El PSOE no tiene banquillo (o eso parece)
«Hay exministros socialistas que jamás habrían aceptado gobernar con Podemos y que jamás habrían llegado a ningún tipo de acuerdo con Bildu»
Hace año y medio, cuando Pedro Sánchez emprendió su más importante remodelación de gobierno, fallaron los agoreros que se atrevieron a lanzar nombres para ocupar los ministerios. La razón: el presidente se sacó de la manga nombres prácticamente desconocidos, la mayoría con alguna trayectoria municipal en ciudades de segundo nivel. El resultado no ha sido precisamente un éxito, las expectativas no se cumplieron ni de broma.
Los sanchistas pata negra defendieron que el presidente consideraba que había que dar oportunidad a las caras de una nueva generación; los que conocen bien el PSOE aseguraban sin embargo que Sánchez ha dejado el partido como un erial, lo ha vaciado de personas solventes y con experiencia de gestión, y tiró de lo que tenía, no había más donde pescar. Es decir, el banquillo era manifiestamente mejorable.
Feijóo llegó de Galicia con un equipo que necesitaba refuerzo como el comer, y después, tras unos meses de viajar, conocer, y hablar con tirios y troyanos, del PP y del no PP, Feijóo ha potenciado la dirección haciendo lo contrario de Pedro Sánchez: acudir al banquillo del partido. Que Pablo Casado había desechado porque no quería saber nada o casi nada de los llamados sorayistas, aunque el expresidente del PP decía que muchos de los llamados no aceptaron sus propuestas de integración porque habían preferido las salidas profesionales que se les presentaron fuera de la política. No debía ser exactamente así, porque a la llamada de Feijóo acudieron muchos de los hombres y mujeres más conocidos de la historia del PP, destacando estos días Íñigo de la Serna y Borja Sémper.
«Algunas de las figuras que hoy son noticia porque se incorporan a Génova, hace tiempo que trabajaban ya para Feijóo»
Habrá más en próximas fechas, porque en el PP hay dónde elegir una vez que se ha puesto punto final a los vetos. Es más: algunas de las figuras que hoy son noticia porque se incorporan a Génova con distintas funciones, hace tiempo que trabajaban ya para Feijóo, que cuenta con una larga lista de ex entre sus colaboradores, desde los hermanos Nadal a Miguel Arias pasando por exministros de Aznar y Rajoy como Tejerina, Méndez de Vigo, Piqué, Escolano, Báñez o Catalá entre otros.
¿Qué ocurre, que el PSOE no tiene figuras con suficiente altura como para formar parte del equipo de Sánchez? ¿Qué los que hay no quieren ser miembros de un Gobierno de Sánchez, o es que Sánchez no quiere a personas con más formación, experiencia y criterio que él mismo? Porque es evidente que por los gobiernos socialistas han pasado hombres y mujeres que han hecho historia, algunos de ellos con importantes cargos internacionales que nunca se ofrecen a cantamañanas o primerizos.
Se echa de menos a esos socialistas que trabajaron bien sin necesidad de abominar de la Transición, que respetan sin fisuras la Constitución y aceptan la Monarquía como forma de Estado porque así lo recoge la Constitución que aprobaron los españoles mayoritariamente. Socialistas que con talento y conocimiento de causa y que además siguen al pie de la letra algo que no es irrelevante, el protocolo que respecto al comportamiento ante el jefe del Estado o al Papa, por poner ejemplos que han provocado vergüenza ajena e indignación en los últimos tiempos.
«Puigdemont ha pedido a los independentistas que se lancen a la calle durante la cumbre hispano-francesa»
Más allá de esas cuestiones, hay exministros socialistas que jamás habrían aceptado gobernar con Podemos, que jamás habrían llegado a ningún tipo de acuerdo con Bildu, y que no creen la milonga que repiten los sanchistas, que dicen que han acabado con el clima envenenado que se vivía en Cataluña hasta que llegó Sánchez con su varita milagrosa.
Tiene gracia que pretendan hacer comulgar a todos los españoles con esas ruedas de molino. Puigdemont ha pedido a los independentistas que se lancen a la calle durante la cumbre hispano-francesa que se celebra dentro de unos días en Barcelona, para que lleguen hasta Macron los gritos de quienes quieren separarse de España. ERC se ha sumado, y Oriol Junqueras ha anunciado que piensa participar en las manifestaciones, mientras que Aragonés ha aceptado la invitación de Moncloa para participar en algunos de los actos de la cumbre. Y es que no hay quien resista la tentación de participar en el glamour de una recepción o una cena con un jefe de Estado, siempre que no sea el rey español.
Como Aragonés aproveche la ocasión para darle un mitin a Macron con sus argumentos independentistas, a Pedro Sánchez se le acaba el discurso de la bondad de sus socios catalanes. Aunque a lo mejor el presidente de la Generalitat se porta bien y solo busca una fotografía con el presidente de Francia para colocarla en su despacho junto a las de otros personajes VIP.