MyTO

¡Attract the Rich!

«Si se quiere redistribuir más y mejor la riqueza hay que asegurarse que se incentiva a los ricos a invertir su capital en el tejido productivo de la nación»

Opinión

Imagen de la campaña de Oxfam Intermón. | Oxfam Intermón (Twitter)

  • Vivo en Londres y trabajo en un banco de inversión. Soy novelista, pero mis novelas no nacen de una vocación literaria, sino de una necesidad vital. Observo la realidad con distanciamiento.

Me quedo pasmado al pasear por la calle de Diego de León, en el barrio madrileño de Salamanca, y observar un enorme cartel, una lona que cubre todo un edificio emblemático, colocado por la ONG Oxfam Intermón, y en el que aparece de fondo una enorme bandera roja de estilo comunista y en el que se puede leer:

«Tax the Rich. Lo que los ricos no pagan, lo pagamos nosotros».

La verdad es que nunca había prestado demasiada atención a esta ONG y tenía una buena opinión de sus objetivos filantrópicos. Reconozco que desconocía su particular afiliación ideológica. Incluso pese a haber leído referencias a los desgraciados escándalos sexuales de la organización en Haití y Chad en 2018, siempre les había dado el beneficio de la duda. Hasta hoy.

Si reflexionamos, a todos nos debería aterrar leer la frasecita que aparece en el cartel: «Tax the Rich. Lo que los ricos no pagan, lo pagamos nosotros». Aunque es una consigna que parece comprometida, progre y responsable, esconde en realidad unos matices sobrecogedores. Singulariza los males de una nación sobre las espaldas de un grupo minoritario en particular. Esa generalización de concretizar los atributos negativos de unos pocos (aquellos casos excepcionales de ricos que no pagan impuestos) en el grupo en general («los ricos») es absolutamente irresponsable. ¿Por otro lado, esto no les recuerda a algo? En la Alemania nazi, se acusaba a los ricos judíos de acaparar fortunas y ser la raíz del mal de la Alemania de entreguerras. Se acusaba a un grupo minoritario de los todos los males de la sociedad y así se les ponía una diana en la espalda como enemigos del pueblo, en contraposición al «nosotros». Espeluznante paralelismo. Además, causa también pavor observar la coincidencia de esta campaña con las declaraciones de la ministra comunista Ione Belarra (y del ex vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias) en las que se acusa, desde el gobierno de la nación, a empresarios con nombre y apellidos de ser «capitalistas despiadados». ¿Casualidad?

«El problema surge cuando se acusa a una minoría de todos los problemas de la sociedad»

Ni que decir tiene que estoy totalmente de acuerdo en que hay que enfocarse en generar riqueza para todos, y especialmente para los más desfavorecidos, asegurando la igualdad de oportunidades y salarios dignos. El problema surge cuando se acusa a una minoría de todos los problemas de la sociedad, y la solución propuesta empieza por perseguir injustamente a ese grupo, y, en paralelo, querer aplicar soluciones erróneas al problema planteado.

¿Tiene Oxfam Intermón algo de razón en el fondo (pues en la forma es evidente que no)? Yo diría que marginalmente, y solamente aplicado a los casos de países en desarrollo donde quizá algunos «super-ricos» de esos países se beneficien de un marco fiscal muy débil, e injusto para los menos afortunados. Sin embrago, en el mundo desarrollado, y en España en particular, esta es una campaña que solo causa estigmatización y polarización, pues asume los típicos eslóganes de izquierdas, pero sin substancia real. 

