THE OBJECTIVE
Ricardo Dudda

Sánchez, Israel y los derechos humanos

«Sánchez cultiva una imagen de líder progresista en conflictos donde no tiene ninguna responsabilidad política. En donde sí la tiene, su historial es deprimente»

Opinión
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Sánchez, Israel y los derechos humanos

Ilustración de Alejandra Svriz.

Las declaraciones que ha hecho el presidente sobre Israel en la televisión pública han provocado revuelo, pero son acertadas. Pedro Sánchez dijo: «Tenemos que decirle a Israel que tiene que sostener sus acciones con base en el derecho internacional humanitario. Con las imágenes que estamos viendo y el número creciente, sobre todo de niños y niñas, que están muriendo, tengo francas dudas de que estén cumpliendo con ese derecho internacional humanitario». No es una opinión muy alejada del consenso internacional sobre el conflicto (Borrell desde la UE o Biden desde EE UU han hecho declaraciones parecidas), pero ha provocado la ira del Gobierno de Israel, que ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid. 

Una investigación reciente del medio israelí +972 ha demostrado que, en su campaña en Gaza, el Ejército israelí ha aumentado considerablemente sus ataques a objetivos no militares. Esto «tiene como principal objetivo perjudicar a la sociedad civil palestina: ‘crear una conmoción’ que, entre otras cosas, repercuta poderosamente y ‘lleve a los civiles a presionar a Hamás’»,  dice el autor del reportaje, que ha consultado a decenas de fuentes militares israelíes. Es algo de lo que ya avisó el Gobierno israelí en los días posteriores al ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre: el 10 de octubre, un portavoz del ejército dijo que «el énfasis [de la respuesta militar israelí] está en el daño y no en la exactitud». A día de hoy, alrededor de 15.000 palestinos en Gaza han muerto como consecuencia de estos ataques. El ejército estima que ha eliminado a 1.000 o 2.000 militantes de Hamás, una organización que tiene unos 30.000 miembros. Israel dice que quiere acabar con Hamás. ¿Significa eso que está dispuesto a asumir la muerte de cientos de miles de gazatíes para conseguir su objetivo? 

«Resulta obvio que las palabras de Sánchez en TVE son para su electorado. No son diplomacia, son exhibicionismo moral»

Es comprensible, por lo tanto, que los aliados y socios de Israel en Occidente llamen la atención a Netanyahu sobre esto. Al mismo tiempo, resulta obvio que las palabras de Sánchez en TVE son para su electorado. No son diplomacia, son exhibicionismo moral: Sánchez sabe que su rol en el conflicto es nulo, por eso se permite esos comentarios. Tienen un efecto diplomático, pero la actitud de Israel es un desplante momentáneo. España, en el fondo, da igual. 

Sánchez busca cultivar una imagen de líder progresista comprometido con los derechos humanos en aquellos conflictos donde no tiene ninguna responsabilidad política. En los conflictos donde sí tiene responsabilidad, su historial es deprimente: desde su desprecio a la causa saharaui al comprar el relato marroquí sobre el conflicto hasta su inmoral expulsión de un disidente argelino, condenado a muerte en su país, para calmar al Gobierno de Argelia (que se indignó con el Gobierno español por su cambio de posición sobre el Sáhara). En ambos conflictos ha habido crisis diplomáticas realmente graves, y con efectos (y responsabilidades) reales: Marruecos retiró a su embajador de Madrid durante diez meses y Argelia durante 19. El PSOE votó el 19 de enero en el Parlamento Europeo en contra de una resolución (la primera en 26 años, según recuerda el periodista Ignacio Cembrero) sobre los derechos humanos en Marruecos. El texto exigía, entre otras cosas,  al Gobierno de Rabat la liberación de tres periodistas encarcelados. Como es común con Pedro Sánchez, nadie sabe lo que realmente piensa. Sus convicciones son siempre interesadas y sus compromisos selectivos. 

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