MyTO

Hablemos de pederastia

«Basta conocer un poco al personaje y el contexto para colegir que Montero defiende unas relaciones sanas entre menores»

Opinión

Fotograma de la película Lolita (1996) | Europa Press

  • Eduardo Laporte nació en Pamplona en 1979 pero lleva en Madrid desde 2005, donde cultiva esa doble nacionalidad que decía Sabina (triple en su caso, por su condición de medio galo). Se dedica al periodismo intermitente de temática cultural en medios como Territorios, de El Correo de Bilbao. Ha publicado algunos libros de vocación autobiográfica (que no autoficcional, de momento), entre los que destacan Luz de noviembre, por la tarde (Demipage, 2011) o el reciente Tiempo ordinario, un diario editado en 2021 por papeles mínimos. Su canción favorita es Perspectiva Nevski, de Battiato.

Los líderes más bullangueros de Vox armaron esta semana la enésima campaña de acoso y derribo contra su ministra más odiada, Irene Montero, que a este paso nos va a terminar cayendo bien, pese a su rigidez, su gravedad, lo artificial que resultan algunas de sus declaraciones, por una cuestión de solidaridad, de aliarse con el vapuleado. 

Sobre todo, cuando uno ve cómo aprovechan cualquier desliz, aunque sea léxico, para armar el belén, azuzar a sus bases, pedir dimisiones extemporáneas y acusar de lo más tremendo. Basta conocer un poco al personaje y el contexto para colegir que Montero defiende unas relaciones sanas entre menores, porque es un hecho que muchos menores son mayores para el sexo entre sus pares. No podrán votar, pero sí usar su cuerpo para acostarse con su compañero de clase, con el crush de la discoteca light, con la vecina que se conoció en la plaza. ¿A partir de qué edad un menor es lo suficientemente mayor para tener relaciones sexuales completas? ¿15 años? ¿16? A menudo a escondidas, claro, pues sus padres, que no llegaron vírgenes al matrimonio, sí quieren eso para sus herederos.

«Lo de Irene Moreno no es pederastia y cuando dice lo de ‘los menores pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana’ se entiende que pone el acento en su libertad para explorar su propia intimidad»

Lo de Irene Moreno no es pederastia y cuando dice lo de «los menores pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana» se entiende que pone el acento en su libertad para explorar su propia intimidad, ya sea de modo individual o compartido, y que sólo una mente muy retorcida puede inferir de ello que está dando carta blanca para que adultos con pelo en el pecho se acerquen a las verjas de los institutos en busca de su particular «dulce y tierna historia de amor».

(Y qué curioso qué los diversos aparatos canceladores no la hayan tomado con esa canción de Ismael Serrano que, revisitada hoy, me temo que no aguante muchas escuchas con las gafas, o auriculares, violetas. «Cuando te vi pasar por la otra acera, con tus recién cumplidos 15 años… Salías de la escuela y se hizo luz y se hizo silencio y en un momento todo paró y nació el amor»).

Aquella canción podría ser un retrato ¿blanqueador? de un pederasta nabokoviano (por cierto, con un diputado como protagonista), como también lo es la película más polémica del año, proyectada en el reciente Festival de San Sebastián: Sparta

Quienes la han visto se guardan mucho de afirmar algo como «me gustó una peli sobre la pedofilia», aunque la historia parece que escapa a la etiqueta fácil. ¿Acaso el cine, el arte, no debería ayudarnos a entender el por qué de las pasiones humanas, incluidas las más bajas? Ese parece ser el móvil del director, al que habrían acusado de no informar debidamente a los chavales que aparecen en la película del contenido de lo que se estaba rodando. 

«Bienvenidos sean los relatos sobre pederastas, violadores, maltratadores, asesinos de mujeres, necrófilos y suicidas adolescentes»

No sé si iría a ver esa peli, si la elegiría entre la oferta cinematográfica. Pero bienvenidos sean los relatos sobre pederastas, violadores, maltratadores, asesinos de mujeres, necrófilos y suicidas adolescentes. Sobre los pobladores de la cara oculta de la Tierra que, nos guste o no, comparten ADN con nosotros. Viven, incluso, más cerca de lo que pensamos. Son más de los que pensamos. 

