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Rebeldes con causa

«Los nacionalistas son fastidiosamente bobos pero los separatistas son agresores políticos de sus conciudadanos»

Opinión

Varios estudiantes interrumpen en la celebración de un acto estudiantil 'Voces de la Represión' del evento de Libertad. Sin Ira | EP.

  • Fernando Fernández-Savater Martín (San Sebastián, 21 de junio de 1947) es un filósofo y escritor español. Aficionado a las carreras de caballos y lector de Borges. Fue profesor de Filosofía. Destaca en el ámbito del ensayo y el artículo periodístico, y además, ha incursionado en la novela y el género dramático.

A mis dieciocho o diecinueve años fui rebelde, sin ningún logro espectacular en mi haber, pero al menos con una buena causa: vivía en una dictadura semifascista que impedía el ejercicio de las libertades políticas y sociales vigentes en la mayoría de los países europeos. Rebelarse contra esa situación asfixiante parecía un elemental reflejo de decencia cuando uno tenía pocos años y aspiraba a vivir como un ciudadano libre el resto de su existencia. Nuestro mayores (bueno, algunos de ellos pero que gozaban de aparente mayoría) nos decían paternales «chico, esto es lo que hay, no te metas en líos» y otros, menos amables «si esto no te gusta, vete a Rusia». A mí no me gustaba el régimen franquista, pero a pesar de mis pocos conocimientos políticos aún me gustaba menos la Rusia soviética. De modo que esperaba el milagro que me convertiría en francés, inglés o escandinavo, aunque no parecía próximo a ocurrir. Finalmente ocurrió, como recuerdan ustedes. A los que dicen que todo fue un engaño y que nos perdimos la revolución, que era lo bueno, mejor no hacerles ni caso.

De modo que ahora, en la inevitable vejez, cuando vivimos en un régimen mucho menos opresivo que el franquismo, pero igual de intrusivo en la vida de los ciudadanos y poseído por una ideología no menos imbécil, siento una gran simpatía por jóvenes de movimientos como S´Ácabat o Libertad sin Ira. Los primeros se oponen al dogma mas totalitario de los que siguen aún vigentes y yo diría que cada vez mas vigentes, sobre todo en Cataluña y el País Vasco (aunque con metástasis en el resto de las regiones): el nacionalismo separatista. Los nacionalistas son fastidiosamente bobos pero los separatistas son agresores políticos de sus conciudadanos. Tontos perdidos con vocación de delincuentes: ¡menos mal que hay jóvenes que se enfrentan a semejante piara, si no sería para desesperarse! En cuanto a los chicos de Libertad sin Ira, se enfrentan al izquierdismo obligatorio que reina en las facultades españolas, a veces combinado con el separatismo.

En su excelente ensayo Posliteratura (Alianza editorial), Alain Finkielkraut dedica un capítulo a lo que él llama «izquierditud», a la que califica siguiendo a Diderot como un «idiotismo de profesión». En los medios de comunicación y centros de enseñanza superior, hasta hace poco la ideología comunista se identificaba mas o menos con el progreso, cuando resulta históricamente evidente que siempre se ha progresado alejándose de ella. Pero ahora, dice Finkielkraut, «la palabra ‘comunismo’ casi ha desaparecido del vocabulario de la izquierda y la palabra ‘democracia’ la ha sustituido, pero no en el sentido político de deliberación, sino en el sentido progresista de un movimiento irresistible hacia la libertad y la luz». Los izquierdistas no deliberan, puesto que ya están en la verdad, sino que arrollan. Y los grupos de derechas no son sus adversarios ideológicos, con tanto derecho democrático a sus ideas como los demás, sino una «amenaza para la democracia» que debe ser bloqueada o extirpada por cualquier medio. No hay mas que ver a los que berreaban durante el escrache a Ayuso en Politicas, llamándole «asesina». Tanto S´Acabat como Libertad sin Ira tienen el gran mérito de rebelarse contra la izquierditud y el separatismo, es decir contra el sistema establecido, que ahora con la reforma de la Ley de Universidades tiene vía libre para entregarse abiertamente al sectarismo en los claustros. Y ambos grupos han padecido agresiones y escraches, así como prohibiciones de sus actos por las autoridades académicas. 

