Diez consejos imbatibles para superar el Blue Monday
«Noveno consejo: haz algo que esté por encima de tus posibilidades, pero a tu altura. Ponte a prueba y desarrolla un proyecto a largo plazo que te inserte en un proceso»
Diez consejos imbatibles para superar el Blue Monday.
Primer consejo: haz caso de algún consejo. No hagas caso a los que te aconsejan no seguir ningún consejo. Déjate, incluyo, ayudar por la autoayuda. En las dosis justas. Autoayúdate. Automedícate, incluso. No hace falta que acudas al sistema público de salud colapsado de tu CCAA para recetarte un antitusivo si te pica la garganta. Pero volvamos a los consejos. Escucha al que sabe más de ti en algo. Yo dejé de fumar gracias al libro de un tío que fumaba más de ochenta cigarrillos al día y lo logró. Y se hizo rico con ese libro. Si él yo lo dejamos, tú también puedes. Haznos caso.
Segundo consejo: ve al teatro una vez al mes. Déjate de series de médicos y documentales sobre la realeza británica. Ejercita tu capacidad para pasar al menos una hora y media sin mirar el móvil ni levantarte a la nevera en al menos noventa minutos. Y no veas obras de teatro más largas. La atención plena también tiene sus limitaciones o no es atención ni plena.
Tercer consejo: cocina con tus manos una vez al día. No hace falta, como sugiere Mark Zuckerberg, que los huevos sean de tus propias gallinas ni que la leche de almendra de las almendras de tus almendros. Pero permítete relajar el hemisferio izquierdo preparándote una tortilla de patata con cebolla mientras escuchas a Richard Vaughan divagar sobre la densidad de población del estado de Texas.
«Quinto consejo: lee una novedad editorial de vez en cuando y un libro clásico una vez al año. Confronta tu pensamiento con el de tus contemporáneos y combínalo con el de los inmortales»
Cuarto consejo: aprende idiomas. Los que ya conozcas, refréscalos con la escucha más o menos atenta de programas de radio, vídeos de YouTube y podcasts en arte (así, con minúscula) en otras lenguas. Y los que no conozcas, apréndelos. Elige uno, italiano, portugués, catalán, japonés y permítete el lujo de sentirte un amateur que, con el tiempo, no lo es tanto.
Quinto consejo: lee una novedad editorial de vez en cuando y un libro clásico una vez al año. Confronta tu pensamiento con el de tus contemporáneos y combínalo con el de los inmortales. Descubre más géneros que las novelas: hay diarios, epistolarios, biografías, poemarios y libros que mezclan todos esos géneros para dar algo nuevo. Y si un libro no te convence en las primeras veinte páginas, déjalo sin contemplaciones. Aunque el autor se llame Marcel Proust o Virginia Woolf.
Sexto consejo: redescubre el calendario. Santifica las fiestas, pero también los días normales, eso que en el calendario cristiano se conoce como el tiempo ordinario. Un martes lluvioso de febrero en Jarandilla de la Vera puede tener tanto encanto como el de 7 de julio, San Fermín.
Séptimo consejo: haz deporte, pero no te machaques. Recuerda que tienes un cuerpo que requiere parecidos cuidados a los de tu mente, pero no caigas en excesos propios de la crisis de los cuarenta como querer recorrer la Behobia-San Sebastián si apenas has conseguido terminar la San Silvestre vallecana sin ganas de vomitar antes de alcanzar la avenida de la Albufera.
Octavo consejo: la autosatisfacción no es la cima de la felicidad. Sin caer en modelos vitales parecidos a santa Teresa de Calcuta o a Vicente Ferrer el de la fundación que lleva su nombre, atrévete a hacer un favor a un amigo o incluso a un desconocido. Lo decía Jodorowsky: lo que no das te lo quitas. Aunque es un consejo que no conviene tomar tampoco en su más absoluta literalidad.
Noveno consejo: haz algo que esté por encima de tus posibilidades, pero a tu altura. Ponte a prueba y desarrolla un proyecto a largo plazo que te inserte en un proceso. Eres más creativo de lo que crees porque todos lo somos. «El fin último del ser humano es la creatividad», dijo Carlos Castilla del Pino, que era un psiquiatra de perfil humanista no precisamente tonto.
Décimo consejo: como dice Christian Bobin –que tampoco es monguer, a pesar del nombre– en Autorretrato con radiador, recuerda que todo en esta vida es pasajero, pero descubre el regalo que hay en ello. Lo contrario, esa juventud o incluso eternidad eterna, sería el más abominable de los castigos.
Estos consejos, imbatibles como los chuletones al punto que degusta Pedro Sánchez, no se pueden ni deben, obviamente, ejecutar a la vez en el mismo Blue Monday, pero sin duda alguno de ellos te ayudará a mitigar el peso de este lunes algo plúmbeo de más. Amén.
