Ginebra: territorio neutral
«Sánchez no estaría en La Moncloa hoy si sólo uno de cada 14 electores hubiese dejado de votarle por la amnistía que les va a otorgar a los golpistas catalanes»
Tras aprobar yo las oposiciones de Estadístico Facultativo (hoy Estadístico Superior del Estado) el director del INE me envió una semana cada mes durante muchos meses a Ginebra, concretamente a la sede de la Comisión Económica para Europa (CEPE) de Naciones Unidas. Pues bien, viví y me aburrí en Ginebra durante muchas semanas en buenos hoteles (las dietas eran muy generosas). Hermosa ciudad pero cuyas noches, comparadas con las de Madrid, parecían un funeral.
Y a esa ciudad han ido a parar los huidos de España que se dicen Juntos, no sé si juntos con Pedro Sánchez o con quién. Así que hemos vuelto a Ginebra, pero a Ginebra como terreno neutral entre «dos Estados»; en efecto, por primera vez un partido del Gobierno se sentará allí para «seguir avanzando» en un pacto que no sólo garantizará a Sánchez su asiento sino que sacará más rédito separatista una vez conseguida la amnistía. Se negocia la continuidad de los siete escaños que Sánchez necesita para seguir siendo presidente. Un ejemplo de degradación de la democracia.
¿Qué ha pasado para llegar a este disparate? Pues que tras un cálculo acertado, Moncloa ya había llegado a la conclusión de que la única opción que tenía de seguir en el poder pasaba inevitablemente por tener a Puigdemont a su lado. Y uno se pregunta cuántos de los 7,5 millones de votantes socialistas habrían retirado su voto si hubiesen sabido de esa operación. Reduzcamos la cuenta al máximo: Sánchez no estaría en Moncloa hoy si sólo uno de cada 14 electores hubiese dejado de votarle por la amnistía que les va a otorgar a los golpistas catalanes.
Pero volvamos a Ginebra. ¿Cómo se explica que los socialistas hayan aceptado un gesto de sumisión tan ostensible, más aún tras haber entregado al independentismo una amnistía, a todas luces inconstitucional?
Según muchos españoles, el PSOE no ha viajado a Ginebra a sellar la concordia entre catalanes y españoles sino a asegurar su supervivencia en el Gobierno. ¿A cambio de qué nuevas bajadas de pantalones?
«El 80% de los menores de 30 años no cree que las instituciones cuiden de sus intereses»
Mañana, miércoles, la Constitución cumplirá 45 años. Pero la ausencia desde ya hace tiempo de gobiernos estables y la evidente pérdida de calidad democrática que han traído consigo los pactos antinatura que ha perpetrado Sánchez se une la pérdida de crédito de las instituciones en el sentir de los ciudadanos más jóvenes. En efecto, según una encuesta publicada en el diario El Mundo, el 80% de los menores de 30 años no cree que las instituciones cuiden de sus intereses.
Repasemos algunos hechos ocurridos la semana pasada:
1) La presidenta del Congreso en la inauguración de la legislatura soltó un exordio político que no venía a cuento. ¿A quién se le ocurre poner en ese cargo a esta señora que se ha dedicado en las Islas Baleares a perseguir a los hablantes en la lengua común de todos los españoles?
2) El Consejo General del Poder Judicial declaró no idóneo al Fiscal General.
3) Bolaños mintió acerca de la actitud de la UE respecto a la amnistía que se prepara.
Pero lo más dañino vendría desde Ginebra, donde el sábado pasado se celebró la primera reunión entre Cerdán y los de Junts. Y que no se me diga que no es el Gobierno quien se sienta allí porque el PSOE ya no existe, lo ha matado el mismo que preside el Gobierno, que es también quien ha otorgado el grado de diputado o senador a quienes mejor le hacen la pelota.
Chupópteros todos (y no quiero aclarar qué es lo que chupan).