Más 'bonus' para los inspectores de Hacienda
«Nadie valora positivamente que la retribución de un inspector aumente conforme aumenta el número y el importe de las liquidaciones que practica»
María Jesús Montero.
Ha habido acuerdo entre las partes. La Agencia Tributaria y los sindicatos allí presentes –todos menos uno- han pactado un aumento de los incentivos económicos que perciben los funcionarios de la entidad. Pero no se trata del habitual complemento de productividad que forma parte de la retribución de los que desarrollan sus funciones en la Administración pública. No, lo aumentado es un bonus especial adicional instaurado en 2013 que se añade al complemento antes reseñado. Según lo pactado en su día y refrendado ahora en el nuevo pacto, para que entre en juego el bonus acordado, la recaudación por IVA y por IRPF deben superar determinados hitos. Queda claro, los incentivos dependen de lo recaudado, no de los múltiples y peculiares criterios que figuran en los documentos que se envían al juez que solicita información al respecto.
En definitiva, vuelve así a plantearse el sistema retributivo -en su componente variable- vigente en la AEAT, especialmente en lo que hace a los inspectores de Hacienda. Por mucho que duela o moleste a la entidad y a los afectados, una y otros deberían reconocer que es una cuestión mal resuelta y que, además, socava su imagen. Cierto que, como ya he dicho en varias ocasiones, no es una cuestión fácil -en su día, yo no di con una solución- y que con frecuencia buscar lo mejor te aleja de lo bueno. Más en este caso no estamos en lo bueno, por lo que nada se perdería si se intentara buscar lo mejor. Y en este sentido, sorprende que habiendo salido ya al debate público los inconvenientes del actual sistema, la AEAT y los propios inspectores de Hacienda no manifiesten públicamente que el modelo debe cambiarse. Deberían ser ellos mismos los que encontraran una solución. Sería la mejor manera de ganar legitimidad ante la sociedad y ante la opinión pública.
«¿Por qué mantener un sistema retributivo tan mal valorado por la sociedad?»
Es así, más allá de los interesados, no conozco a nadie que valore positivamente que la retribución de un inspector de Hacienda aumente conforme aumenta el número y el importe de las liquidaciones que se practican a los contribuyentes por él inspeccionados. Tampoco conozco experiencias internacionales similares. ¿Por qué entonces mantener un sistema retributivo tan mal valorado por la sociedad? Escapa a la lógica, pues no se trata de reducir los ingresos de los inspectores, sino de modificar los elementos que se utilizan para su modulación. ¿Qué se perdería con un sistema alternativo? Retribuciones no ¿Qué se ganaría? Menores críticas y mayor legitimidad. Por ello, resulta incomprensible la resistencia al cambio. Como he manifestado reiteradamente, la AEAT ha demostrado ser una organización capaz de gestionar cuestiones ciertamente complejas y, además, de hacerlo con éxito, estando fuera de toda duda su capacidad para resolver problemas. ¿Por qué no aborda éste?
Visionando el documental Hechos probados puede escucharse a un magistrado reflexionar sobre lo escasamente ético que sería que un juez de lo penal obtuviera más retribución cuanto mayor fuera el número de sentencias condenatorias que emitiera. Pues, mutantis mutandis, eso sucede con el bonus de los inspectores, lo que resulta difícilmente aceptable se pongan como se pongan la AEAT y los destinatarios del bonus. Y digan lo que digan en los documentos que envían al juez que les requiere información. Reconocer la inaceptabilidad de lo que es inaceptable y perseguir la sustitución del actual sistema retributivo por uno más propio del siglo XXI es el problema que debería abordar y resolver la AEAT. Si se decide a abordarlo, seguro que lo resuelve, porque la institución ha demostrado que cuando quiere, puede. Pero tiene que dar el paso al frente. Sería bueno para la propia AEAT, para sus inspectores, para las relaciones con los contribuyentes y para la modernización del sistema de aplicación de los tributos.
