THE OBJECTIVE
Pilar Cernuda

De locos

«En el PSOE ya no saben si les conviene la unidad de la izquierda situada a su izquierda. Lo que les preocupa ahora es que Yolanda Díaz les robe votos»

Opinión
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De locos

La líder de Podemos, Irene Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la fundadora de Sumar, Yolanda Díaz. | Europa Press

Ni esta periodista es la más lista de la tribu, ni cuenta con más sentido común que nadie, ni dispone de  información privilegiada, inalcanzable para cualquier otro compañero, veterano o recién llegado al oficio. Pero como ocurre a los que echamos los dientes -profesionalmente hablando- en los años de la Transición, hemos vivido tanto, y con personajes de tanta altura y sentido de Estado, que vemos venir los problemas, adivinamos quién tiene talento o va de farol, qué operación va a fracasar y qué candidato se va a estrellar aunque saque pecho. Al menos ésta que les escribe ha llegado a una conclusión que seguro que comparten muchos españoles de distinto signo y condición: la España actual, políticamente hablando, es de locos. Es el diagnóstico al que se llega si se echa una mirada a lo que sucede en Moncloa y aledaños.

Pedro Sánchez lanza a las alturas a Yolanda Díaz, previamente lanzada a las alturas por Pablo Iglesias, y tanto Sánchez como Iglesias se encuentran que la promoción de la vicepresidenta les ha hecho un roto y un descosido al mismo tiempo. 

Sánchez pretendía que a su izquierda se creara una unión de partidos, mayormente Podemos y Sumar, para conseguir un buen número de escaños con los que completar la mayoría que le garantizaría mantenerse en Moncloa, porque la Ley D’Hondt castiga a los pequeños. Ejemplo: si hay que alcanzar un mínimo del 5% de votos para conseguir escaño, y en solitario solo puedes llegar hasta 4, presentas lista con un partido que puede lograr un 2%, 3% o 4% y con suerte te haces con un puñadito de escaños cuando, en solitario, no consigues ni uno. Vale. Pero, diseñada esa operación, Sánchez provoca ira en las filas de Podemos al promover a Yolanda.

«A Sánchez, la operación Yolanda, la operación Sumar, le puede dejar fuera de juego»

Se cabrean Iglesias, Montero y Belarra y rompen relaciones con Yolanda… pero no paran de presionarla para que se una a ellos y presentar una lista conjunta en las generales. Al mismo tiempo, Sánchez se tira de los pelos —coloquialmente hablando— porque se da cuenta de lo que se había dado cuenta cualquier español con entendederas: a quien quitaba votos Yolanda era al PSOE, a su PSOE, más que a Podemos. Así que, como también se dice coloquialmente, el presidente de Gobierno, que ha conseguido sobrevivir a las situaciones más complicadas, incluida la expulsión de la secretaría general de su partido, se encuentra con que ha hecho un pan con unas tortas. Es decir, que la operación Yolanda, la operación Sumar, le puede dejar fuera de juego.

Sánchez e Iglesias, por otra parte, no tuvieron la inteligencia de hacer unas averiguaciones mínimas sobre la política gallega, y solo ahora, gracias al libro de Luca Costantini -de imprescindible lectura- y a que los medios nacionales de información han encargado reportajes sobre la líder de Sumar, han conocido su trayectoria, que cualquier ciudadano de Galicia conoce de memoria: padre excepcional, de una integridad que incluso admiraban gallegos muy alejados del PCE y de Comisiones Obreras. Pero su hija no era igual: cadena de deslealtades en los diferentes partidos que le sirvieron para la escalada y, sobre todo, con un perfil muy alejado de lo que se pide a un líder; no arriesga, no se pronuncia ante hechos sobre los que debería tener opinión. 

Revisen la entrevista que le hizo Évole. Todo el mundo se ha fijado en que llamó machistas a Iglesias y a Sánchez, y que dijo que el presidente era un hombre cariñoso, pero poco más; todo el mundo se quedó con la frase de que Iglesias le había dicho que «le iba a joder la vida» cuando comprobó que no se sometía a lo que él mismo, Montero y Belarra habían previsto para  Yolanda; y todo el mundo se quedó  con el comentario de Iglesias al día siguiente de la entrevista con Évole: que había recibido de Yolanda «una ensalada de hostias». La entrevista de Évole a Yolanda ha tenido más repercusión que la que le hizo al Papa.

«A pesar de los insultos, Podemos sigue presionando a Díaz para que se presenten juntos»

El lío sigue. A pesar de la batalla envenenada, batalla que no cesa; a pesar de los insultos —Yolanda no, ella presume de no insultar, defiende la dulzura, el amor, las sonrisas, el diálogo, como las jóvenes del Flower Power de los años sesenta— los de Podemos siguen presionando a Yolanda Díaz para que se presenten juntos en las elecciones generales. Pedro Sánchez también, pero en su círculo empiezan a confesar que ya no saben si les conviene la unidad de la izquierda situada a su izquierda. Lo que no confiesan es que lo que les preocupa ahora es que la vicepresidenta segunda les está robando votos. Y si  encima se presenta con un grupo potente, puede robarles todavía más.

En fin, que creo no equivocarme cuando digo que cualquiera que siga la vida política española concluirá que, en Moncloa y aledaños, lo que ocurre es de locos.

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