«Hasta hace poco la ideología comunista se identificaba más o menos con el progreso, cuando resulta históricamente evidente que siempre se ha progresado alejándose de ella»

Un caso reciente: el pasado tres de marzo S´Acabat y Libertad sin Ira convocaron en la Facultad de Políticas un acto titulado ‘Tengamos memoria. En contra de la apología del terrorismo en la juventud’, en el que debíamos intervenir dos profesores, una abogada de víctimas y escritora, junto a tres víctimas. Para empezar, exigieron un profesor de la facultad que avalase el acto (por lo visto los dos catedráticos que íbamos a intervenir en él no éramos suficientemente tranquilizadores, lo que desde luego en mi caso estaba plenamente justificado). El título de la convocatoria tampoco gustaba a las autoridades y había que cambiarlo, a pesar de que encajaba a la perfección en la nueva ley de memoria democrática. ¿O es que las fechorías terroristas no deben ser recordadas tal como fueron sino tal como quieren recordarlas quienes las perpetraron, que como son de izquierdas tienen especial audiencia entre los estudiantes sometidos a su idiotismo profesional?

En el cartel de la convocatoria aparecía la foto del presidente Sánchez y de Otegi. Nada, fuera, canceladas, que tendrán que ver esos señores con el tema que va a tratarse. Tema, por cierto, que debe ser institucional, no político, porque hablar de temas políticos en la Facultad de Políticas resulta inadecuado… salvo que uno sea Pablo Iglesias. También sería bueno, recomendaron los prebostes, incluir en el panel de intervinientes alguien de mayor confianza para evitar desmanes ideológicos (por ejemplo, críticas al gobierno, por decir algo). Finalmente se suspendió el acto, aaaah que alivio, por cuestiones logísticas. Lo que no pudieron impedir es que tuviese lugar con toda brillantez y audiencia en el Centro Cultural Galileo, cedido a última hora por la benemérita Comunidad de Madrid. Chicos, chicas, rebelaos sin dudar, no os dobleguéis al desorden vigente. Sois la sal de la tierra en el páramo político del que espero que pronto empecemos a librarnos.

71 comentarios
  1. danif

    Nuestro reconocimiento total y lleno de admiración a los rebeldes por la causa democrática que en estas zonas luchan para que en sus autonomías rija un sistema democrático pleno y no un régimen autoritario, como quieren los independentistas (y hasta los nacionalistas , que solo se preocupan” de lo suyo “hasta que vengan “ los otros” y les quiten todo).).

  2. jsb01

    Habría que organizar un debate con gente brillante como Savater, Boadella , Díaz Ayuso, Leguina, etc. Gente que dice lo que piensa, en vez de retransmitir los dogmas de moda. Y, además, dice cosas interesantes.

  3. danif

    El caso de Zapatero y del resto de asesores de Maduro , es una muestra más de que tenemos un sector informativo influyente con carencias de solvencia profesional , independencia e implicación en la defensa del interés general y los principios claves de una democracia.
    A la vista de los resultados en cuanto a miseria, corrupción y opresión del régimen de Maduro ¿ qué autoridad y legitimación tendrán los políticos que lo apoyaron para criticar la corrupción y la falta de libertades de las democracias?
    .Los que durante esta época han sido sus asesores entre ellos Zapatero¿ qué hicieron para evitar esta degradación democrática y de corrupción en Venezuela? ¿ Están legitimados para verificar la “ memoria democrática” ? Y los medios que los apoyaron ¿pedirán perdón por haberlos promocionado “entre los renovadores” de nuestro sistema político y por haber sido cómplices esta estafa política tan evidente? .

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