con el cambio de facturacion de la luz. Facturacion que pretende hacer pagar todas las fuentes de energia electrica como la mas cara (o sea fotovoltaica o eolica) como mecanismo de echar fuera a las generadas por gas, petroleoo carbon. Que nadie se atreva a cuestionar este desmadre climatico porque sera calificado de populista o facha.

    Lo cierto es que son las politicas ajenas al interes general de los ciudadanos las que generan rechazo. Vease Brexit, vease Italia, vease Polonia o Hungria.

    Aqui el unico partido que cuestiona timidamente esas politicas es VOX y ya ven las consecuencias: todos a por el fachorra populista.

    Por cierto, algo indugnante. No veo los telediarios, pero hoy de pasada he visto unos segundos. Hablaba de los multiples incendios que asolan España, debajo un titulo » el clima mata». Seran cabrones! como si los coches, los trenes, las mujeres, el frio, el calor, las escaleras no mataran. Cuando el ciudadano se de cuenta de la mentira, ya veremos como de populistas quedamos.

  2. Casandro

    El problema es que Draghi sigue las mismas consignas políticas y económicas que Antonio, aunque en real dad a quien se parece más es a Feijóo.

    Draghi fue insertado en la.politica italiana con la misma intención que han sido insertados Antonio y Feijóo, para culminar el golpe de estado constitucional y económico que a manotazos peina «el Atusado» y espera rociar de laca el Frijol gallego.

  3. Incandescente1

    Estoy hasta los coj…… del uso de la palabra POPULISMO!!!!!

    Pero quién coj….ha dejado esa deuda tan astronómica en Italia y en España? Yo digo que han sido los políticos profesionales tildados de «institucionales», pues parece que estos, al más puro estilo populista han tirado de la deuda como la salida más fácil para los asuntos difíciles… Puro populismo!!!

    Para el gilip…. de Arcadia Espada (y muchos otros) , ese «florentino snob», el psicópata que nos gobierna no es un «populista»? Porque parece ser que para estos, aún criticando al psicópata, consideran a éste parte del sistema aceptable y a VOX como un populismo extremo.

    Así que a partir de ahora suplicaria que cada vez que se a usase a alguien de «populista», se dijera los motivos y CONTRASTASE con los que se supone que no son populistas, me temo que no…

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