El Zollverein, la Unión Aduanera Alemana
La eficiencia y lealtad de la clase administrativa prusiana haría de ella una base esencial para cualquier Alemania unificada futura
El Congreso de Viena de 1815 no consiguió satisfacer las esperanzas de los que deseaban una unidad nacional alemana tras las guerras napoleónicas. La Confederación Alemana resultaría un proyecto insatisfactorio e impracticable. Tras la revolución en Francia en 1830, el liberalismo decimonónico inundó Alemania, aunque las consecuencias no fueron demasiado relevantes. En Brunswick, el duque fue reemplazado por su hermano; el elector de Hesse fue obligado a conceder una Constitución que más tarde sería violada en varias ocasiones. En Sajonia, hubo pequeños disturbios, y unos meses más tarde, en Gotinga.
La insurrección nacionalista polaca en 1831 causó un revuelo mayor: una delegación de polacos intervino en la reunión de liberales celebrada en Hambach, en el Palatinado. El llamado Hambacher Fest fue una manifestación de intelectuales liberales – profesores, estudiantes, abogados y escritores –, que constituyó la expresión del movimiento en favor de la implantación de un gobierno constitucional y de la unidad alemana.
Metternich y el gobierno austríaco pensaban en responder a este movimiento. En junio de 1830 se reafirmaron los seis principios monárquicos, que revivían los decretos de Carlsbad de 1819: el sistema Metternich parecía más reafirmado que nunca. Esto trajo consigo el engrosamiento de la lista de mártires liberales. En Prusia se prohibieron en 1835 las obras del exiliado Heine y de otros escritores de la “Joven Alemania” y en Hannover en 1837 siete profesores de la Universidad de Gotinga fueron desposeídos de sus cátedras.
Aún más importante que la transformación política fue la transformación económica con la creación de la Unión Aduanera Alemana (Zollverein) en 1834. Como consecuencia de ella, se estableció la unidad económica entre la mayor parte de Alemania bajo la dirección de Prusia, lo cual haría mejorar el comercio, fomentaría la industria y conduciría a la construcción de los primeros tramos del sistema ferroviario. El primer ferrocarril de Alemania fue construido en 1835, desde Nuremberg hasta Fürth.
Los estados del nordeste de Alemania, Hannover, Oldenburg, Brunswick y las ciudades de la Hansa, confiando en sus comunicaciones marítimas y en el apoyo inglés, se mantuvieron fuera de la Zollverein. Formaban parte de una organización llamada Unión Tributaria (Steuerverein): las ventajas del sistema prusiano resultaban demasiado patentes para que se mantuvieran separados. Pero, en la segunda mitad del siglo, se fueron adhiriendo más ciudades al Zollverein.
Pese a ello, Alemania continuó siendo un país predominantemente agrícola hasta después de la fundación del imperio. Sin embargo, la mejora de las comunicaciones y el desarrollo industrial produjeron pronto consecuencias políticas. El aumento de la población y su mayor movilidad contribuyó a la formación de nuevos focos industriales, sobre todo en el Rhur y en las provincias renanas.
El éxito de la incorporación de las nuevas provincias prusianas y la realización del Zollverein fue obra de funcionarios prusianos que llevaron a cabo el sistema administrativo, y sobre todo del sistema de enseñanza, que constituía la envidia de muchos países europeos. La burocracia prusiana había producido una nueva clase de funcionario paternal ilustrado que reforzaría a la casta rectora tradicional de los Junkers, y la eficiencia y lealtad de la clase administrativa prusiana haría de ella una base esencial para cualquier Alemania unificada futura.
La desaparición de las restricciones sobre el comercio, la participación de la clase media en el gobierno y en la administración y la debilitación del poder de la antigua nobleza prusiana constituían los principales puntos del programa político. Estos cambios vendrían acompañados del ascenso al trono de un nuevo rey, Federico Guillermo IV, un monarca que inauguraría un periodo de reformas políticas.