El código penal de 'La manada'
«Aquella legislación penal era técnicamente superior. Quizá porque fue el resultado de una deliberación democrática y no de una campaña de propaganda»
Los cronistas explican el pinchazo de las movilizaciones del 8 de marzo hablando de «fractura», «quiebra» y «división». No niego el diagnóstico de ruptura, pero debemos insistir en que lo que se ha escindido no es el feminismo, sino los intereses electorales de la coalición de Gobierno. De hecho, por respeto al feminismo, haríamos bien en no vender como discrepancia ideológica lo que es una reyerta electoralista. Claro que el movimiento feminista no es uniforme. Pero a lo que asistimos en estos días no es a un duelo intelectual entre feminismo liberal y feminismo radical, o entre feminismo posmoderno y ecofeminismo, sino a una pugna partidista en torno a la reforma de una ley fallida, pero esencial para Podemos, cuyo fiasco desangra electoralmente al PSOE.
Podemos entendió que su estrategia de control de daños consistía en no asumir ninguna responsabilidad por las consecuencias indeseadas de la ley. La versión del Ministerio de Igualdad sigue siendo que las cientos de rebajas de penas y las decenas de excarcelaciones no las provoca un artefacto legal defectuoso, sino el machismo de un puñado de jueces. Podemos conoce la incondicionalidad de sus fieles, por eso les suministran un jarabe indigerible para el ciudadano común: la ley es buena, el problema es la justicia patriarcal. Podemos no pierde votos enrocándose en la tesis del machismo estructural, y cree que los perdería si en lugar de una huida hacia delante asumiera una revisión de su proyecto estrella.
«La voluntad del PSOE de corregir deficiencias técnicas está supeditada a la de acallar el ruido»
Hoy esa rectificación está más lejos que nunca. Es el problema de la épica, que no admite vuelta atrás. Uno no se imagina a Aquiles desandando las playas de Troya ni a Irene Montero concediendo volver al «código penal de La Manada». Y esto es exactamente lo que pretende el Partido Socialista, como puede comprobar quien se asome al proyecto de ley que ha presentado para corregir los desbarres de la ley del sólo sí es sí. Queda feo, pero quizá es momento de defender «el código penal de La manada», sí, el que condenó a ese clan a 15 años, y a todos los agresores que hoy libera el código Montero. Pero eso es lo de menos; lo importante es que aquella legislación penal, con todos sus elementos perfectibles, era técnicamente superior. Quizá porque fue el resultado de una deliberación democrática y no de una campaña de propaganda.
El PSOE lo sabe, pero también lo sabía cuando aprobó la ley del sólo sí es sí. Por eso es verosímil creer que su voluntad de corregir deficiencias técnicas está supeditada a la de acallar el ruido. Podemos, por su parte, pretende acallarlo superándolo, clamando contra los mismos animales mitológicos que invocaron en el nacimiento de la ley.