Lo de menos son las rebajas de penas
«El Gobierno impulsó una ley que sabía malograda, fiel al principio de priorizar la salud de la coalición y del bloque de investidura sobre la salud de la democracia»
Irene Montero.
Cada vez que un ministro esputa las mentiras oficiales sobre la ley del solo sí es sí siento como si un niño diftérico me tosiera en la cara. El trumpismo es la prueba más evidente de que la institucionalización de la mentira es el monóxido de la democracia: el falseamiento de la realidad complica su gestión y alimenta la polarización. La doctrina gubernamental es una ficción desde su génesis, cuando se justificó por la necesidad de «poner el consentimiento en el centro», a su apocalipsis, cuando se ha demostrado que las rebajas de penas no son consecuencia de la disparidad de criterios entre audiencias territoriales, ni de la ideología de los magistrados, sino de la lectura literal de la ley. La alarma social provocada por las decenas de excarcelaciones de agresores sexuales y las centenas de penas rebajadas han llevado al Gobierno a la esquizofrenia discursiva de defender con la misma pasión la calidad de la ley y la urgencia de reformarla. Pero la rebaja de penas, por más que insista la oposición, no es lo más grave de este serial. De hecho, esta insistencia nos empujará a repetir el mismo error que nos trajo hasta aquí: perforar el Código Penal de forma irreflexiva, con el único fin de calmar a las masas y ganarse sus votos.
Las rebajas de penas no son malas per se, lo son porque son un efecto indeseado de la ley. Lo son porque revelan el dogmatismo del Gobierno, que se negó a escuchar a quienes les alertaron de las consecuencias de la reforma, calificándolos de propagandistas machistas. El drama al que estamos asistiendo no es el de cientos de agresores sexuales que ven rebajadas sus condenas, sino el de un Gobierno que impulsó una ley que sabía malograda, fiel al principio que lo ha guiado en esta legislatura: priorizar la salud de la coalición y del bloque de investidura sobre la salud de la democracia.
La reacción del PSOE contra su socio de Gobierno no la provoca la salida de los agresores sexuales beneficiados por la ley, sino la salida de los votantes escarmentados. En Pedro Sánchez no hay un ejercicio de responsabilidad, tan solo un posicionamiento electoral: «Detendremos la hemorragia provocada por la incompetencia de Podemos». Dos mentiras en una, porque ni la responsabilidad es exclusivamente de Podemos, ni la contrarreforma será el torniquete que pretenden, dado que no evitará la rebaja de una sola pena.
Y este es nuestro principal problema, que en lugar de aprovechar el desastre para abrir un debate sosegado insistimos en la actitud populista que lo provocó. El martes pasado, en La Brújula de Latorre en Onda cero, comparaba las incursiones en el Código Penal con operaciones a corazón abierto para alertar sobre el riesgo de intervenir con ligereza uno de los pilares del Estado de Derecho. Las metáforas dan para lo que dan, pero ojalá esta valga para advertir de que algo hemos hecho mal cuando hemos naturalizado que nuestra democracia pase tanto tiempo en quirófano.
Si comparamos esta cagada con haber eliminado del código penal el delito de sedición y casi el de malversación, haber indultado a los independentistas y a las de infancia libre, haber disparado la deuda y los impuestos, a haber metido a exministros socialistas en el TC o a los abusos cometidos contra la población aprovechando la excusa del covid, es casi anecdótica. Han llegado tan lejos que, en un país sano, la gente debería haberse echado hace tiempo a las calles a exigir su dimisión.
Pero no ha sido así. La mayoría ha seguido asomándose a diario a su ventana para aplaudir a Antonio y sus secuaces, exhibiendo su indolente ceguera, encantados con los tocomochos y trolas habituales: la lucha contra la violencia machista, contra los fachas, para evitar el apocalipsis climático, etc
Pero entonces alguien toca la nota adecuada, «que por culpa de la Montero sueltan a violadores!», y esa misma masa, esta vez sí, se indigna. Y como Antonio necesita esos votos, asistimos a un nuevo vodevil.
Este país no tiene remedio.
«Han llegado tan lejos que, en un país sano, la gente debería haberse echado hace tiempo a las calles a exigir su dimisión».
Y lo están haciendo cada día, créame. en todos los sectores que pueda imaginar. Lo que ocurre es que medios de comunicación, especialmente las televisiones que concentran la mayor parte de la audiencia, ponen solo el foco en las barrabasadas más llamativas del gobierno. Y lo que el ciudadano no ve ni existe ni mucho menos puede recordarlo.