Y esto es así porque, primero, vivimos en una sociedad en libertad donde la única obligación del pueblo libre es la de cumplir con las obligaciones legales, que incluyen la ley tributaria. Si en una sociedad desarrollada como la española, con un sistema tributario progresivo, donde la presión impositiva es una de las más altas de Europa, los ricos a los que se refieren cumplen con sus obligaciones fiscales, entonces estas acusaciones son falsas. Si no las cumplen, ya son objetivo de persecución por las autoridades tributarias, que son implacables en este sentido. Segundo, la campaña asume que el estado es el mejor redistribuidor de la riqueza, cuando en realidad no lo hay peor que el estado faraónico. Una vez que el estado garantiza las necesidades básicas del estado del bienestar (de manera ineficiente pero necesaria) el resto es una mala inversión. Porque la mentalidad imperante en política, especialmente en la izquierda, es que «el dinero público no es de nadie» (Carmen Calvo dixit, exministra y exvicepresidenta del gobierno socialista de España). Es decir, que lo recaudado se puede despilfarrar en iniciativas políticas a beneficio del partido, no de la sociedad. Por el contrario, no hay duda de que la mejor redistribución de la riqueza se hace a través de la inversión empresarial y de la innovación, porque generan puestos de trabajo dignos y bien remunerados, con el efecto multiplicador que eso conlleva. Eso se hace con el apoyo y la supervisión del estado, que crea un marco de solidez institucional que fortalece la inversión, pero siempre con impuestos bajos, nunca altos. Acuérdense de lo que decía el presidente Ronald Reagan, «las nueve palabras que más asustan en lengua inglesa son: soy del gobierno y estoy aquí para ayudar» (en ingles son nueve palabras, en español, ocho). Tercero, la «igualdad», como objetivo en sí mismo es un imperativo marxista, solamente genera falta de libertad y desilusión. Lo que es esencial en una sociedad es la «igualdad de oportunidades» y estas se generan cuando existe una muy buena y exigente educación pública que apoya a los más desfavorecidos, y donde existe un dinámico tejido empresarial privado generando oportunidades de trabajo y movilidad social. ¿Seguro que la gente quiere ser igual y no distinguirse los unos de los otros? ¿Se acuerdan del uniforme Mao en China, o de la Hiyab en los países islámicos? La realidad es que nadie quiere ser igual, todos queremos ser la mejor versión de nosotros mismos.

Si se quiere redistribuir más y mejor la riqueza hay que asegurarse que se incentiva a los ricos a invertir su capital, mediante ventajas fiscales, en el tejido productivo de la nación. Porque ese es el genuino redistribuidor de la riqueza, y el verdadero motor que genera recaudación para el estado. Así que en vez de «Tax the Rich» yo diría «Attract the Rich. Lo que los ricos invierten, lo ganamos nosotros» (que es precisamente lo que está haciendo Isabel Díaz Ayuso en Madrid).

Es importante aclarar también que el mundo tiene, afortunadamente, cada vez menos pobres, y eso es gracias al sistema capitalista (cosa que ha entendido hasta el partido comunista chino). El Banco Mundial publica sus estudios en los que explica que «durante los últimos 25 años, el número de personas que viven en la pobreza extrema disminuyó constantemente». Es posible que la desigualdad haya aumentado, pero eso no es algo negativo si lo que está pasando es que los ricos son mucho más ricos pero, al mismo tiempo, los pobres son cada vez menos pobres. Lo demás es envidia.

Para terminar, esta ONG tiene todo el derecho de realizar el activismo político que quiera, pero dudo que muchos de sus bienintencionados socios sean conscientes de la ideología que manejan, y del modelo de sociedad que quiere impulsar. Les aseguro que mis amigos que eran socios, y que han visto esta campaña, se están dando de baja de la organización.

66 comentarios
  1. PepeGarcia7

    Todas esas ONG son una pura estafa para sacar el dinero a los pijo progres que tienen mala conciencia por ser adinerados, posiblemente porque alguno de sus ancestros tuvo éxito. Save the Children, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja, etc todas son brazos de los grupos de poder que quieren destruir nuestro sistema y crear el caos

  2. andoniakis

    En los sistemas comunistas, no hay impuestos a los residentes porque todo es del estado y fija los precios y la oferta. Evidentemente se ha demostrado el mas ineficiente de todos los modelos economicos: fomenta el favoritismo de los funcionarios del co0mite central y servicios secretos, aparenta igualdad, pero por el tramo bajo repartiendo pobreza y escasez y vende una falsa democracia basada en el terror y en los muros con ametralladoras.

