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Vox puede desaparecer

«Aquellos votos a Abascal, obviamente, procedían del PP y solo fueron prestados. Eran, está claro, de ida y vuelta»

Opinión

Santiago Abascal vota para las elecciones generales del 23-J. | Gustavo Valiente (Europa Press)

  • Gallego practicante pese a residir desde la tierna edad de 5 años en Barcelona, ciudad donde se licenció en Económicas. Ha sido editor de El Correo Financiero además de colaborar en distintas etapas, entre otros medios de comunicación, en COPE, ABC, Es Radio, El Mundo y Libertad Digital.

Exactamente igual que el difunto Ciudadanos y que el Podemos de Pablo e Irene, irrelevante chalupa desvencijada que hoy vaga a la deriva ante la indiferencia general, Vox también puede acabar en la nada. Y por las mismas razones de fondo, además, que los otros dos partidos integrantes de aquello que se diera en llamar la nueva política. Ciudadanos, el fruto del hastío irritado de las clases medias con la negligencia de una élite política a la que se señalaba como responsable del colapso posterior al estallido de la burbuja, se hundió por su incapacidad para ofrecer una  propuesta programática diferente de la propia de esa misma clase política tradicional. A fin de cuentas, el ramillete de tópicos liberales que exhibía Ciudadanos como sucedáneo de una ideóloga específica formaba parte, y de modo íntegro, del patrimonio doctrinal del Partido Popular.

Ciudadanos, simplemente, no tenía nada original que ofrecer a la derecha sociológica española una vez superada la Gran Recesión. Por su parte, Podemos, expresión política en su día de la variante más precarizada de una generación sobre la que se había decidido cargar de modo desproporcionado los costes de la crisis, ha sufrido un destino similar. Así, tampoco Podemos se reveló competente a fin de generar un discurso económico específico, algo propio con lo que se pudiera identificar aquella base electoral que los había llevado tan cerca de las puertas del cielo. Un vacío que trataron de rellenar apelando a todo tipo de quincallas extravagantes importadas del ámbito intelectual norteamericano y sus guerras culturales. Toda una huida de la realidad española que los ha acabado empujando a la antesala de la extinción. Y a Vox, decía, le puede pasar lo mismo. 

«Vox sigue obteniendo sus mejores resultados en sitios como el madrileño barrio de Salamanca»

Giorgia Meloni, gobernante italiana que viene de donde viene, es primera ministra por una muy sencilla razón, a saber: porque recibe el voto de las periferias urbanas más degradadas y empobrecidas del país, las que albergan a la Italia popular y empobrecida, la que peor lo pasa para llegar a fin de mes. En cambio, el Partido Democrático, antiguo PCI, triunfa por norma dentro de las zonas de bajas emisiones que delimitan la entrada de vehículos contaminantes a las muy exclusivas calles nobles de Roma, Florencia, Turín o Milán. Vox, sin embargo, sigue obteniendo sus mejores resultados en sitios como el madrileño barrio de Salamanca y, en general, en las mismas secciones censales donde la derecha clásica que encarna el Partido Popular resulta ganadora de modo rutinario. 

Dos países, dos partidos, dos mundos que nada tienen que ver entre sí.  A Vox le fue mal el 23 de julio. Pero donde peor le fue resultó ser en los territorios en los que más había subido en las elecciones de diciembre del 19. No parece difícil adivinar la razón. En 2019 las calles de Cataluña estaban todavía incendiadas, y el PP, en manos de un chico sin experiencia que acababa de salir un cuarto de hora antes de las Nuevas Generaciones. Aquellos votos a Abascal, obviamente, procedían del PP y solo fueron prestados. Eran, está claro, de ida y vuelta. 

En el Occidente desestructurado de la nueva centuria, los viejos partidos de derechas son preferidos por los votantes con patrimonio y rentas elevados; los antiguos partidos de clase de la izquierda devienen la opción propia de electores con formación universitaria, un estatus social e intelectual que no se tiene que corresponder necesariamente con sus rentas; el resto, quienes no poseen patrimonio ni rentas elevadas, careciendo igualmente de estudios superiores, se decantan cada vez más por las nuevas formaciones de la derecha iliberal y populista que enarbola propuestas económicas antiglobalistas, proteccionistas y anti-inmigración. Puede que hablen, sí, de cosas como la llamada violencia intrafamiliar o la también llamada ideología de género, pero su tema central es siempre la economía. Siempre. He ahí, por lo demás, el secreto de su éxito. O Vox los imita, y rápido, o desaparecerá.

100 comentarios
  1. Blasde

    Otro mediocre plumilla de TO que intenta desacreditar a Vox mediante suposiciones que presenta como hechos irrefutables. Y queda finalmente el plumilla como el mindundi que es. Asegura el plumas como subtítulo: «Aquellos votos a Abascal, obviamente, procedían del PP y solo fueron prestados». ¿Fuente de la información? Manolo, el kiosquero de confianza. Y continúa el plumas de entrada: «Eran -aquellos votos-, claro está, de ida y vuelta». ¿Fuente de la información? Ocurrencia mientras cagaba por la mañana pensando en qué carajo escribría dos horas más tarde sobre Vox, contra Vox. Y ya se ha quedado más ancho que largo, el plumas.

  2. Antirufian

    A VOX en las primeras elecciones donde saco 52 diputados,,le costó para ello convencer a 69 000 ciudadanos..en estas,pese a perder 19 escaños resulta que,por cada uno de ellos 90.000 ciudadanos..Por r mucho que articulen argumentos, e inventen demoníacas conjuras y prácticas que ,según el PP,y su sombra ,PSOE,más los satélites de ambos y todas las TV y medios escritos y digitales implementaría VOX,,su perdida de apoyos
    no les impide decir en el congreso lo que pensamos los tres millones de españoles de Sánchez,la izquierda en general y de los bilduetarras y golpistas en particular.y no vamos a desaparecer,de echo ,cuando ese votante moderado del PP vea a su familia asaltada,hija o esposa violada,su casa okupada…?a quien acudirá?….a Feijoo?

  3. Ogro_Cabreado

    Mi voto no va a volver al PP, eso se lo garantizo.

    Ni mal menor, ni voto util, ni sandeces. Que cada palo aguante su vela. Por ahora, seguirá yendo a Vox, y si me defraudan, no pasa nada, buscare otro partido -no el pp- , y casi de no encontrarlo, me quedare en casa contemplando al sabio pueblo español, dirigido por tertulianos y la television, avanzar hacia el despeñadero.

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