Estoy de acuerdo en que los medios de comunicación contribuyen a silenciar el malestar generalizado, poniendo el foco en polémicas de quita y pon. Tenemos un gobierno que a pesar de la constitución y de ser parte de la UE, controla sin ningún rubor los cuatro poderes. Como ocurre con los sindicatos, uno ya no diferencia a la mayoría de los periodistas de los políticos.
Pero aunque esto sea verdad, creo que verdaderamente los que protestamos ni somos suficientes ni estamos organizados. Debería escucharse el clamor de nuestra indignación en todo el país, concentraciones semanales en todas las capitales, gente asomada a sus ventanas a una hora determinada tocando cacerolas, huelgas generales … lo que haga falta para que este gobierno dimita. Verá Ud como todo eso sí que ocurrirá cuando gobiernen los otros y, por ejemplo, se les ocurra sacrificar a un perro infectado de ébola.
Las contradicciones son multipolares y dan para un libro.
Las rebajas de condenas si son malas porque si, que un abusador de menores salga dos años antes a la calle a la gente le choca, le provoca rechazo y hasta asco.
Intentemos meternos en el cerebro de las elaboradoras de la ley y de los las que las los les apoyaron.
Quizás el primer problema que nos encontramos es que la anterior ley no era tan mala, no hacía falta reformarla, si seguía habiendo violaciones es porque siempre habrá delincuentes, la ley por si no elimina el delito, lo castiga y previene algo si la sanción es ajustada a la gravedad del delito.
Pero en vez de gestionar medidas de seguridad, no saben gestionar, pues pensaron en una ley Chuli, mega progre donde ellas soltaran todas sus sandeces.
Hay un doble problema, mujeres más desprotegidas por la rebaja de penas y porque el juez no puede calibrar la gravedad del crimen en función de las circunstancias. Quizás por eso rebajaron penas, cualquier escarceo en una fiesta que acabará en coyunta podría terminar en arrepentimiento de la moza y acusar de que fue violada porque en ningún momento dijo que “si”.
Y aquí viene la segunda parte , el varón puede ser falsamente acusado de violacion, ser mentira y cascarte 12 años de cárcel , así de claro.
Yo sé antes lo que hacíamos para ligar, se lo que intentábamos para tener coyunta con nuestras amigas, para tener sexo, esa libertad sexual por la que tanto luchamos y que ha desaparecida de un plumazo.
Así conocimos mozas, tuvimos sexo y al final una nos gustó más, nos casamos y tuvimos una familia.
Era divertido e inocente.
Hoy todo es un delito, no se nuestros jóvenes como pueden ligar, cualquier insinuación, IRONIA, mirada, broma puede ser acoso o intento de violacion.
Quizás los jóvenes varones se han convertido en carne sexual, esperar a ser elegido por la hembra empoderada y tener sexo con ella o elle, si ha dicho “si es si”.
pregunte usted a LAS , LOS, miembros, miembras del partido de Guillermo si ven bien que a la de Morón la traten con tanto respeto gracias a la constitucional presunción de inocencia mientras no se demuestre lo contrario.
«La familia paterna de Antonio David Díaz Barroso, el menor de 15 años y con una altísima discapacidad hecho desaparecer por su madre, Macarena, se quiere dirigir, a través de ABC, a la mujer, que es sospechosa de haber matado al niño y arrojar su cadáver y la silla de ruedas especial en unos contenedores de las afueras de Madrid. Como ha venido informando este diario desde el día en que la Guardia Civil halló a la mujer en su coche y desorientada en una gasolinera de Carabias (Segovia), ella se autoinculpó en ese mismo momento, supuestamente en pleno brote psicótico. Sin embargo, luego ha cambiado de versión, hasta dar varias, en las que afirma que el niño murió por su enfermedad y que lo ‘único’ que hizo fue deshacerse del cuerpo. El pasado noviembre, la Ufam Central de la Policía Nacional, que dirige la investigación, solicitó al actual juez instructor que impute a Macarena por homicidio. Pero el magistrado aún no se ha pronunciado. Mientras, la mujer sigue libre por su pueblo, haciendo vida normal con su familia más cercana, tiene un novio y no tiene comunicación alguna con Antonio, su exmarido y padre de David»