Lo comprobé cuando me enseñaron las reacciones habituales en las cuentas de Instagram de esas madres que han convertido a sus niños en carne de cañón monetizadora. Familias numerosas como las de ‘Una locura de familia’ o ‘La peque pelirroja’ que explotan amablemente las sonrisas de su prole, su intimidad, sus mocos, sus cacas, sus legañas, sus llantos, el brillo de sus ojos por hacer caja. 

Y para alegría de la cohorte de pajilleros pedofiloides que dan palmas con las orejas con esta nueva forma de exhibicionismo sin límites legales ni consentimiento de los niños, que de adultos tendrán que cargar con ese fardo, el de haber servido de carnaza para el depravado medio. Todo ello materializado en forma de lluvia de fueguitos, aplausitos, berenjenas falocéntricas, gotas untuosas y demás emojis favoritos de esa panda de malsalidos. Estas madres-influencers los borran enseguida y aquí no ha pasado nada.  

Hablemos de la pederastia. De lo que no se habla. Pero no por arañar unos cutrevotos, como quieren en Vox, sino por entender la complejidad de una lacra contemporánea y quizá neutralizarla poco a poco. 

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30 comentarios
  1. LAKIKA

    Simone de Beauvoire la ideologa del feminismo de tercera generacion destaco por el apoyo a la pederastia y a la pedofilia. Tanto en el caso Mazenet por el cual fue expulsada del Instituto donde daba clases y tuvo relaciones con una menor junto a Sartre. Como con la carta de apoyo publicada en el diario Libération en 1977 cuando ese año se juzgó a tres hombres por abusar de un menor de 15 aunque sin violencia. Los firmantes, entre ellos Simone y Sartre, reclamaban el “reconocimiento del derecho del niño y adolescente a mantener relaciones con personas de su elección”.
    No es una equivocacion ni de lejos es parte de su ideologia y si te das cuenta de forma soterrada ya han tratado de implementarla. Ejemplos hay muchos desde la gincana sexual para niños de Vilassar de Mar hasta la displicencia y tolerancia con los abusadores de menores de los centros de Baleares hasta el caso de la sinverguenza y vomitiva Monica Oltra. Los ejemplos estan ahi, lo que sucede es q es algo tan aberrante que preferimos creer q se equivoco y honestamente yo no trago, a otro perro con ese hueso… El tiempo da o quita razones, espero estar reequivocado. Saludos y felicitaciones.
    Aqui dejo un video basanta ilustrativo sobre el asunto.

  2. Blasde

    Otro plumilla aspirante a subvenciones del gobierno o a ser directamente untado por Podemos. Irene Montero, dice, es o ha sido «vapuleada». Aquí quien ha sido en verdad «vapuleada» es precisamente la gente de Vox, no sólo metafóricamente en los medios sino físicamente en la calle. Y gran parte de los agresores son del mismo partido que la ministra. Muchos en España esperamos de la fanática Irene Montero, incapaz de articular una palabra mesurada o templada, entregada a su radicalismo mordiente, como una loba, cualquier cosa. Como que anime alegremente a los niños a cambiarse de sexo o abortar sin consultar con sus padres o a travestirse o a usar el condón. O a acostarse con quien «quieran», como si un chaval de ocho años esté pensando obsesivamente en tirarse a su compañerita, compañerito o compañerite, cosa que no es cierta. Es por eso que no nos ha extrañado que aliente la pederastia, como tampoco nos extrañará el día que aliente el bestialismo.

  3. RobertoY

    Entiendo su punto. Pero lo que hace Vox con esas declaraciones es lo menos importante de este tema.

    Que usted, que escribe para The Objective, codo a codo con las mejores plumas/mentes del país, crea que hay que dejarle pasar a Montero un «desliz, aunque sea léxico». No sabe usted que ella no le dejaría a usted pasar ni un leve tartamudeo sin antes cortarle la cabeza.

    Lea, pero no solo más, sino entre las líneas de sus voces. Oiga lo que le dicen en la cara.

    La edad es 16, y está en la ley. “El desliz de iba de eso”.

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