MyTO

A sueldo del enemigo

«Hay agentes infiltrados en la oposición cuya misión consiste en salir, cuando el Gobierno se encuentra en un momento delicado, con una ocurrencia disparatada»

Opinión

Pedro Sánchez.

Creo que en la oposición operan, infiltrados, agentes con claras simpatías por el Gobierno de coalición, si no directamente de los suyos. No tan infiltrados como el policía de las indepes poliamorosas, tampoco quiero pasarme, pero infiltrados al fin y al cabo. Si no, no me explico la torpeza sistemática, ese salvarles los muebles una y otra vez. Los dos últimos ejemplos son tan espectaculares que, de ser yo el artífice, exigiría reconocimiento, ovación y vuelta al ruedo. Me refiero, claro, al amago de moción de censura impulsado por Vox y a las palabras del alcalde de Villar de Cañas. 

Cuando este Gobierno nuestro se encontraba con las costuras al aire y la opinión pública en contra por el desastre manifiesto de la ley del solo sí es sí (que sí pero no), con Irene Montero y Sánchez en evidencia, nerviosos y asediados, con las encuestas tan a la baja que no les queda otra que rectificar y remendar esa ley (ojo a esto, que no es moco de pavo), salen los de Vox con la moción de censura y con Tamames a la cabeza. Por decirlo de una manera suave, no es el don de la oportunidad el que les adorna. Y claro, en esta Españita nuestra, que nos gusta más comentar la última de Shakira, un pezón desprejuiciado o que a una niña la quieran vestir de pescadora y su madre se pille un berrinche, pues no vamos a mantener la conversación pública en las consecuencias de una ley desmañada y la necesidad de exigir responsabilidades a nuestros representantes cuando se puede hablar de la edad del candidato y hacer coñas con eso. ¿En serio la mejor de las ocurrencias es presentar una moción de censura en lugar de dejar que se cuezan en su propio jugo hasta las autonómicas y siga esa tendencia a la baja? ¿Es mejor darles alas con lo que, claramente, va a ser utilizado por el populismo de extrema izquierda como una alerta fascista (les chifla todo lo que sea «alerta algo») con la que movilizar a su electorado? ¿Es Tamames el mejor candidato o es que es el único que se ha prestado a ello?

«La Montero aprovechaba para alertar de lo feo de decirle a nadie que está ahí por ser ‘la mujer de’»

Andaba dándole vueltas a eso, apenas esbozando una teoría al respecto, cuando me entero de lo del alcalde de Villar de Cañas que, con un léxico más propio de un dipsómano dando la turra en la barra del último bar que ha encontrado abierto, defecaba su opinión (legítima, por otra parte, aunque deficiente e inapropiadamente expuesta) sobre Irene Montero. Lo hacía justo después de que Pablo Iglesias, consorte de la moza y podcaster, hubiese hecho lo propio fantaseando con la idea de infiltrar a policías que se acostasen con Feijóo y Ayuso, a los que llamaba corruptos de mierda y viciosos, y les diesen drogas para conseguir información. Cuando estábamos calibrando la barbaridad, nos aparece el de Cuenca adelantando por la derecha, cuesta abajo y sin nadie al volante. Y claro, a Feijóo no le queda otra, porque es lo justo, que censurar sus palabras y anunciar medidas al respecto, ignorando lo que hace nada bramaba el ahora agraviado por poderes, como si lo suyo fuese un impecable manejo de los más exquisitos modales victorianos. La Montero, sobreactuada y aquejada de fiebres cerebrales (depresiones Biedermeier), aprovechaba para alertar del machismo de la (ultra) derecha y de lo feo de decirle a nadie que está ahí por ser la mujer de, sin acordarse de que justo eso es lo que decía el muy feminista del padre de sus hijos a Ana Botella. Pero eso no es ofensa, es definición, porque las mujeres de derechas lo son un poco regulinchi. Good point.

Expuestos ya los hechos, voy concluyendo, formulo mi teoría: hay agentes infiltrados a sueldo del enemigo en la oposición cuya misión consiste en salir, cuando el Gobierno y socios se encuentran en un momento delicado, cuando hasta Tezanos anda rascándose la cocorota con la lengua fuera pensando cómo levantar eso con una encuestita a medida de las suyas, cuando las carcajadas ante los «yo doy siempre la cara» de Sánchez convierten el Congreso en La Chocita del Loro, con una ocurrencia disparatada que distraiga. Y funciona.

Como diría  Cristian Campos, maestro de maestros, no tengo pruebas pero tampoco dudas. 

3 comentarios
  1. Psilvia

    Dicen que las formas en política son importantes, pero el parlamento hace tiempo que parece el camarote de los hermanos Max, Rebeca.Disparatado y absurdo en sus debates y falto de proporcionalidad y coherencia lógica en sus dimes y diretes. Luego, los medios de comunicación amplifican esa actualidad política o parlamentaria como si de un circo romano se tratase y para manifestar nuestra aprobación o desaprobación bastase nuestro pulgar hacia arriba o hacia abajo.
    En este clima irracional de confrontación yo también tengo mis dudas de que sea efectiva esta moción de censura, independientemente del candidato elegido. Y no es porque la realidad social y el hartazgo generalizado no se materialice día sí y día si también en protestas organizadas contra la mala gestión del gobierno por todos los sectores sociales del país (sanitarios, docentes, trabajadores, letrados de la administración de Justicia, otros funcionarios del sector público, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado…) lo que ocurre es que pasan desapercibidas para muchos medios y especialmente en los telediarios que son los que masivamente congregan más espectadores en el circo mediático. Lo que el ciudadano ignora no existe. Lo que uno se conoce no puede recordarse. Y ese borrado de información nos hace pensar que aquí no se mueve nadie ni nadie le importa lo que ocurre en este gobierno. Pero no es cierto.
    Estaría bien que los medios cooperasen en mostrar lo que ocurre en el país y no poner el foco solo en lo que les interesa a los impresentables de la coalición. Básicamente para demostrar que no están a sueldo del gobierno.

  2. ToniPino

    Tamames es el candidato extravagante de un partido extravagante para una operación política extravagante. Fue elegido porque no había otro. Supongo que él es consciente de ello, pero la vanidad le pudo en un principio y se mostró dispuesto al esperpento aprovechando la figura de la moción de censura. Ya no lo debe de ver tan claro.

    Dicen que el excomunista (ja, ja, ja) Tamames ha hecho el diagnóstico (ese ya está más claro que el agua), pero que le falta el programa político (coñ…, lo principal). Ahora Vox, que tiene la extraña habilidad de que sus operaciones —siempre contra el PP, no nos engañemos—, acaban en contra de él, duda de que Tamames sea el candidato idóneo. Si la moción no se lleva a cabo, quien más pierde es Sánchez. Nos ahorraríamos un espectáculo grotesco y a Sánchez se le quita el caramelo de la boca.

    Lo del torpe y despreciable alcalde del PP es otro regalito a Irene Montero, como el de la Toscano.

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