MyTO

Legal, pero no decente

«Sánchez ha tejido un cordón sanitario con etarras y filoetarras para garantizarse la gobernabilidad, pues sabe que sólo así podrá ver satisfechas sus ambiciones»

Opinión

La diputada de Bildu Mertxe Aizpurúa pasa por delante de la bancada del Gobierno en el Congreso. | Europa Press

  • Soy licenciada en Derecho, abogada en ejercicio y gerente del bufete NOVALEX SPAIN. Autora del libro ‘Populismo punitivo’ (2020 Ed. Deusto)
    Antes, columnista en Disidentia y Vozpópuli y colaboro en la tertulia del programa Herrera en Cope. Mis críticos me acusan de ser una extremista de la presunción de inocencia, algo de lo que yo me congratulo.

Tras reunirse con el mandatario norteamericano Joe Biden, al presidente Sánchez le pidieron que valorase la incorporación por parte de Bildu a sus lista para el 28-M de 44 terroristas condenados: «Hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes», contestó. En ese momento, Pedro no era consciente de haber conseguido describir, con pocas pero certeras palabras, al Gobierno de coalición que él lidera.

El proceso acelerado de degeneración institucional y democrática en el que el sanchismo ha embarcado a nuestro país viene de la mano de una degradación moral difícilmente asimilable para quienes añoran regresar al bipartidismo de antaño. El PSOE se ha arrojado a los brazos del nacionalismo independentista y de la izquierda radical antisistema, arrastrando con él a una parte significativa de sus simpatizantes.

Escribí hace unos meses para este medio que el votante socialista está dispuesto a tragarse su propio vómito con tal de que no gobierne la derecha. Tanto es así, que prefieren asociarse con quienes, hasta hace poco más de una década, ejecutaban a compañeros del partido dejando un reguero de hijos huérfanos y de cónyuges viudos. Entre estrechar la mano de un líder democrático de centro derecha y la de un miembro condenado de la banda terrorista, eligen lo segundo. Con Rivera no, pero con Otegi sí.

Sánchez ha tejido un cordón sanitario con etarras y filoetarras para garantizarse la gobernabilidad presente y futura, pues es consciente de que sólo así podrá ver satisfechas sus ambiciones. Únicamente hay una cosa a la que le tenga más aprecio que a sí mismo, y es al poder. Y para retenerlo está dispuesto a pagar cualquier precio, porque las únicas líneas rojas de Pedro son las marcas que le deja el bronceado donde termina el bañador.

«Algunos etarras que Bildu ha incorporado a sus listas aparecen con los seudónimos con los que se les conocía cuando delinquían»

En su última comparecencia en el Senado, ha acusado al Partido Popular de intentar impedir el fin de ETA y ha atribuido a Zapatero la derrota del terrorismo. Incluso ha dicho que la banda terrorista no existe desde hace 12 años. Su capacidad para mentir desvergonzadamente no deja de sorprenderme y eso que me considero curada de espanto. Pero vamos, que cualquiera que tenga un mínimo de querencia por la verdad puede comprobar que ETA no se ha disuelto, que hay unos 300 crímenes de la banda sin resolver y que algunos de los etarras que Bildu ha incorporado a sus listas aparecen con los seudónimos con los que se les conocía cuando delinquían.

Ni que decir tiene que escuchar a Sánchez se asemeja cada día más a la lectura de una de las infames columnas de opinión de Antonio Maestre, que debe de ser el nuevo referente intelectual de los asesores de Moncloa: ¡para lo que ha quedado el noble estudio de la politología! Pero no hay relato que pueda soslayar que una memoria democrática construida contra el franquismo que recompensa al terrorismo con alcaldías y cargos institucionales no es merecedora de tal calificativo. Es ignominia y es deshonra. Es vergüenza.

Recuerdo cuando Máximo Huerta reveló en una entrevista para el programa El hormiguero cuál fue su última conversación con Pedro Sánchez antes de anunciar su dimisión como ministro de Cultura. Al informarle de que dejaba el cargo, la respuesta del presidente del Gobierno fue limitarse a hablar de sí mismo. El escritor y librero relató al presentador que lo que le resultó más paradójico fue que: «En lugar de unas palabras para mí, empezó a hablar de él, de cómo lo vería la historia en el futuro. Mencionó que todos acababan mal en política, poniendo el ejemplo de Zapatero, de Aznar y de González. Decía: ‘De mí, ¿qué dirán?’». Pues le parafrasearemos, presidente: hay cosas que son legales, pero no son decentes.

25 comentarios
  1. Pasmao

    No solo con el tema de ETA

    – Continuando la política de Zapatero con la suelta de Bolinaga
    – No reponiendo la Ley de Partidos
    – No continuando la política de desacreditar a ETA internacionalmente mediante campañas de información a medios internacionales y gobiernos sobre lo que era y es ETA.
    -Etc

    Sino con muchas cosas mas.
    – Leyes de okupación
    – Estatut
    – Todo el tema fiscal en manso de Montoro
    – Tema LGThijk
    – etc..

    Tenemos un caso claro con el recurso ante el TC con la Ley del aborto y en lo que ha devenido ahora, 13 años después. De ellos mas de la mitad con gobiernos del PP, alguno con mayoría absoluta.

    Todo eso ha legitimado ante los votantes del PSOE el que sus posibles dudas a tener que votar PSOE, pese a ir a todos esos comportamientos y socios inmorales e indecentes (aunque legales), sea tolerable.

    sigo

  2. Pasmao

    Pues si Doña Guadalupe.

    Pero para que la inmoralidad, la indecencia, se aceptada por los suyos (los de Sánchez) de la manera en que es aceptada, como mal menor contra la «derecha», antes ha tenido que ser «legitimada» por sus teóricos antagonistas.

    Antes mucho votante socialista no habría estado dispuesto a pasar por el aro de lo que ahora vemos. Para el recuerdo está lo de Miguel Ángel Blanco, por ejemplo. Pero es que antes desde el PP se combatía a ETA no solo policialmente, sino también legalmente (Ley de Partidos, no un GAL), y campañas institucionales internacionales presentando a ETA como lo que era (lo opuesto a lo que se hizo con Puchimon).

    Pero con Rajoy, a partir del 2011 lo que se se hizo fue legtimar TODO lo que hizo Zapatero. En vez de combatir las inmoralidades, las indecencias, derivadas del zapaterismo, se hicieron los locos y cayó sobre ello un peso de silencio tasado y a exprofeso.

    Sigo.

1 3 4
Inicia sesión para comentar