MyTO

Añoranza de 2017

«Es un error pensar que las cosas están hoy mejor en Cataluña simplemente porque no hay en marcha, que sepamos, un referéndum de autodeterminación»

Opinión

Manifestación de ANC con motivo de la Diada. | Europa Press

En marzo de 2020 el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estrechó la mano de la madre de uno de los más conocidos y siniestros narcotraficantes de su país, El Chapo, en un gesto que pretendía simbolizar la política de diálogo con los grupos criminales que el líder mexicano había diseñado como mejor solución para poner fin a la violencia que asolaba esa nación. «Se puede dialogar con todos y hay que buscar el diálogo, hay que buscar que se termine la guerra y se garantice la paz; ya no se puede seguir con lo mismo», había declarado poco antes.

El arreglo con los narcos consistía, esencialmente, en que el Estado permitiera que desarrollaran su actividad delictiva en determinadas zonas bajo su control a cambio de que no extendieran la violencia a otros territorios y facilitaran así el crecimiento de la popularidad de López Obrador.

El pacto, por supuesto, no funcionó. La violencia sólo disminuyó ligeramente por un tiempo, pero, a la vez, creció la actividad del narcotráfico, que impuso su ley en las regiones sometidas a su dominio y expulsó cualquier atisbo del Estado. Eso no impidió que López Obrador insistiese en defender el diálogo, que, en su caso, había sido una promesa de campaña, y llegó a proclamar que «oficialmente, ya no hay guerra».

Desde su punto de vista, las cosas estaban mejor en México puesto que la guerra que sus dos antecesores en la presidencia habían declarado a las bandas criminales había terminado, aunque hubiera sido sólo «oficialmente» y a cambio de socavar de una manera tan grosera el Estado de derecho.

Es obvio que no siempre el diálogo es la solución de los problemas y, desde luego, nunca el desprecio de la ley es compatible con la democracia. El ejemplo de México puede parecer algo extremo, teniendo en cuenta las circunstancias de máxima agresividad que han dominado el escenario político de ese país durante muchos años. Pero es útil para entender a dónde puede conducir la burla reiterada del Estado de derecho.

México no ha llegado al punto actual por casualidad. Ha llegado hasta aquí porque durante décadas los gobernantes del PRI aparentaron seguir unas leyes que, en realidad, sólo utilizaban en su propio beneficio político. Fueron los gobiernos del PRI los que, en los inicios del narcotráfico, entendieron que lo mejor era dejar que los capos violasen sistemáticamente la ley a cambio de no perturbar en exceso la vida política nacional. Después, cuando otros presidentes con más vocación democrática consideraron que aquello era aberrante, los narcos se levantaron en armas dando lugar a los sucesos de sobra conocidos.

«En Cataluña hoy se incumple sistemáticamente la ley, se desobedecen las decisiones judiciales y se planea abiertamente un proceso inconstitucional de resquebrajamiento del país»

Es un delirio pensar que si el Estado de derecho se incumple sólo un poquito o sólo por un tiempo pueden obtenerse ciertos rendimientos sin que afecte a la arquitectura democrática en su conjunto. Es un error pensar que las cosas están hoy mejor en Cataluña simplemente porque no hay en marcha, que sepamos, un referéndum de autodeterminación. En Cataluña hoy se incumple sistemáticamente la ley, se desobedecen las decisiones judiciales y se planea abiertamente un proceso inconstitucional de resquebrajamiento del país a corto plazo sin que nadie actúe para impedirlo.

En Cataluña no están hoy mejor las cosas que en 2017. Ni lo están para la población que allí vive, que ha perdido prosperidad, ni lo están como referencia política de la salud democrática del conjunto del país. En cierto sentido, están peor, puesto que el desafío del 1 de octubre de 2017 fue seguido por un acto de autoridad democrática, como el discurso del Rey, que devolvió el ánimo a quienes creían en el imperio de la ley y de una manifestación multitudinaria en defensa de la Constitución que parecía celebrar la derrota del independentismo. Ambos acontecimientos eran el germen de un proceso de reforzamiento del Estado de derecho que el PP, entonces en el poder, se negó a emprender y que el Gobierno que le sucedió acabó de destruir.

