El falso pacto de Feijóo
«Lo mejor que puede hacer por España el PP es ofrecerse a ser muleta de un Gobierno del PSOE presidido por Pedro Sánchez, con condiciones firmes»
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en el Congreso. | Alejandra Svriz
Cuando un periodista le preguntó al biólogo Edward O. Wilson por qué fracasó el marxismo, le respondió: «Gran teoría, especie equivocada». Como buen entomólogo, consideraba a los humanos bichos egoístas, incapaces de colaborar de manera altruista y de sacrificarse por el bien común. Alguien debería haber advertido a Feijóo de que su plan, por maravilloso que fuera, fracasaría por proponérselo al hombre equivocado: «Gran plan, secretario general del PSOE equivocado».
Parece mentira que el Partido Popular, que ha repetido sin tregua que a Pedro Sánchez sólo le inquieta la permanencia en Moncloa, le ofrezca un pacto que le sacaría de allí. Sólo un demente podría imaginar a Pedro Sánchez respondiendo: «Este plan es bueno para España y como su partido, Don Alberto, ha obtenido más votos que el mío, es justo que sea usted quien lo lidere desde la Presidencia del Gobierno». Confío en que en Génova todavía haya quien no ha sucumbido a la demencia, y que el ‘no’ de Sánchez era la respuesta esperada.
El objetivo real, dicen, no era lograr el espaldarazo del PSOE, sino retratarlo renunciando a un pacto de Estado con el PP y decantándose por un pacto anti-Estado con la extrema izquierda y el nacionalismo. No está mal como campaña de marketing: el PSOE prefiere el radicalismo a la moderación y la centrifugación a la unidad; el pacto del Tinell a los Pactos de la Moncloa. No está mal, siempre que uno no le dedique más de cinco segundos.
Si el PP se toma en serio sus propias palabras sobre Pedro Sánchez («no tiene ideología, sólo le interesa el poder») la estrategia coherente sería ofrecerle un plan que le suministrara la ideología manteniéndole en el poder. Si a Pedro Sánchez no le preocupa el rumbo, sino dirigir el barco, vístanlo de capitán y tracen su singladura política. Eso es exactamente lo que, desde hace años, hacen los partidos nacionalistas con éxito contrastado.
El resultado del 23-J fue claro para todos, salvo para el PP: Feijóo no puede ser investido sin los votos del PSOE, mientras que Sánchez puede ser investido sin los votos del PP. Esta premisa debería inducir una reflexión en Génova: lo mejor que puede hacer por España el Partido Popular es ofrecerse a ser muleta de un Gobierno del PSOE presidido por Pedro Sánchez, con condiciones firmes. Ninguna alternativa de coalición es viable y España necesita una legislatura de consensos mayoritarios. Me dicen que ese acercamiento al sanchismo sería muy arriesgado para el PP. ¡El fantasma de Vox! Tal vez. Pero creí que se trataba de buscar lo mejor para España, no lo mejor para el PP. Ay, ¡cuánto tenemos que aprender de los insectos!
Cualquier mérito que tuviera el artículo se queda en nada con eso de elegir entre lo mejor para España y lo mejor para el PP. Lo mejor para España es que el PP se disolviera, pero no se puede reprochar a un líder del PP que esté pensando en su partido, y antes que en su partido en su persona. Las personas simples esperan que los políticos lo sacrifiquen todo para que ellas no tengan que sacrificar nada.
Y ciertamente la reunión con Sánchez es la vieja necedad de buscar a los socialistas buenos para mostrarles lo perverso que es Sánchez. Hasta Esperanza Aguirre sale hoy con eso, pero la idea de ofrecerse al PSOE (también propuesta por Esperanza Aguirre hace unas semanas) no es mejor. Aun suponiendo que el PSOE pudiera gobernar solo y contara con el apoyo del PP en la mayoría de sus iniciativas, a Sánchez no le interesa porque por encima de Sánchez está el grupo de Puebla y por encima la autoridad cubana y su red de amigos, empezando por Soros, y después la conjura woke.
Sánchez no es un loco ávido de poder, sólo un tirano típico de la mafia narcocomunista.
Este articulista es un nostálgico sociata de libro, completamente obnubilado por el sanchismo.. Así le gustan a Sánchez para engullirlos mejor. Acabará con todo y con todos, incluido él mismo. Naturalmente. Al ingenuo articulista sólo le ha faltado afirmar que Sánchez fue el ganador MORAL de las elecciones del 23 J. Semejante barbaridad fue dicha hace unos días por una periodista de su misma cuerda. Una sectaria feroz y retrógrada.
Clarísimo, David: pena la falta de grandeza acabe redundo siempre en una miopía que perjudica a todos, en primer lugar, a los mismos miopes.