MyTO

Desborda Vinicius

«El peor racismo no es el que grita, sino el que no investiga, no persigue, no condena. El mundo nos mira. Reaccionaremos, como tantas veces, por vergüenza»

Opinión

El futbolista Vinicius.

  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

Era cuestión de tiempo que la electricidad frenética de Vinicius desbordara los límites del Bernabéu. El relámpago carioca (permítanme la voluta de cronista deportivo) ha deslumbrado la conversación pública y agitado la arena política. Desde el domingo pasado no importan tanto las elecciones como saber si somos un país racista. Qué cosas: la semana pasada éramos un país normalito y ésta somos patria de racismo y compra-venta de votos. El panorama no es alentador, pero conviene no ceder ante la tentación de la histeria; hacen falta más síntomas para diagnosticar enfermedades tan graves. 

Lo más curioso del caso Vinicius no viene por su condición de negro, sino por su condición de blanco, es decir, de jugador del Real Madrid. Millones de cerebros cortocircuitados ante un cruce identitario inasumible: ¡raza subalterna bajo remera hegemónica! Hemos visto a personas razonables que, nubladas por su odio al Real Madrid, repetían los peores argumentos: ¡No es racismo porque a otros jugadores de raza negra no los llaman «mono»! Olvidan que el racismo no está en insultar, sino en la elección del insulto. La premisa más cacareada es que la culpa es de Vinicius por despertar a la bestia racista que algunos llevan dentro. No es maldad, es forofismo: no culpan a la víctima porque sean malos, sino porque, a sus ojos, nadie que vista la camiseta del Madrid puede ser una víctima.

«Algunos han mutado de hinchas de Ultras Sur a portavoces de SOS Racismo en 90 minutos»

También me han divertido las disonancias de la otra orilla. Algunos han mutado de hinchas de Ultras Sur a portavoces de SOS Racismo en 90 minutos. Solo el fútbol puede lograr que quienes un día empapelan la ciudad de carteles para señalar a los menas, al siguiente hinquen la rodilla con el puño en alto a lo Colin Kaepernick. Lástima que lo que les mueve no sea el negro de la piel sino el blanco de la camiseta, pero es un avance. Racistas, no sé, pero está claro que somos un país de bandos.

No sé cuántos racistas es necesario censar para decretar que España es un país racista, pero dudo que la hinchada radical de un equipo de fútbol sea una muestra representativa de la población. Más representativas son las instituciones. Y el peor racismo no es el que grita, sino el que no investiga, no persigue, no condena. El racismo no son los pocos que gritan, sino los miles que callan, disimulan, explican, justifican. Todo indica que el caso Vinicius provocará cambios. El mundo nos mira. Al final reaccionaremos, como tantas veces, por vergüenza. 

17 comentarios
  1. Cromwell

    Vamos a ver. Soy el primero en estar en contra del racismo. Pero lo que ha ocurrido con Vinicius es un despropósito sin mesura. Desde tiempo inmemorial desde las gradas se ha insultado a árbitros y jugadores rivales. Es algo grosero pero de alguna manera aceptado, que a los árbitros se les llame cucarachas y se insulte a los jugadores más destacados del equipo contrario. Si alguien es calvo, se le llama calvo. Lo que en otras situaciones sería penalizado, como las agresiones entre jugadores en el campo, se sustancian con castigos deportivos. Los espectadores en el campo están en las gradas, hay una diferencia con lo que sucede fuera. En este caso se ha ido demasiado lejos. Vinicius es un histrión y el incidente ha sido magnificado por la prensa. Yo soy blanco y si me llaman mono les aseguro que no me doy por no enterado. Me molesta más que llamen a mi madre con el nombre de un cierto oficio o que mi padre tiene cuernos. Bastaría con que los culpables no vuelvan al fútbol

  2. Cromwell

    Nueve denuncias han sido archivadas. ¿Y si las archivaron y eran nueve y los que las archivaron eran fiscales y jueces, por qué considera que esta es peor que las anteriores? ¿Cree que los jueces y fiscales eran prevaricadores, o más bien no cree que como en el caso de la Manada de Pamplona, hay también un componente mediático que empuja? Yo soy también madridista, pero no me dejo empujar. ¿Y burlarse de los demás jugadores del otro equipo bailando, qué es? ¿Por qué no es racismo? ¿Que esto no es racismo? ¿Si a mi me lo parece, por qué no? ¿·Es que ahora todos se tienen que poner a fila de a uno, porque un jugador es un histrión desaforado? ¿Que ha azuzado al presidente de su país contra el nuestro? ¿Es que un jugador del Real Madrid tiene bula para todo? Sí que creo que hay que hacer algo. Más bien mucho. Educar a los niños en casa y en la escuela. Y castigar los insultos en el campo de fúlbol con castigos deportivos. No dejándoles entrar en un campo de fúlbol. Pero también haciendo las cosas con mesura. Y no dejarse empujar porque la prensa empuje.

  3. Cromwell

    Culpar de odio por insultar a un jugador de fútbol es un despropósito. Si la prensa no hubiera actuado como una jauría sedienta de dinero publicitario, esto hubiera pasado desapercibido. No se puede castigar a alguien porque un jugador se agita como un poseso. Es el mismo jugador que protesta por todo. A este tipo de escraches sociales y mediaticos nos estamos acostumbrando.

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