El anuncio de reforma del Código Penal para satisfacer los deseos de los independentistas es el último y más vergonzoso paso en ese camino. No, las cosas no están hoy mejor que en 2017. Ni aunque, formalmente, lo estuvieran, eso habría justificado la burla de la ley. Pero lo cierto es que no lo están. Y no lo están porque quienes se levantaron en 2017 contra la Constitución tienen en 2022 enfrente un Estado más débil. Los independentistas tienen hoy buenas razones para pensar que, si han conseguido manejar el Código Penal español para tapar sus delitos, podrán perfectamente utilizar otras leyes o la propia Constitución para convocar su referéndum y, finalmente, para conseguir un Estado propio. Los independentistas tienen buenas razones para pensar que, si encontraron ahora un Gobierno que cedió en el primero de sus objetivos, encontrarán mañana otro que les permitirá llegar a la meta final.

19 comentarios
  1. kj26_

    Sr Caño, ambos sabemos que cuando un político llama ‘al diálogo’ en realidad esta diciendo que no tiene solución y que espera ganar tiempo.

    La gestión de Sanchez con el secesionismo catalan sería considerado como traición por la legislacion de mas del 90 % de los paises: Dinero, embajadas, incumplen las leyes que quieren, incluso se diseñan las leyes a su gusto.

    Y todos ‘banalizando el mal’, que si pero que no es tan grave, que bueno es lo que tiene la democracia. Pero no es esto..

  2. danif

    El “ Procés” ha acabado siendo la aventura más ruinosa para la población y cuyos únicos beneficiarios son sus dirigentes , asesores , altos cargos y receptores de recursos.
    A ellos les prima la economía a la ideología, ya que muchos de ellos no tienen otra actividad profesional o económica que les cubra su nivel de vida actual.
    El interés general y los principios democráticos les son ajenos.
    Por ejemplo, La Vanguardia del 27 de octubre pasado sobre la ayuda a la dependencia titulaba que 193.346 personas en España aguardan el subsidio , la media un 12,69% Cataluña era la peor con un porcentaje del 28,16%.
    .Antes de morir, Francesc Granell ( catedrático de Economía ), exponía este riesgo para el futuro profesional de tantos catalanes, en La Vanguardia de 26 de agosto pasado “ Preocupación por la formación”…..reviven el debate de si hay que seguir forzando un modelo lingüistico en el que priorizando tanto el catalán se consigue que el alumnado haga faltas de ortografía en catalán y en castellano sin pensar que nuestros jóvenes que vayan a emigrar o a ser contratados por empresas extranjeras u organismos internacionales y van a tener que dominar otros idiomas en vez de nuestra lengua vernácula” .
    Este perjuicio se está agudizando con los alumnos “de bajo perfil socioeconómico” que ,en el informe sobre competencias básicas de 4º de ESO , publicado por el Consell Superior d’Avaluació de Catalunya, es en matemáticas y en inglés donde peores rendimientos obtienen. Problema que , seguramente no tendrán, los alumnos que van a escuelas en las que el inglés tiene mayor presencia. Por eso parece acertado que los políticos lleven a estos últimos , para asegurar su futuro.

  3. Benito

    Venga, Caño, dinos que te parece muy bien la reforma del delito de malversación, sí, sí, han oído bien, malversación además de la sedición, y así tu amiguete socialdemócrata Grinan se banafecia de esa rebaja de las penas…

    Puede que incluso ya ni le haga falta el indulto que entre vosotros, los socialdemócratas militantes ideológicos del PSOE, tanto os interesa defender.

    Venga un editorial hablando de la legalidad, el estado de derecho y la superioridad moral de la izquierda…

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