    En occidente nos creimos el modelo de Keynes de la intervencion del estado para evitar las crisis ciclicas y ese estado necesita financiarse via impuestos y deuda.
    La Inglaterra de los 50 y los escandinavos eran el modelo a envidiar con una seguridad social que cubria a todo el mundo y pleno empleo.

    Poco a poco el estado entro en metastasis , sobre todo en el Sur de Europa, poco acostumbrado a la frugalidad y demasiado a la corrupción y nos ha metido en un modelo de altos impuestos y muy bajo rendimiento con servicios cada vez peores.

    El problema actual es que no crecemos, no innovamos a perseguimos al que lo imtenta antes de que se convierta en «rico». Tenemos un modelo de incautacion mientras la clase política se sube el sueldo por encima de la inflacion a costa nuestra y diseña trenes imposibles.

    Ese es el desastre actual que no se soluciona con impuestos a los ricos que ya los pagan y muy altos, igual que las empresas , el consumo y cualquier cosa que se mueva o sirva para algo.

    Sin generación de riqueza y trabajo esto no tiene solucion.
    Y sin emprendedores no hay salida porque el Estado solo calienta sillas.
    Es absolutamente incompetente y ademas no riende cuentas a nadie ni siquiera en elecciones ya que el modelo actual es el del turno pacifico y el suma y sigue.

  3. Grossman

    “Yo diría que marginalmente, y solamente aplicado a los casos de países en desarrollo donde quizá algunos «super-ricos» de esos países se beneficien de un marco fiscal muy débil, e injusto para los menos afortunados.”

    Usted mismo cae en las redes de falsedades intelectuales de Intermon Oxfan.

    Es como decir que está mal acusar a los judíos de todos los males por ser judíos y luego reconocer que en algunos judíos es cierto.

    Repita conmigo, ningún empresario o capitalista en una economía libre es culpable de la pobreza, mil veces hasta que le entre en la cabeza.

    La pobreza siempre ha estado ahí, nace con el hombre y sus enormes dificultades para conseguir cada día sus sustento o simplemente sobrevivir, esto es así desde la noche de los tiempos, dos millones de años.

    Pero esto cambia radicalmente en los últimos 150 años, el capitalismo libre, en una especie de big bang económico empieza a sacar de la pobreza a millones de ciudadanos.

    Pero hay un problema, alguien pierde, los que aspiran a tener un poder totalitario y robar el trabajo y el esfuerzo de los demás a través de la tiranía del socialismo.

    El estado no crea riqueza, la destruye, pero en ese camino de destrucción unos pocos se benefician.

    Pero necesita sus redes de propaganda para convencerles de que no están todo lo bien que quisieran porque unos nuevos judíos, los empresarios, se llevan su parte de más.

    Y eso es Intermon Oxfan, venden el odio al capitalista para recaudar fondos privados de gente que se siente culpable y sobretodo fondos públicos.

    No se por que tardó tanto en darse cuenta, una organización que metódicamente, afirma anualmente que los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres, según unos estudios que nadie ha visto, huele a chamusquina.

    Es más, en su paroxismo, afirman que en las crisis los empresarios se hacen más ricos, es decir ganan más, y los pobres son más pobres.

    Eso va contra la ley de la gravedad económica, un capitalista solo gana dinero contratando gente y haciendo su empresa más grande, cuando despiden es porque no tienen más remedio, su empresa se hunde y quien decide que se hunda es el consumidor, el pueblo, que hunde y hace ricos a los empresarios.

    Pero hay un tercer elemento en juego, el estado, los políticos, las ONG nazis, que con sus políticas de impuestos desbocados, de odios cainitas, de políticas expansivas, de expropiaciones, de hacer la vida imposible a los que generan riqueza, los empresarios, han llevado a la miseria y el hambre a millones de personas.

    Pero entre violaciones y violaciones, Intermon, el año que viene, sacará sus inventadas estadísticas que nadie ha comprobado, los gobiernos justificarán sus expolios y la prensar servil dará visibilidad al próximo programo totalitario.

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